Barcelona se vuelve a subir al tranv¨ªa
110.000 ciudadanos colapsan la nueva l¨ªnea en los trayectos inaugurales
Barcelona ha recuperado el tranv¨ªa. Dispuso de ¨¦l entre 1872 y 1971, cuando fue eliminado y s¨®lo qued¨® en funcionamiento el tranv¨ªa azul, que une la parte alta de la ciudad con el funicular que lleva al parque del Tibidabo. El tranv¨ªa azul es m¨¢s atracci¨®n que modo de transporte. Pero desde hoy hay un tranv¨ªa de verdad. Y dentro de tres semanas, habr¨¢ dos: una l¨ªnea en cada extremo de la ciudad.
La que hoy entra en funcionamiento se inaugur¨® el s¨¢bado. Une la plaza de Francesc Maci¨¤ (en el l¨ªmite de la zona alta de Barcelona) con las poblaciones de L'Hospitalet, Esplugues, Cornell¨¤ y Sant Joan Desp¨ª, cruzando la zona universitaria. De hecho, discurre por un continuo urbano de 15,2 kil¨®metros, con un tramo com¨²n donde la frecuencia de paso es de cinco minutos. El precio del billete es el mismo que el del metro y el autob¨²s, y da derecho a transbordar a estos sistemas de transporte (con los que conecta) sin tener que pagar de nuevo, y a la inversa.
Los vecinos olvidaron los 21 accidentes de los meses de prueba y no se sumaron al boicoteo que ped¨ªa la oposici¨®n
Durante la fase de construcci¨®n, el tranv¨ªa ha tenido muchos cr¨ªticos. No pocos residentes en las localidades que cruza (y otras a las que se extender¨¢ en el futuro) sosten¨ªan que era un despilfarro y exig¨ªan un metro.
El anterior Gobierno auton¨®mico de CiU apost¨® por el tranv¨ªa porque, entre otras ventajas, no requer¨ªa una inversi¨®n inmediata, ya que se ha concedido a una empresa privada y el pago queda demorado decenas de a?os.
Para colmo, en dos meses de prueba ha tenido 21 accidentes. Dos por causas propias (ligeros descarrilamientos sin v¨ªctimas) y 19 como consecuencia de la indisciplina viaria: coches, camiones y furgonetas se han estrellado contra el tranv¨ªa y dos personas han sufrido heridas graves. M¨¢s o menos en la mitad de los casos, por saltarse sem¨¢foros en rojo; en la otra mitad, por realizar giros prohibidos. El tranv¨ªa acab¨® por convertirse en pasto de humoristas.
Y lleg¨® el d¨ªa de la verdad: el s¨¢bado. A las 12.30 un convoy parti¨® de las cocheras de Sant Joan Desp¨ª hacia Barcelona. Iba lleno de invitados. A la cabeza, el presidente Pasqual Maragall (con un traje de pana que recordaba el que usaban los tranviarios). Le acompa?aban los representantes municipales y el consejero de Pol¨ªtica Territorial, Joaquim Nadal. Tambi¨¦n su hermano, Manel Nadal, secretario de Movilidad, que se ha batido el cobre por el tranv¨ªa frente a la actual oposici¨®n (CiU y el PP), que antes lo defend¨ªa y que ahora, pretextando precipitaci¨®n en las pruebas, ped¨ªa que no se inaugurara. La ciudadan¨ªa no se sum¨® al boicoteo y se entreg¨® al tranv¨ªa, llegando a vitorearlo cuando una veintena de okupas decidieron cortarle el paso. Pararon el trayecto inaugural durante 80 minutos, aunque tuvieron que o¨ªr de todo. Los vecinos se mostraron airados, asegurando que no les representaban en modo alguno. "Queremos el metro, pero tambi¨¦n el tranv¨ªa", afirmaban.
Y lo demostraron. La empresa ofreci¨® ayer y anteayer viaje gratuito a todo el que lo quisiera. Miles de personas no pudieron hacerlo porque el ¨¦xito fue apote¨®sico y super¨® las previsiones. La capacidad del convoy es de 216 personas. En las 13 horas en que funcion¨® pod¨ªa transportar a 34.000 personas. Fue utilizado por m¨¢s de 50.000 y ayer los usuarios superaron los 60.000. Eso seg¨²n las m¨¢quinas validadoras que ficharon los billetes entregados gratis en las paradas. Hubo quien no pudo ni acercarse a esas m¨¢quinas.
Hoy empieza el d¨ªa de la verdad. Pago incluido. Pero los responsables del transporte p¨²blico creen que se han disipado sus temores y que han acertado al apoyar el tranv¨ªa, al mismo tiempo que la hoy oposici¨®n le daba la espalda.
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