PEDRO HERMIDA MART?N / Amigos de la pandilla

A Pedro Hermida Mart¨ªn, de 51 a?os y representante sindical de UGT en el banco en el que trabajaba, la Caixa Catalunya, le defin¨ªa la creencia profunda "en la convivencia y la democracia". As¨ª lo recuerda su esposa, Mar¨ªa Antonia, quien solicit¨® que no se publicara su fotograf¨ªa. Cuenta tambi¨¦n que era tal su rectitud y su sentido de la responsabilidad que, aunque el banco le hab¨ªa dado un tel¨¦fono m¨®vil para su puesto como responsable en el departamento de extranjeros (el que se encarga de las operaciones bancarias con el exterior), jam¨¢s lo utiliz¨® para llamadas personales. "Era su norma, ten¨ªa una integridad impresionante", recuerda Mar¨ªa Antonia de su esposo, madrile?o desde los seis a?os, cuando lleg¨® desde Sese?a (Toledo), su localidad natal.

Siempre estaban juntos, como hab¨ªa sido desde los 17 a?os, cuando se conocieron. Ella viv¨ªa en la zona de Pueblo Nuevo. ?l no muy lejos, en el barrio de El Carmen. Quiso la suerte que una amiga de Mar¨ªa Antonia compartiera con ¨¦l el mismo grupo de amigos del barrio. "Yo bajaba a verla a ella y acab¨¦ formando parte de la pandilla. Desde el mismo d¨ªa en que nos conocimos, empezamos a salir", rememora.

Ya no se separaron. Por eso, fue ella quien, como todas las ma?anas, el 11 de marzo le acerc¨® a la estaci¨®n de tren en el coche. Habitualmente lo recog¨ªa al finalizar la jornada y volv¨ªan juntos a casa. As¨ª, juntos, les gustaba hacer de todo: pasear, compartir el tiempo libre con sus tres hijos, conversar. "Era una persona totalmente normal, como tanta gente que trabaja", dice su esposa. "Un poco exigente con los chicos, en cuanto a los estudios y el trabajo". Como aquellas personas que antes que a los dem¨¢s se exigen mucho a s¨ª mismas. Pero el rasgo que prefiere destacar ahora era su total entrega a sus hijos.-