Luces y sombras en el legado de Oteiza un a?o despu¨¦s de su muerte
Al ¨¦xito popular del Museo de Alzuza se oponen diversos pleitos judiciales
Un a?o despu¨¦s de la muerte de Jorge Oteiza, el 9 de abril de 2003, las luces y las sombras rodean su legado. Son ya 50.000 personas las que han visitado la Fundaci¨®n-Museo de Alzuza (Navarra) y han conocido su legado art¨ªstico y la casa taller donde vivi¨® y trabaj¨®. La presunta reproducci¨®n ilegal de algunas esculturas, el pleito judicial de sus herederos, un d¨¦ficit de gesti¨®n de 600.000 euros y la divisi¨®n del patronato son los datos negativos. La galer¨ªa Marlborough ha decidido paralizar el contrato que firm¨® en 2001 con el artista para comercializar su obra.
El consejero navarro de Cultura y vocal de la Fundaci¨®n, Juan Ram¨®n Corpas, considera que son m¨¢s las luces que las sombras en este primer a?o de funcionamiento del complejo muse¨ªstico. La Administraci¨®n navarra ha invertido en Alzuza m¨¢s de doce millones de euros. Los cubos de color sanguina del testamento arquitect¨®nico de Francisco Javier S¨¢enz de Oiza exhiben desde mayo de 2003 una selecci¨®n de las esculturas, tizas, libros, dibujos in¨¦ditos, escritos, ensayos, documentaci¨®n y objetos personales del legado de Oteiza.
En octubre se abri¨® al p¨²blico la casa-taller del artista, Pedro Manterola dirige la c¨¢tedra Oteiza en la Universidad P¨²blica de Navarra y cientos de ni?os han frecuentado los talleres did¨¢cticos, seg¨²n el deseo del escultor de fomentar la educaci¨®n est¨¦tica del ni?o.
"Eran los principales desaf¨ªos", asegura Corpas, "y se han realizado con ¨¦xito". Corpas subraya que la voluntad expresa de Oteiza, con la complejidad del lenguaje de un artista genial y contradictorio, se est¨¢ ejecutando. "Su colecci¨®n est¨¢ custodiada con las debidas medidas de seguridad, est¨¢ expuesta al p¨²blico y nos queda evitar las dudas sobre la legitimidad de las reproducciones".
En ese ¨²ltimo apunte radica la m¨¢s grave de cuantas pol¨¦micas han acompa?ado el primer a?o de existencia del museo. La decisi¨®n de la galer¨ªa Marlborough de poner en manos de la polic¨ªa diversa documentaci¨®n para que se investigue la presunta existencia de esculturas falsificadas de Oteiza ha sido el ¨²ltimo cap¨ªtulo del contencioso iniciado en 2001, cuando, a trav¨¦s de su albacea art¨ªstico, Carlos Catal¨¢n, eligi¨® a esta entidad para comercializar su obra.
Los representantes del Gobierno navarro en la Fundaci¨®n nunca vieron con buenos ojos el contrato, firmado a los 92 a?os por el escultor, ni el deseo escrito de Oteiza de integrar a Catal¨¢n en el patronato, plasmado en escritura notarial el mismo a?o.
El intento del artista de modificar la composici¨®n de un ¨®rgano cuyos miembros hab¨ªa designado personalmente fue rechazado por un juez de Aoiz. Tampoco le gust¨® a Juan Huarte, presidente del Patronato, amigo y mecenas de Oteiza, la idea de que su protegido quisiera disponer de un enlace en la Fundaci¨®n. En los ¨²ltimos meses Huarte se ha visto obligado a usar el voto de calidad para romper los empates que casi siempre se producen en el seno de un Patronato dividido en el que Huarte, Corpas, la directora general de Cultura, Camino Paredes, y Marisa S¨¢enz Guerra forman un bloque homog¨¦neo que hace prevalecer su opini¨®n gracias al voto presidencial.
En enero de 2003, la Fundaci¨®n envi¨® un primer requerimiento notarial a Marlborough y a la compa?¨ªa Haim Chanin Fine Arts en el que se pon¨ªa en duda la legitimidad del proceso de comercializaci¨®n. El 15 de octubre de 2003 otro requerimiento a la calderer¨ªa Sarem de Anglet (Francia), donde se confeccionaron las reproducciones escult¨®ricas, establec¨ªa la duda sobre posibles copias "il¨ªcitas y fraudulentas".
