Una reinterpretaci¨®n del arte

El pasado ha sido siempre la materia prima con la que se ha construido el futuro. Muchas de las obras de los grandes maestros han sido objeto de peregrinaciones e imitadas por sucesivas generaciones de artistas, que las han incorporado a la suya de diferentes formas y maneras. Entre los ejemplos m¨¢s conocidos destacan las figuras de Miguel ?ngel basadas en frescos de Mazacillo, desde una perspectiva m¨¢s actual, las referencias a Vel¨¢zquez de Manet, un creador esencial en la evoluci¨®n del arte moderno, o la influencia del arte africano en la obra de Picasso, ampliamente documentada e incluso objeto de ¨¢cidas pol¨¦micas en su d¨ªa. Es de hecho, a partir de Picasso, que la originalidad del arte africano adquiere un reconocimiento p¨²blico, que se traduce tambi¨¦n en un inter¨¦s en el mercado art¨ªstico, es decir, que la apropiaci¨®n que hace Picasso de muchas de estas im¨¢genes legitima y revaloriza a su vez toda una tradici¨®n art¨ªstica pr¨¢cticamente olvidada que pasan a ser considerados de objetos tribales a la categor¨ªa de arte.

El artista m¨¢s fundamental en la reflexi¨®n sobre la obra de arte como objeto en s¨ª, al igual que sobre el entorno en el que se presenta, es sin duda Marcel Duchamp, que plante¨® abiertamente el car¨¢cter fetichista de la obra y la sacralizaci¨®n de que es objeto una vez expuesta en galer¨ªas o museos. Los planteamientos de Duchamp, los juegos del movimiento apropiacionista de los a?os ochenta y los m¨²ltiples significados e influencias de la obra de arte es el amplio tema por el que discurre la exposici¨®n que ahora presenta la reci¨¦n inaugurada sala Puertanueva, en la Facultad de Derecho de la Universidad de C¨®rdoba.

Titulada Arte dentro del arte,

la exposici¨®n es una ambiciosa y acertada selecci¨®n de obras de artistas espa?oles realizada por Mariano Navarro, comisario de la misma, que abarca todo tipo de medios, desde pintura hasta v¨ªdeo y que explora temas que van desde el apropiacionismo de la obra de arte hasta el coleccionismo como s¨ªmbolo de poder. Es as¨ª una profunda reflexi¨®n en la que una serie de artistas reinterpretan, elucubran o se adentran en obras cl¨¢sicas a las que vemos otra vez a trav¨¦s de ojos nuevos.

Las esculturas de Fernando S¨¢nchez Castillo deconstruyen ese monumento p¨²blico cl¨¢sico del pr¨®cer de la patria, omnipresente en toda urbe desde el siglo XIX. Ciudad sin h¨¦roes, por ejemplo, es una escultura sobre un gran pedestal en la que lo ¨²nico que se ve son los cascos de bronce del caballo que montaba el presunto palad¨ªn de alguna gesta nacional, cuya figura est¨¢ ahora ausente. Cascorro, referencia a un h¨¦roe de la guerra de Cuba, es igualmente una reevaluaci¨®n del hecho hist¨®rico y de la forma de representarlo en la que s¨®lo se ve un pedestal que simula m¨¢rmol sobre el que s¨®lo se aprecian las botas del h¨¦roe. Los Avignon Guys de Rafael Agredano, parte de un amplio estudio de la obra de Picasso de similar t¨ªtulo, son una provocaci¨®n bien argumentada, una variaci¨®n y un homenaje a uno de los iconos pict¨®ricos del siglo XX.

La reinterpretaci¨®n y actualizaci¨®n fotogr¨¢fica que hace por su parte Elena Rivero del famoso cuadro Las hilanderas, de Vel¨¢zquez, es m¨¢s que asombrosa, mientras que La libertad 2001, homenaje a la famosa revolucionaria de La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, realizada por Garc¨ªa & Gri?olo, contin¨²a el cariz pol¨ªtico de la obra citada. Igualmente notables son obras de Mateo Mat¨¦ como Del arte de hacer un barco y del arte de hundirlo, una reproducci¨®n de la batalla de Trafalgar, cuya tela rota se dobla y se sale del marco con la forma de un barquito de papel. Los paisajes ¨ªntimos de Monserrat Soto, que nos muestran las casas de coleccionistas de arte, permiten ver los lugares donde ¨¦stos viven y sit¨²an las obras que compran. Espacios y obras destinadas a su futura consagraci¨®n una vez que se donen a un museo, con lo cual el ¨¢mbito y el gusto privado se convierten en un arte p¨²blico oficial. La cita del coleccionista Onach que transcribe Soto en un texto del cat¨¢logo es expl¨ªcita al respecto: "Cuando compro una obra de arte obtengo una sensaci¨®n de libertad y movilidad. No me interesa ser artista, tampoco me interesan los artistas como personas, pero me fascina lo que hacen, porque es ah¨ª donde puedo contemplar los m¨¢s oscuros secretos del alma humana".