El M¨¢laga impone lo pr¨¢ctico
El equipo de Juande Ramos aprovecha las lagunas del Atl¨¦tico, que se queda sin el expulsado Torres
El Atl¨¦tico llegaba a M¨¢laga para intentar dar un paso m¨¢s en su camino hacia la clasificaci¨®n para la Copa de la UEFA de la temporada pr¨®xima. El M¨¢laga tambi¨¦n pero a diferencia de los rojiblancos, no se trata de una obligaci¨®n, sino de un premio, una corona para el trabajo de todo un curso. Estudi¨® el juego del contrario, sin complejos sobre la imagen que podr¨ªa ofrecer y acert¨®. El Atl¨¦tico no se atreve a eso y cay¨® ante la practicidad.
El M¨¢laga que salt¨® al campo fue un poco de mentirijillas, pero basado en una t¨¢ctica de las de verdad. Estaban Salva, Diego Alonso e Ins¨²a. Se supone que con el remate, la entrega en la pelea de los iluminados y el toque capaz de sorprender. Lo mejor que dispone en su arsenal un equipo que se distingue por su trabajo callado y honesto y que est¨¢ situado por delante de otros conjuntos que apuestan por convertir su d¨ªa a d¨ªa en una alocada sucesi¨®n de pu?aladas y maledicencias.
M?LAGA 3 - ATL?TICO 1
M¨¢laga: Calatayud; Gerardo (Duda, m. 86), Josemi (Fernando Sanz, m. 82), Litos, Valcarce; Edgar (Romero, m. 75), Miguel ?ngel, Leko, Ins¨²a; Salva y Diego Alonso.
?tl¨¦tico: Aragoneses; Gaspar, Garc¨ªa Calvo, Lequi, Santi; Aguilera (Novo, m. 68), De los Santos, Ibagaza (Jorge, m. 88), Nano (Musampa, m. 68); Paunovic y Torres.
Goles: 1-0. M. 31. Leko controla una dejada de Diego Alonso frente al ¨¢rea atl¨¦tica, recorta a Garc¨ªa Calvo y cruza pegado al palo.
2-0. M. 46. Diego Alonso remata a bocajarro un bal¨®n peinado por Edgar al saque de un c¨®rner.
2-1. M. 47. Nano remata un centro de Aguilera.
3-1. M. 49. Diego Alonso culmina con un disparo a la escuadra una gran jugada de Ins¨²a.
?rbitro: Gonz¨¢lez V¨¢zquez. Amonest¨® a Litos, Gaspar, Garc¨ªa Calvo, Miguel ?ngel, Josemi, Gerardo, y mostro tarjeta roja directa a Torres, (m. 79), que previamente hab¨ªa ya hab¨ªa sido amonestado.
Unos 20.000 espectadores en La Rosaleda.
Juande Ramos sabe muy bien lo que tiene entre manos y lo que puede dar y ayer busc¨® que su contrincante se desquiciara solito. Su alineaci¨®n fue el principio de esa t¨¢ctica.
Tan pronto como al tercer minuto del arranque, Diego Alonso remat¨® de cabeza un espl¨¦ndido centro desde la banda derecha malaguista de Edgar y un parad¨®n de los de videoteca de Aragoneses evit¨® el tanto de los de casa. Juande Ramos quer¨ªa un gol tempranero para aprovechar el presumible ataque de nervios de un equipo tan an¨ªmicamente complejo como el Atl¨¦tico. No lo logr¨® el delantero uruguayo, ni tampoco lo hizo Leko a saque de falta siete minutos despu¨¦s.
El Atl¨¦tico de gran parte de la primera mitad del encuentro fue el Atl¨¦tico que el entrenador malaguista quer¨ªa ver. El arre¨®n incial de los malaguistas despert¨® los fantasmas de un equipo que parece condenado a vivir a caballo entre la grandeza y el proletariado. Con la en¨¦sima alineaci¨®n de circunstancias, obligada, el Atl¨¦tico se encastill¨® moment¨¢neamente en sus paranoias, sin tiempo para atender a sus cualidades.
