6.000 transexuales exigen una ley que les asegure tratamientos gratuitos y el registro de su nombre
Reclaman el derecho a una vida seg¨²n su g¨¦nero, como ha admitido un tribunal de la Armada
Los m¨¢s de 6.000 transexuales espa?oles est¨¢n "hartos de tener que ir arrancando derechos a golpe de sentencia", afirma la presidenta de la asociaci¨®n Transexualia, Juana Ramos. El ¨²ltimo intento de regulaci¨®n -la Ley de Identidad Sexual del PSOE- fue bloqueado por el PP en la Comisi¨®n de Justicia del Congreso en 2001. El pasado d¨ªa 25, un tribunal m¨¦dico de la Armada reconoci¨® a una mujer su condici¨®n de transexual y su derecho a reincorporarse a su puesto de cabo segundo. Desde que en 1983 se despenalizaran las intervenciones de reasignaci¨®n de sexo, cada caso se tiene que batallar individualmente en los tribunales para conseguir que el Registro Civil reconozca el nombre y g¨¦nero con el que viven.
Los transexuales temen que despu¨¦s de a?os en la vanguardia del movimiento GLTB (gay, l¨¦sbico, transexual y bisexual), sus aspiraciones queden en segundo plano. "Despu¨¦s del par¨®n del PP, es nuestra segunda oportunidad. Si no lo conseguimos ahora, no lo haremos nunca", afirma M¨®nica Mart¨ªn, secretaria y fundadora, en 1987, de Transexualia.
Las peticiones son muy concretas: "Que podamos cambiar el nombre y el sexo en el Registro Civil de acuerdo con nuestro sexo psicosocial; que se reconozca nuestra experiencia vital, nuestro rol", afirma Pedro, de 33 a?os y transportista de una empresa de alimentaci¨®n. ?l tuvo que llevar el cambio hasta el final: hormonaci¨®n, extirpaci¨®n de mamas y reconstrucci¨®n genital (la llamada faloplastia) para que una sentencia reconociera en ¨¦l al hombre que muestra su aspecto.
Hasta ahora han tenido que ganar cada derecho en los tribunales. El caso de la cabo segundo de la Armada Mar¨ªa del Mar Gordo, readmitida por la Armada, es la ¨²ltima sentencia. Despu¨¦s de la modificaci¨®n del C¨®digo Civil de 1983, en julio de 2007 una canaria consigui¨® inscribirse legalmente con otro nombre y sexo en el registro Civil, recuerda Carla Antonelli, del ?rea Transexual del Grupo GLTB del PSOE.
"Depende del juez"
"Pero cada caso depende del juez del Registro", afirma Mart¨ªn. Por eso algunas cambian su nombre por otro m¨¢s "ambiguo" (Reyes, Camino), que pueda servir para su sexo (masculino, seg¨²n el registro) y su vida como mujer, explica.
Desde 1991, para conseguir la inscripci¨®n hace falta pasar por el quir¨®fano. Pero este proceso es caro (s¨®lo lo ofrece la sanidad p¨²blica de Andaluc¨ªa y Extremadura) y peligroso, y no todos est¨¢n dispuestos a operarse. "Yo he aprendido a construir mi g¨¦nero, pero la cirug¨ªa no se ajusta a lo que quiero. Actualmente, con ella no voy a tener una sexualidad plena", dice Mart¨ªn. "En el caso de los hombres, la reconstrucci¨®n es todav¨ªa peor", dice Jos¨¦, un mensajero de 37 a?os.
El proceso cuesta m¨¢s de 12.000 euros para la transformaci¨®n de hombre a mujer, y m¨¢s de 24.000 cuando es a la inversa, y tiene otra complejidad: encontrar al cirujano adecuado. Es en el momento en que se encuentra Jos¨¦. Ahora est¨¢ de baja por un accidente con la moto, y no ve la forma de reunir el dinero.
La cirug¨ªa es s¨®lo un paso. Antes, hay un proceso de unos dos a?os de hormonaci¨®n, y m¨²ltiples retoques. "En los chicos, las hormonas preparan la operaci¨®n. Hacen que sea m¨¢s f¨¢cil la extirpaci¨®n de los ¨®rganos genitales femeninos, y limitan el crecimiento de los pechos", apunta Pedro. "En las mujeres hay que incluir la depilaci¨®n, implantes de silicona en los pechos y cirug¨ªa pl¨¢stica para adecuar los rasgos. Depende de lo guapa que quiera verse una", dice Mart¨ªn.
Para financiar estos cambios hace falta m¨¢s dinero. "La de prostituci¨®n que he tenido que tragar para pagarlo", comenta Mart¨ªn. Pedro, en cambio, ha tenido que recurrir a cr¨¦ditos. La soluci¨®n ser¨ªa que la Seguridad Social sufragara el proceso. "Una vez que se regularizara la situaci¨®n de los que est¨¢n en lista de espera [unos 3.000, seg¨²n c¨¢lculos de Transexualia], ser¨ªan unas 15 o 20 personas al a?o. Una cifra perfectamente asumible por el Estado", se?ala Antonelli.
Adem¨¢s de los papeles, el trabajo es uno de sus grandes problemas. "Hace falta una ley de discriminaci¨®n positiva", apunta Antonelli. "Cuando vas a pedir un trabajo y ven tu DNI, no te lo dan", redunda Mart¨ªn, que est¨¢ en paro. "Yo he perdido dos trabajos, de pintor y fontanero, por eso", a?ade Jos¨¦. La excepci¨®n son "los funcionarios que comienzan el cambio cuando ya tienen plaza", indican. "Trabajar para el Estado es un seguro", se?ala Mart¨ªn.
La soluci¨®n est¨¢, de nuevo, en la ley que el PSOE ha prometido. "Sin ley no habr¨¢ papeles, y sin papeles no habr¨¢ vida normal, trabajo ni vivienda", remata Pedro.
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