La esquizofrenia de Ucrania
Preocupado por su seguridad personal, el presidente hipoteca el futuro del pa¨ªs entre la UE y Rusia
?Hacia la Uni¨®n Europea o hacia Rusia? El dilema que tensa la pol¨ªtica de Ucrania desde su independencia en 1991 sigue vivo en este pa¨ªs de 50 millones de habitantes, que Bruselas, con el impulso de Washington, por una parte, y Mosc¨², por la otra, quieren mantener en sus respectivos ¨¢mbitos de influencia, a ser posible a bajo coste, en nombre de sus propias estrategias en el continente.
Si se juzga por las declaraciones del presidente Leonid Kuchma, el dilema no existe. De forma simult¨¢nea, el l¨ªder ucranio gu¨ªa a su pa¨ªs en dos direcciones opuestas, es decir, hacia la integraci¨®n en la UE y hacia un Espacio Econ¨®mico Com¨²n (EEC) con Rusia, Kazajist¨¢n y Bielorrusia. Y si el sue?o de integrarse en la UE no es sustentado por ninguna promesa, la integraci¨®n con los vecinos postsovi¨¦ticos se plasma en un acuerdo suscrito por los l¨ªderes de los cuatro pa¨ªses en septiembre de 2003, que contempla la uni¨®n aduanera. No obstante, el documento no ha sido a¨²n ratificado por la Suprema Rada (el Parlamento) y su futuro es incierto.
Bruselas protesta de forma sistem¨¢tica ante las transgresiones de la democracia
La UE supone el 21% del comercio exterior de Ucrania y un 36% tras la ampliaci¨®n
La sensaci¨®n de esquizofrenia no se resolver¨¢ antes de las elecciones presidenciales del 31 de octubre pr¨®ximo, en las que Kuchma no compite. Su imagen se ha visto empa?ada por el asesinato del periodista Georgui Gongadze, presuntas ventas de un sofisticado radar (el Kolchuga) al r¨¦gimen de Sadam Husein, esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y represi¨®n de libertades.
La pol¨ªtica de Kuchma hoy est¨¢ marcada por la preocupaci¨®n por su seguridad cuando abandone la presidencia. Washington lo ha tratado mucho peor que a un dictador centroasi¨¢tico, pero Kuchma ha hecho todo lo posible para probar su lealtad a EE UU y a los aliados de la OTAN. Ucrania envi¨® 1.600 soldados a Irak y ha puesto su territorio al servicio de la Alianza.
El apoyo que Putin le prest¨® a Kuchma en sus peores momentos se ha traducido en una mayor integraci¨®n econ¨®mica con Rusia. Bor¨ªs Tarasiuk, jefe del comit¨¦ de Europa de la Suprema Rada, opina que el acuerdo de EEC firmado por los dirigentes postsovi¨¦ticos es "totalmente incompatible" con los proyectos de integraci¨®n europea. Rusia, afirma, no est¨¢ interesada en una zona de libre comercio con Ucrania, como lo demuestra la falta de aplicaci¨®n de acuerdos firmados en el 93 y el 94.
Fruto de la preocupaci¨®n de Kuchma es la reforma constitucional que est¨¢ siendo debatida en la Suprema Rada. Su fin es hacer que el sistema pol¨ªtico sea m¨¢s parlamentario y menos presidencial. En otras palabras, tender una trampa a V¨ªktor Y¨²shenko para el caso de que este contrincante de corte occidental logre la presidencia. La reforma en ciernes convertir¨ªa al presidente en una figura decorativa y har¨ªa depender el puesto de primer ministro de la mayor¨ªa parlamentaria, lo cual en teor¨ªa podr¨ªa permitir al mismo Kuchma reciclarse al frente del Gobierno o mantener al actual primer ministro, V¨ªktor Yanuk¨®vich, en su puesto. Kuchma se ha ganado a los comunistas y socialistas para la reforma. A cambio, ha firmado leyes que sustituyen el sistema electoral mixto (proporcional y por circunscripciones nominales al 50%) por un ¨²nico sistema proporcional. Eso fortalecer¨¢ a los partidos, pero tambi¨¦n consolidar¨¢ pr¨¢cticas monopolistas en un entorno pol¨ªtico inmaduro. Con s¨®lo 119 de los 450 esca?os de la Rada, la oposici¨®n liberal, aglutinada en torno a Y¨²shenko y la liberal Yulia Timoshenko, no puede parar la reforma constitucional.
La UE protesta de forma sistem¨¢tica ante las transgresiones m¨¢s evidentes de la democracia y la libertad de prensa, como el hostigamiento que ha silenciado a las emisoras Radio Liberty, Cinco Canal y Radio Continent. Sin embargo, en opini¨®n de Tarasiuk, las relaciones con Bruselas est¨¢n estancadas en parte por la falta de visi¨®n conceptual de la EU sobre el objetivo de la colaboraci¨®n y en parte por la actuaci¨®n de Kuchma. De momento, la UE ofrece a Kiev un puesto como vecino, al mismo nivel que Marruecos o L¨ªbano, pero no un tratado de asociaci¨®n, como pretenden los ucranios. "Cuando Albania o Rumania fueron considerados como pa¨ªses asociados estaban mucho peor que nosotros", se?ala Anatoli Grytsenko, presidente del Centro de Estudios Olexandr Razumkov.
Los diplom¨¢ticos de la UE recurren a la gastronom¨ªa para explicar por qu¨¦ Bruselas no abre una perspectiva de asociaci¨®n y posteriormente de integraci¨®n a Ucrania. La ¨²ltima ampliaci¨®n es como un "plato de potaje", dec¨ªa uno de ellos. "Durante la larga y dif¨ªcil digesti¨®n del guiso, la UE no puede ni pensar en otra comida", afirmaba.
Seg¨²n un sondeo citado por Grytsenko, un 60% de los ucranios est¨¢ a favor del ingreso en la UE y un 65% a favor de la integraci¨®n en el EEC.
La UE supone el 21% del comercio exterior de Ucrania, y cerca de un 36% del mismo tras la ampliaci¨®n. La UE ampliada ser¨¢ el principal mercado de exportaci¨®n de Ucrania, ligeramente por encima del postsovi¨¦tico. Pero la alta dependencia energ¨¦tica har¨¢ que las importaciones ucranias sigan dominadas por Rusia a medio plazo.
La competencia de intereses econ¨®micos extranjeros en Ucrania tiene a menudo una dimensi¨®n pol¨ªtica, pero hay nuevas realidades. Anatoli Chub¨¢is, el presidente del monopolio de la electricidad ruso, fracas¨® en su intento de participar en la privatizaci¨®n del sistema de energ¨ªa el¨¦ctrica ucranio. Seg¨²n el diputado Olexandr Gudima, la raz¨®n es "el surgimiento de un empresariado ucranio con sus propios intereses".
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