La 'manifa'
Un tipo acude a la manifestaci¨®n del s¨¢bado contra la guerra y la ocupaci¨®n, coherente con el despertar general al compromiso pol¨ªtico. Cu¨¢l es su sorpresa cuando llega al grueso de los manifestantes y se percata de que muchas personas van vestidas con los colores del Athletic. Intrigado, se acerca a un manifestante con bufanda rojiblanca, y le resume: "Oiga, perdone, es que acabo de llegar de viaje. ?Juega hoy el Athletic? ?Si lo llego a saber, me pongo mi camiseta oficial con el diecisiete de Etxebe!".
El segundo le examina de arriba abajo, y despu¨¦s le pregunta: "?Usted sabe algo de f¨²tbol?". Se produce entonces un espeso silencio entre los dialogantes, tal vez porque el interrogado est¨¢ discurriendo. "Hombre, saber, saber, lo que se dice saber...", responde al fin: "A m¨ª lo que me gusta es cuando se meten goles, y no me interprete mal". A pesar de la contestaci¨®n, un tanto vaga, del reci¨¦n llegado, el otro decide darle una oportunidad. En un tono pedag¨®gico no exento de cierta mala leche, le aclara: "Si a usted le gusta el f¨²tbol, sabr¨¢ que hoy, dentro de dos horas, juega el Athletic en San Mam¨¦s". El aludido mira a su alrededor y reconoce para sus adentros una absoluta falta de l¨®gica reflexiva, que atribuye al jet-lag. Tantas camisetas rojiblancas manifest¨¢ndose por la paz mundial deber¨ªan haberle iluminado al respecto del asunto deportivo, sin necesidad de la ayuda de terceros.
Para salvar su honra, entre los gritos de protesta y las consignas por la pacificaci¨®n, comenta: "No, si a m¨ª el que me gusta -como le digo- es Etxeberria, porque es veloz, listo, h¨¢bil con el bal¨®n y buen artillero. Gracias a su capacidad t¨¦cnica y a su don para la oportunidad, resulta tremendamente peligroso cuando controla el esf¨¦rico dentro del ¨¢rea. Adem¨¢s, su gran movilidad le permite abrir con facilidad las defensas de los rivales desde lejos de la porter¨ªa, jugando como mediapunta o extremo". Su interlocutor sonr¨ªe: "Estoy de acuerdo con usted en algunos puntos, pero a m¨ª Urzaiz me parece mejor. ?Qu¨¦ me dice de sus remates de cabeza? ?Y de sus paredes? Sin el car¨¢cter luchador y la forma f¨ªsica de Urzaiz el Athletic no ser¨ªa lo mismo, eso est¨¢ claro".
La manifestaci¨®n contin¨²a adelante, mientras los contertulios razonan sus argumentos minuciosamente, hasta que uno de ellos se disculpa, anunciando que se va a ver el partido. Antes de marcharse, grita: "?Athleeeeetic!". Entre el gent¨ªo, muchos le responden: "?Eup!". La manifestaci¨®n pierde entonces, de golpe y porrazo, diez mil manifestantes.
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