El documento, dado a conocer por Corpas el pasado marzo, iba firmado por Marlborough, Pilar Oteiza, sobrina del escultor y nombrada por ¨¦ste heredera fiduciaria, y Juan Huarte. Seg¨²n se?al¨® el consejero de Cultura, en una exposici¨®n celebrada en el verano de 2003 en Girona, Marlborough comprob¨® que cinco de las copias escult¨®ricas expuestas de Oteiza ten¨ªan distintas medidas que las copias que obraban en su poder, cuando deb¨ªan ser id¨¦nticas al tratarse de reproducciones de una misma obra. Asimismo, tres piezas presentaban una numeraci¨®n il¨®gica (una de ellas llevaba la numeraci¨®n 1/3, pero Marlborough pose¨ªa la reproducci¨®n original 1/3 de esa obra). Igualmente, hab¨ªa varias obras sin numeraci¨®n.
Para explicar lo sucedido, Carlos Catal¨¢n compareci¨® en Pamplona acompa?ado del gerente de la calderer¨ªa francesa, Yves Ballase, y neg¨® que hubiera ilegalidades. Catal¨¢n reconoci¨® "errores de medici¨®n" y "errores t¨¦cnicos" ya subsanados, seg¨²n afirm¨®. El escritor Jos¨¦ Luis Merino, amigo de Oteiza, subraya que ¨¦ste "siempre se opuso a que su obra se comercializara, fuera por conducto legaloide o por procedimientos espurios". A?ade Merino que "si, aprovech¨¢ndose de la debilidad propia de la ancianidad alguien lo indujo en el ¨²ltimo lustro de su vida a que renegara de su firme creencia, sugiero que abominemos de ese alguien".
El ruido de las divisiones
La denuncia de falsificaciones ha agravado la divisi¨®n en el seno del Patronato. Los patronos Xabier Morr¨¢s, Jaione Apalategi, Jos¨¦ ?ngel Irigaray y Juan Antonio Urbeltz rechazan las acusaciones y siguen apoyando la integraci¨®n de Catal¨¢n en la Fundaci¨®n. Adem¨¢s, estiman que la voluntad testamentaria de Oteiza viene siendo vulnerada y sometida por el Gobierno de Navarra, en manos de Uni¨®n del Pueblo Navarro, a un "reduccionismo" de intereses partidistas.
En su ¨²ltima reuni¨®n, celebrada el pasado 17 de marzo, ambos sectores se pusieron de acuerdo a la hora de dejar sobre la mesa el informe de gesti¨®n econ¨®mica de 2003 y el proyecto de actividades para 2004 presentados por el director del museo, Alberto Rosales. Los 600.000 euros de d¨¦ficit acumulados en los primeros meses de funcionamiento del museo ser¨¢n auditados por la C¨¢mara de Comptos, el ¨®rgano fiscalizador de Navarra. Corpas subraya que se trata de un "problema de evaluaci¨®n de necesidades" que ser¨¢ resuelto con la contrataci¨®n de un gerente y en el que no ha habido "ning¨²n af¨¢n de lucro".
Rosales considera "muy positivo" el comportamiento del museo. "La crisis del Patronato gravita sobre la planificaci¨®n, la imagen y la actividad de un recinto especializado en el que, pese al contexto desfavorable, hemos formado un equipo t¨¦cnico extraordinario", a?ade.
Mientras tanto, los herederos del escultor se disputan su herencia en los tribunales. Juan, Jos¨¦ y Antonio Oteiza, hermanos de Jorge, as¨ª como ocho sobrinos del escultor, niegan la interpretaci¨®n que Pilar Oteiza, sobrina del artista, hace del testamento que en 1998 le otorg¨® el t¨ªtulo de heredera fiduciaria para velar por el cumplimiento de la voluntad de su t¨ªo. Los demandantes defienden la condici¨®n de herederos del patrimonio intestado de los cinco hermanos de Oteiza y aseguran que ese patrimonio alcanza a la obra art¨ªstica creada a partir de la donaci¨®n en 1992 a Navarra de su colecci¨®n, e incluye todos los derechos de autor sobre la reproducci¨®n de su obra y la gesti¨®n del contrato con Marlborough.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.