La vieja industria sue?a con los fondos europeos
Ursus, la legendaria f¨¢brica de tractores de Polonia, vegeta en espera de la UE
La vieja f¨¢brica de tractores Ursus, gloria del comunismo en Polonia, languidece hoy. De 16.000 trabajadores ha pasado a 400. De 61.000 tractores de producci¨®n a 3.200. EL PA?S inicia hoy una serie de reportajes para presentar a los 10 pa¨ªses que, desde el 1 de mayo, ser¨¢n miembros de la Uni¨®n Europea.
La f¨¢brica de tractores de Ursus fue en la d¨¦cada de los setenta uno de los estandartes de la Polonia comunista. Concebida para producir m¨¢s de 100.000 tractores al a?o y con 16.000 obreros de plantilla, la f¨¢brica se extend¨ªa por 180 hect¨¢reas a unos 15 kil¨®metros al oeste de Varsovia. Por todo el campo polaco los tractores con el nombre de Ursus en el morro constitu¨ªan un aut¨¦ntico s¨ªmbolo. Para los agricultores eran la se?al de haber alcanzado cierta prosperidad. Trabajar la tierra con un tractor convert¨ªa en estampas del pasado las im¨¢genes del caballo y el arado. Todo gracias a los tractores producidos en Ursus. En torno a las naves de la f¨¢brica creci¨® la ciudad. Los obreros de Ursus constitu¨ªan, junto con los mineros de Silesia, los sider¨²rgicos de Nowa Huta, cerca de Cracovia, y los trabajadores de los astilleros del B¨¢ltico, la aristocracia del proletariado polaco.
"No aceptamos las normas que nos impone Bruselas", se?ala un dirigente de Solidaridad
Los trabajadores de Ursus estaban entre los m¨¢s combativos. De las huelgas de 1976, surgi¨® all¨ª el Comit¨¦ de Autodefensa de los Trabajadores (KOR), precursor del sindicato independiente Solidaridad, que se fund¨® cuatro a?os m¨¢s tarde en Gdansk y de inmediato tambi¨¦n en Ursus. En los meses de existencia legal de Solidaridad bajo el comunismo, los obreros de Ursus fueron los que m¨¢s quebraderos de cabeza provocaban por su combatividad tanto al r¨¦gimen comunista como a la direcci¨®n del sindicato independiente.
De aquellos d¨ªas de gloria no queda nada. Ursus se ha reconvertido en un p¨¢ramo industrial: galpones vac¨ªos y gigantescas naves de un amarillo desva¨ªdo de hasta 500 metros de largo y 10 metros de altura. Las v¨ªas de ferrocarril, por donde circulaban los trenes cargados de tractores, ahora est¨¢n muertas con la hierba crecida entre los ra¨ªles. Las 180 h¨¦ct¨¢reas han quedado reducidas a seis. La plantilla ha pasado de 12.000 en 1997 a los 400 actuales. De los 61.000 tractores producidos en 1981 se ha ca¨ªdo a 3.200 ahora.
En Ursus se palpa la desolaci¨®n. Obreros con gesto adusto salen de la f¨¢brica. Hablan y dan rienda suelta a su desencanto, pero se niegan a dar su nombre, temerosos de sufrir represalias. Los testimonios se parecen unos a otros. Baste uno como muestra: "Soy montador de tractores en lo que queda de la f¨¢brica Ursus. Tengo 44 a?os, esposa y dos hijos. Uno de ellos estudia a distancia y el otro va a la escuela industrial. Desde septiembre los dos est¨¢n en casa porque no encuentran trabajo. [El paro en Polonia alcanza casi el 20%]. Mi hija tiene 20 a?os y mi hijo 19. Por mi trabajo recibo una paga irrisoria que no nos alcanza para mantenernos. Gano 1.400 zlotys mensuales. Tengo miedo a perder el trabajo porque no s¨¦ qu¨¦ ser¨¢ de m¨ª ma?ana. A mi edad, ?d¨®nde voy a hallar otro trabajo? Incluso es posible que a alguien no le guste el peque?o grupo de obreros que a¨²n tenemos trabajo y nos despidan".
Rememora el obrero los d¨ªas de los despidos: "Cuando comenzaron a despedir a la gente los obreros protestamos. Comenzamos a ir a Varsovia y agotamos todas las v¨ªas. Recib¨ªamos s¨®lo promesas, que nunca se cumplieron. Todos piensan que si entramos en la UE nos van a llenar de dinero y nadie sabe a qu¨¦ se comprometieron nuestros dirigentes, que s¨®lo esperan ocupar sus sillones en Bruselas despu¨¦s de que Polonia entre en la UE". Sobre el pasado piensa que "a la vista de lo que ha ocurrido a partir del a?o 1989, nosotros como obreros viv¨ªamos mucho mejor en los tiempos del socialismo. No deb¨ªamos preocuparnos por el ma?ana o de si llevar¨ªamos dinero a casa, pues ¨¦ste estaba asegurado por nuestro trabajo cada mes. El dinero alcanzaba para todo y hab¨ªa trabajo para todos".