El M¨¢laga derroch¨® trabajo y la alineaci¨®n aparentemente atacante de Juande Ramos demostr¨® que era tambi¨¦n eficaz en la contenci¨®n. Al Atl¨¦tico no le quedaba m¨¢s remedio que tirar de su calidad, apelar a los hombres que son capaces de salirse de los sistemas propios y desbaratar los ajenos. En cuanto Ibagaza conect¨® un par de veces con sus compa?eros, el Atl¨¦tico creci¨®. Pero ese sinvivir al que le somete ser dos equipos (o incluso puede que alguno m¨¢s) en uno, le jug¨® a la contra. De timorato pas¨® a sobrado. Quiz¨¢ esa actitud llev¨® a que Torres frivolizara con el futuro de su equipo y la felicidad de su afici¨®n e intentara hacerle un ca?o a un defensa malaguista que no le sali¨® y envi¨® as¨ª una clara ocasi¨®n al garete.
Ibagaza se invent¨® un espacio de nuevo y dej¨® a Torres solo ante Calatayud. El joven delantero lo hizo todo bien esta vez, pero el bal¨®n peg¨® en el palo. El Atl¨¦tico parec¨ªa haber puesto el bozal a los malaguistas y hasta De los Santos logr¨® culebrear casi hasta la puerta malaguista. Pero el M¨¢laga entiende la lucha desde la astucia, prefiere la guerrila, la emboscada a la pelea en campo abierto. Y el Atl¨¦tico cay¨® en la trampa, se perdi¨® en sus propios problemas e ignor¨® el pu?al escondido en la alineaci¨®n malaguista. Ins¨²a empez¨® a descolgarse desde su escondite de la banda izquierda del ataque malaguista, mientras que Diego Alonso y Salva se pegaban en todo lo pegable con los despistados defensas atl¨¦ticos. Diego Alonso se ocupaba de bajar con la cabeza los pelotazos -de mejor o peor calidad- que le enviaban sus centrocampistas y uno de esos acab¨® en las botas de Leko, que recort¨® f¨¢cil a Garc¨ªa Calvo y aprovech¨® la desidia de Gaspar a la hora de meter el pie para disparar cruzado donde Aragoneses no pod¨ªa llegar.
Tras el gol, el Atl¨¦tico logr¨® mantener el tipo, no se desmoron¨®, aunque otro fallo defensivo, ya en el descuento de la primera mitad del encuentro hizo posible que Diego Alonso marcara otro gol para los de casa. Ibagaza hizo otra de las suyas, todav¨ªa en el tiempo a?adido, y dej¨® la pelota a Aguilera que centr¨® -bastante mal, por cierto- y Nano aprovech¨® otro fallo defensivo, esta vez de los malaguistas.
El acelerado final de la primera parte fue el preludio de una continuaci¨®n loca y sin f¨²tbol, que tan s¨®lo benefici¨® al equipo que eligi¨® vivir agazapado. Diego Alonso acab¨® una gran jugada de Ins¨²a, que dej¨® atr¨¢s a m¨¢s de la mitad de la defensa y del centro del campo del Atl¨¦tico, y aqu¨ª s¨ª que se desquiciaron los visitantes. Manzano cambi¨® a los ocupantes de las alas, pero no su dibujo. Ibagaza languideci¨® y Torres fue m¨¢s adolescente que un grano en la punta de la nariz. Se gan¨® primero una amarilla y despu¨¦s una roja directa que le impedir¨¢ jugar contra el Real Madrid. De nuevo dos personalidades, sin acertar a la hora de decidir por cu¨¢l se apuesta.
El M¨¢laga jug¨® a modesto y a intentar ganar. El Atl¨¦tico se cambi¨® de traje muchas veces, quiz¨¢ demsiadas para ser cuerdo o eficaz.
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