?Cu¨¢ndo es necesario el tratamiento?
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Cuando en un hogar hay una aver¨ªa, una persona intenta arreglarla si tiene habilidades para ello o el desperfecto es de poca monta, por s¨ª misma o con ayuda del vecino o de los familiares. Pero si es importante, se busca la asistencia t¨¦cnica de un fontanero, de un alba?il o de un electricista. Algo parecido ocurre en relaci¨®n con los sucesos traum¨¢ticos.
Hay personas que han sufrido un trauma y que, sin embargo, no necesitan un tratamiento psicol¨®gico o farmacol¨®gico. El estado de ¨¢nimo, m¨¢s all¨¢ de un dolor intenso pasajero, es bastante estable en la vida de una persona. El equilibrio psicol¨®gico previo, el transcurso del tiempo, la atenci¨®n prestada a los requerimientos de la vida cotidiana y el apoyo familiar y social contribuyen muchas veces a digerir el trauma.
Una v¨ªctima debe buscar ayuda cuando se nota inc¨®moda con sus pensamientos
Estas personas tienen presente siempre lo ocurrido, pero el acontecimiento traum¨¢tico no interfiere de forma negativa en el d¨ªa a d¨ªa. De este modo, y aun con sus altibajos emocionales y con sus recuerdos dolorosos, son capaces de trabajar, de relacionarse con otras personas, de disfrutar de la vida diaria y de implicarse en nuevos proyectos.
Recuperarse significa ser capaz de haber integrado la experiencia traum¨¢tica en la vida cotidiana y de haber transformado las vivencias pasadas en recuerdos, sin que ¨¦stos sobrepasen la capacidad de control de la v¨ªctima ni condicionen negativamente su vida futura.
Por el contrario, algunas v¨ªctimas se encuentran atrapadas por el suceso sufrido, no recuperan sus constantes biol¨®gicas en relaci¨®n con el sue?o y el apetito, viven atormentadas con un sufrimiento constante, no controlan sus emociones ni sus pensamientos, se a¨ªslan socialmente y se muestran incapaces de hacer frente a las exigencias de la vida cotidiana, adoptando a veces conductas contraproducentes (beber en exceso, comer m¨¢s o menos de la cuenta, automedicarse, estar pendientes obsesivamente de los noticiarios, etc¨¦tera). Son estas las personas que, al sentirse desbordadas por el trauma, requieren una ayuda espec¨ªfica psicol¨®gica y, en algunos casos, tambi¨¦n farmacol¨®gica.
Entre estas v¨ªctimas necesitadas de ayuda se encuentran especialmente las personas que cuentan con antecedentes psicopatol¨®gicos, que han sufrido secuelas graves del atentado, que se sienten solas, que tienen hijos peque?os a su cargo, que quedan en unas condiciones econ¨®micas precarias o que son inmigrantes en una situaci¨®n irregular o inestable.
En realidad, ocurre como en los terremotos: las viejas casas de madera o de adobe se desmoronan; sin embargo, en los edificios de cemento s¨®lo se rompen los cristales.
M¨¢s all¨¢ de la asistencia inmediata, una v¨ªctima de un suceso traum¨¢tico s¨®lo debe buscar ayuda terap¨¦utica cuando las reacciones psicol¨®gicas (pensamientos, sentimientos o conductas) perturbadoras duran m¨¢s de 4 a 6 semanas, cuando hay una interferencia negativa grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela) o cuando una persona se nota inc¨®moda con sus pensamientos, sentimientos o conductas o se siente desbordada por ellos.
Otra indicaci¨®n de la conveniencia de la terapia es la negativa de la v¨ªctima a hablar con nadie del trauma y la carencia de un apoyo social, bien porque sea ella misma la que se a¨ªsle o bien porque las personas de su entorno la eviten. En estos casos se corre el riesgo de un aislamiento emocional (relaciones ¨ªntimas) y social (red social de apoyo). Y, como dice un viejo proverbio, la alegr¨ªa compartida es doble alegr¨ªa y la pena compartida es media pena.
En resumen, hay personas que van a superar el trauma por s¨ª mismas y otras que requieren una ayuda profesional. No hay que forzar la asistencia profesional cuando ¨¦sta no es necesaria o cuando la v¨ªctima no la desea. A diferencia de otras intervenciones terap¨¦uticas, los terapeutas suelen muchas veces ofrecerse a las v¨ªctimas, pero ¨¦stas, a veces, prefieren esforzarse por superar las dificultades por s¨ª solas o con la ayuda de sus familiares y amigos m¨¢s pr¨®ximos.
Enrique Echebur¨²a es catedr¨¢trico de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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