En aras de la seguridad

El 11-m ha movilizado a los Gobiernos de toda Europa y a sus fuerzas de seguridad, que en Espa?a est¨¢n realizando un despliegue sin precedentes. Los ciudadanos han encajado el dur¨ªsimo golpe y, en aras de la seguridad, aceptan mayores dosis de incomodidad en los transportes o en otros ¨¢mbitos para intentar prevenir nuevos ataques. No hay por qu¨¦ disimular que hay miedo en la poblaci¨®n, pero ¨¦sta no ha ca¨ªdo en la histeria ni en demandas de recorte de libertades o peticiones de reinstauraci¨®n de la pena de muerte. Ni en Espa?a ni en el resto de Europa hay lugar para un Guant¨¢namo al margen del derecho. La lucha contra este nuevo terrorismo se est¨¢ haciendo con la ley por delante, y las detenciones preventivas en el Reino Unido, B¨¦lgica y Francia se realizan con cautela.

El atentado ha despertado la conciencia europea. Aunque, inevitablemente, la supresi¨®n de las fronteras internas en esta Europa que se une frente al terrorismo va a quedar en suspenso. Muchas de las medidas que ahora se toman estaban ya previstas anteriormente, pero han sufrido retrasos debido a las reticencias de cada pa¨ªs. En esta coyuntura dram¨¢tica, los servicios europeos de seguridad e informaci¨®n deben dejar atr¨¢s estas dudas. S¨®lo colaborando estrechamente lograr¨¢n hacer frente a esta amenaza que es com¨²n y que se extiende a otros pa¨ªses, desde EE UU a Marruecos.

Habr¨¢ que soportar mayores controles en los aeropuertos y en los trenes o incluso a la hora de alquilar un piso, sin que por ello se vea controlada la vida privada de cada cual. No est¨¢bamos acostumbrados a ver polic¨ªas patrullar el metro de Madrid o de otras ciudades y centros comerciales. Pero seguramente habr¨¢ que acostumbrarse a ello. Queda tambi¨¦n de relieve que la reducci¨®n de los efectivos de las fuerzas de seguridad fue un error que hay que rectificar con urgencia. Y la colaboraci¨®n contra el terrorismo ha de nutrirse tambi¨¦n de la cooperaci¨®n ciudadana sin caer en denuncias irresponsables y evitando todo sesgo racista o xen¨®fobo, pues estos terroristas son una minor¨ªa en la poblaci¨®n musulmana que convive en esta Espa?a plural en tantos conceptos.

Fue gracias a estos controles reforzados por lo que el 2 de abril se impidi¨® otro ataque contra la l¨ªnea del AVE Madrid-Sevilla. Se han de potenciar tambi¨¦n los servicios de informaci¨®n, a comenzar por el CNI, rezagados en lo referente a estas tramas islamistas violentas que s¨®lo recientemente han situado en su campo de atenci¨®n prioritaria. Espa?a era un pa¨ªs que exportaba informaci¨®n sobre el mundo ¨¢rabe. Ya no. Es perentorio recuperar esas capacidades. Y tambi¨¦n tapar otros agujeros, como el descontrol sobre los explosivos en Espa?a, en el que deben colaborar las empresas fabricantes, importadores y quienes las utilizan en labores de miner¨ªa. Conseguir los explosivos ha resultado muy f¨¢cil para los terroristas del 11-M.

La seguridad absoluta no es un objetivo alcanzable. Pero en la lucha contra todo tipo de terrorismo es necesario el tes¨®n, la constancia y la valent¨ªa propia de una sociedad abierta que no se quiere cerrar. Ser¨ªa no s¨®lo imposible, sino in¨²til que lo hiciera.