El trabajador de Ursus pertenece al sindicato Solidaridad: "Durante los ¨²ltimos ocho a?os he sido presidente del sindicato en mi secci¨®n, pero estoy muy desilusionado. Si pudi¨¦ramos hacer retroceder la historia, un 75% de los trabajadores no apoyar¨ªa a los dirigentes que ten¨ªa Solidaridad en el a?o 1989. Fuimos estafados por nuestra propia gente". Sobre la Uni¨®n Europea su opini¨®n no es muy positiva: "Si Polonia entra en la UE, no puede haber nada bueno. Nosotros somos un pa¨ªs pr¨¢cticamente agr¨ªcola y podr¨ªamos estar en condiciones de alimentar a todos los ciudadanos y tener una buena situaci¨®n econ¨®mica. Occidente nos meti¨® el dedo en la boca en 1989 [ca¨ªda del r¨¦gimen comunista] y ahora estamos pagando caro el pecado de habernos dejado embaucar. Ellos abrieron en Polonia almacenes de ventas al por mayor y tienen un gran mercado que consume sus productos. Ahora no pertenezco ni me pronuncio por ning¨²n partido porque lo que se ve, lo que ocurre en nuestro Gobierno, es un infantilismo y una bufonada. El poder juega con nosotros".
En una nave se encuentra ahora lo que queda de la f¨¢brica de Ursus, la direcci¨®n y la cadena de montaje. El ingeniero de 52 a?os Jan Olszewski ha tomado posesi¨®n del cargo de director hace s¨®lo una semana. Ursus se mantiene en r¨¦gimen de propiedad estatal y depende en ¨²ltima instancia del Ministerio del Tesoro P¨²blico. Explica Olszewski que los cambios sociopol¨ªticos y la econom¨ªa de mercado hac¨ªan que la producci¨®n de tractores no se ajustase a la demanda: "La f¨¢brica se reestructur¨® en un espacio m¨¢s reducido y con menos patrimonio". Las naves vac¨ªas, la casi totalidad de las 180 hect¨¢reas, las entreg¨® la f¨¢brica al municipio para saldar las deudas pendientes. Ahora el Ayuntamiento de Ursus est¨¢ ubicado sobre lo que antes era la direcci¨®n de la empresa. El Ayuntamiento ha alquilado o vendido lo que ha podido.
El director de Ursus reconoce que los ¨ªndices de la UE establecen que para obtener rentabilidad hay que producir unos 30.000 tractores anuales, "si nosotros hacemos 3.000 o 4.000 no es rentable". El mercado para los tractores de Ursus se encuentra en el mercado polaco, pero, sostiene Olszewski, "la agricultura polaca es muy pobre y muy pocos agricultores pueden invertir. En Polonia se venden de 5.000 a 6.000 tractores anuales y en Italia con una estructura comparable se venden 30.000". La esperanza se encuentra depositada "en los fondos europeos para el desarrollo de la agricultura y las medidas de apoyo a las granjas. En Polonia hay registrados m¨¢s de un mill¨®n de tractores. Con un ritmo de 5.000 vendidos anuales se tardar¨ªan 200 a?os en renovar el parque. Hay dos millones de granjas privadas y si 20, 30 o 50.000 compran tractores con las ayudas europeas podr¨ªamos sobrevivir".
La sede de Solidaridad en Ursus es un edificio destartalado con un sinf¨ªn de s¨ªmbolos religiosos colgados en las paredes. En la oficina del sindicato, su secretario, Janusz Mierkowski, reconoce que vot¨® no en el refer¨¦ndum sobre el ingreso de Polonia en la UE: "No aceptamos las normas que nos impone Bruselas. Se liquid¨® la siderurgia en Polonia y ahora se ve que es negocio, pero nos dijeron que hab¨ªa que liquidarla. No se nos dice qu¨¦ podemos desarrollar. Lo que tenemos que hacer es retroceder". El vicepresidente de Solidaridad, Wiktor Wieckowski, saca a relucir el romanticismo polaco: "Nunca supimos aprovechar con sangre fr¨ªa las ventajas. Ahora estamos en Irak con Estados Unidos sin pensar que se pod¨ªa ganar dinero. Los otros se quedan con el dinero y nosotros con los problemas".
![Un militante de Solidaridad de la f¨¢brica de tractores Ursus ondea la bandera del sindicato durante una protesta en Varsovia en marzo de 1998.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QATILQVWOOJNKZZZBL3NXRVAEQ.jpg?auth=e063c441b1c1c2b71378f06aacffe6efd9c48f36ff5394ac17c97f4708e8b36e&width=414)
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