Por las libertades y contra el terrorismo
Fue Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, entonces l¨ªder de la oposici¨®n y secretario general del PSOE, empe?ado en grandes acuerdos sobre pol¨ªticas de Estado, quien propuso el 17 de noviembre de 2000 un pacto por la libertades y contra el terrorismo al Gobierno y a las fuerzas con representaci¨®n parlamentaria. La propuesta fue recibida con rechifla en la banda gubernamental y el propio Mariano Rajoy se lanz¨® enseguida a desacreditarla. Luego hubo una reconsideraci¨®n, el pacto se firm¨® el 12 de diciembre con toda solemnidad y despu¨¦s Aznar se apoder¨® del pacto y lo utiliz¨® de forma unilateral de modo que los socialistas hubieron de enterarse de las iniciativas y acciones en ¨¦ste ¨¢rea -recursos al Tribunal Constitucional o modificaci¨®n del C¨®digo Penal, por ejemplo- mediante la lectura de los peri¨®dicos del d¨ªa siguiente o la escucha de los informativos de la radio y la televisi¨®n.
La convocatoria del Pacto, que nunca estuvo disponible para los socialistas, sigue pendiente desde hace muchos meses y s¨®lo podr¨¢ reunirse despu¨¦s de la sesi¨®n de investidura en el Congreso de los Diputados del nuevo presidente, prevista para los d¨ªas 15 y 16 de abril. Entre tanto, la misma noche del domingo d¨ªa 14, cuando el escrutinio arroj¨® la victoria electoral del PSOE, la primera comparecencia p¨²blica ante la prensa de Zapatero empez¨® con un recuerdo emocionado para las v¨ªctimas del 11-M y la proclamaci¨®n como prioridad de la lucha contra el terrorismo. As¨ª que ?de d¨®nde viene la siembra de la desconfianza en la que parece haberse especializado el PP?, ?por qu¨¦ tantas advertencias al ganador en las urnas para que no se baje del autob¨²s de la lucha antiterrorista como si continuar en ¨¦l estuviera en cuesti¨®n?, ?qui¨¦n se baj¨® sino el PP del Pacto de Ajuria Enea suscrito por todas las fuerzas democr¨¢ticas para acabar con ETA? ?A cuento de qu¨¦ el intento de presentar el triunfo del PSOE como deudor de Al Qaeda?
En cuanto a la presencia de las tropas espa?olas en Irak conviene recordar que la invasi¨®n de ese pa¨ªs se hizo para conjurar la amenaza de unas armas de destrucci¨®n masiva, de cuya existencia nunca m¨¢s se supo, sin relaci¨®n alguna con terrorismo de ninguna clase. Como tuvo ocasi¨®n de decirle un buen amigo periodista al ministro de Defensa, Federico Trillo, con ocasi¨®n de una visita a la base de Diwaniya el 28 de septiembre de 2003, all¨ª hab¨ªa un dictador, un genocida, un satan¨¢s, pero de terrorismo ni rastro. Ese otro fen¨®meno criminal s¨®lo ha surgido despu¨¦s de la invasi¨®n tanto en su dimensi¨®n interior, unido a la resistencia, como a escala internacional para servir de base a toda clase de grupos, con Al Qaeda incluido.
Sabemos adem¨¢s por ciencia propia, aprendida con sangre, que no se matan moscas a ca?onazos, ni tiene utilidad alguna dar coces contra el aguij¨®n como tampoco son de utilidad las Fuerzas Armadas en la lucha antiterrorista. Buen trabajo cost¨® a la naciente democracia espa?ola desmontar todo el tinglado de diferenciar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado del ¨¢mbito militar y terminar con los Tribunales Militares y los Consejos de Guerra que s¨®lo serv¨ªan para deslegitimar un empe?o b¨¢sico en el que tanto nos jug¨¢bamos todos. Terroristas y golpistas se alimentaban mutuamente y de una de esas alternancias nos vinieron diversas intentonas hasta culminar en la del 23 de febrero de 1981. Aprendimos de forma indeleble por ¨²ltima vez con el GAL que contra el terrorismo no hay atajos, s¨®lo los instrumentos del Estado de derecho. Y esa ense?anza es v¨¢lida sin restricciones territoriales. Por eso, el sistema seguido con los presos de Guant¨¢namo nos interpela a todos directamente. Si lo consentimos all¨ª acabaremos por tenerlo aqu¨ª. A Irak fuimos por otras razones y a cumplir otras tareas. Las condiciones para que nuestras fuerzas sigan all¨ª fueron enunciadas por el pr¨®ximo presidente del Gobierno en las mismas fechas en que se envi¨® a nuestros soldados y en absoluto guardan relaci¨®n con la masacre del 11-M. Intentar ahora una amalgama es contravenir la m¨¢s elemental decencia.
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