MAITE JARO NARRILLOS / Una mujer de armas tomar
Maite habr¨ªa cumplido hoy 33 a?os y los habr¨ªa celebrado en su casa de Coslada con su "pitufina", Andrea, con tres a?itos reci¨¦n cumplidos, y con Pepe, su marido, y con su hermana Mar¨ªa Jes¨²s y sus sobrinos. Los atentados terroristas la han separado para siempre de su ni?a, lo que m¨¢s quer¨ªa en el mundo. "Me acuerdo de que cuando naci¨® me dijo: 'Ya puedes hacer lo que quieras, como si te vas", sonr¨ªe Pepe, a quien ahora se le vienen a la cabeza las im¨¢genes de cuando la conoci¨®, como si fuera ayer: "La estoy viendo en la escalera de la empresa en la que trabaj¨¢bamos pregunt¨¢ndome con socarroner¨ªa y a voz en grito: 'Pepe, ?t¨² me quieres'. Y yo le respond¨ªa: 'M¨¢s de lo que t¨² te piensas".
Dos a?os y medio de noviazgo, una boda familiar y, al fin, Andrea, la ni?a m¨¢s deseada. Tanto, tanto, que naci¨® un mes y una semana antes de tiempo. Maite, que era una mujer de armas tomar, quer¨ªa que su ni?a fuera como ella: en¨¦rgica, alegre, independiente, reivindicativa, estudiosa y, a poder ser, ginec¨®loga "para que ayudase a otras mujeres", cuenta Pepe, que se siente desbordado por el enorme "encargo" que le ha dejado. "Ella lo har¨ªa mucho mejor que yo", se lamenta.
Desde aquella fat¨ªdica ma?ana en la que Maite no llam¨® a las 8.40, como siempre, desde su puesto de teleoperadora para hablar con su ni?a reci¨¦n levantada antes de que se fuera a la guarder¨ªa, desde ese d¨ªa kafkiano entre hospitales y tanatorios, Andrea, que habla por los codos, s¨®lo ha preguntado una vez por "su mamita". "Le dije: '?Ves aquella nube?, all¨ª est¨¢ mam¨¢ y nos est¨¢ mirando", dice Pepe. Hace unos d¨ªas que se despidieron de Maite. Fue en la playa de la Lanzada, en Pontevedra, su sitio preferido para momentos dif¨ªciles y el lugar en el que posiblemente fue concebida Andrea. All¨ª qued¨®, tal y como quiso, su cuerpo hecho cenizas y su alma, para siempre.-
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