La derecha francesa apela al voto ultra para frenar a la izquierda en las regionales
Chirac abordar¨¢ cambios en el Gobierno si la mayor¨ªa conservadora pierde los comicios
La izquierda aborda la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas en posici¨®n de ventaja. De los resultados de hoy depende una crisis de Gobierno, destinada a compensar los efectos nacionales de la posible derrota de la derecha, aunque el objetivo formal de los comicios se limita a elegir 1.829 consejeros regionales. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha cedido el protagonismo de la campa?a al titular de Interior, Nicolas Sarkozy, que ha multiplicado los intentos de movilizaci¨®n y no ha dudado en apelar, como otros, al electorado ultraderechista.
Votaci¨®n tras votaci¨®n, en Francia se est¨¢ construyendo un sistema de tres opciones pol¨ªticas, una de las cuales es el populismo ultraderechista. Sarkozy intenta romper esa l¨®gica con la pretensi¨®n de impedir que cristalice un tr¨ªo en el que la derecha republicana ser¨ªa dif¨ªcilmente mayoritaria. El domingo pasado, las candidaturas de izquierda sumaron el 40% de votos frente al 34% de la derecha y el 16% de la extrema derecha.
Las tres se enfrentan hoy en 17 regiones, dada la voluntad del jefe ultraderechista, Jean-Marie Le Pen, de mantener listas propias en todos los sitios donde su partido, el Frente Nacional, rebas¨® el m¨ªnimo de votos exigido (10%). Por el contrario, la extrema izquierda no salt¨® el list¨®n en ninguna parte. El elevado n¨²mero de enfrentamientos "triangulares" reduce los duelos cl¨¢sicos entre la izquierda (socialistas, comunistas y ecologistas) y la derecha, integrada por la formaci¨®n gubernamental Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP) y la centrista Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF).
"No veo por qu¨¦ va ser un crimen dirigirse a ellos", clam¨® Sarkozy en un mitin celebrado en Niza, en referencia a los electores ultraderechistas. "Hay que decir a los que han votado por el Frente Nacional que si vuelven a hacerlo el domingo pr¨®ximo habr¨¢n conseguido que gane la izquierda", martille¨® el portavoz del Gobierno, Jean-Fran?ois Cop¨¦, en el final de campa?a en Par¨ªs.
Este ¨²ltimo es de los m¨¢s interesados en reba?ar votos, como candidato a la presidencia de la regi¨®n parisiense, donde el escrutinio se anuncia muy cerrado. Si la derecha logra ganar en esa zona, la noche electoral habr¨¢ cambiado de tono. La regi¨®n de Par¨ªs, habitada por 11 millones de personas, supondr¨ªa un contrapeso a la p¨¦rdida de otras tradicionalmente conservadoras.
Raffarin, en la picota
El presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, mantiene un mutismo absoluto sobre las consecuencias que piensa extraer del voto de hoy. A principios de la semana se desat¨® una oleada de especulaciones dando por segura la destituci¨®n del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, contrarrestadas por ¨¦ste con una serie de consultas en su partido y conversaciones con periodistas, en las que difundi¨® la idea de seguir, "si lo desea el presidente", cambiando el Gabinete.
Las v¨ªctimas pueden ser el fil¨®sofo Luc Ferry, hasta ahora titular de Educaci¨®n, o el m¨¦dico Jean-Fran?ois Mattei, ministro de Sanidad. Tambi¨¦n el ministro de Econom¨ªa, Francis Mer, figura en las quinielas de las cesant¨ªas. Como si quisiera darles la raz¨®n, ¨¦l mismo no oculta un pesimismo descarnado sobre la gobernaci¨®n de sus compatriotas: "Hay que tener una conciencia clara de las reglas de juego del comercio mundial", ha dicho recientemente. "Si empezamos a tener miedo y buscamos protegernos, metiendo la cabeza en la arena, que es el deporte favorito de los franceses (...), no contribuimos a construir un mundo favorable a las generaciones futuras".
El avance de la izquierda se interpreta en clave de castigo a las reformas sociales del Gobierno de Raffarin. Diferentes colectivos rechazan la necesidad de trabajar m¨¢s tiempo para tener derecho a pensiones, hasta el extremo de que centenares de bomberos mantuvieron el jueves pasado una batalla campal contra la polic¨ªa antidisturbios en los barrios m¨¢s elegantes de Par¨ªs, con un resultado de 33 heridos, a cuento de las reclamaciones de aqu¨¦llos a favor de mejores jubilaciones. Las muestras constantes de falta de cohesi¨®n social auguran muchas dificultades a la agenda de Raffarin.
Los dirigentes de la izquierda reh¨²yen todo triunfalismo, temerosos de que les marquen el gol en el ¨²ltimo minuto del partido. Ganar en un n¨²mero importante de regiones les permitir¨ªa reconstruir la "izquierda plural".
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