Cuando Picasso quiso ser franc¨¦s

"Quiero morir espa?ol", proclam¨® Pablo Picasso (M¨¢laga, 1881-Mougins, Francia, 1973) en numerosas ocasiones durante su vida en Francia; y, efectivamente, falleci¨® como espa?ol y sin haber vuelto nunca a su pa¨ªs. Sin embargo, en una ocasi¨®n pidi¨® naturalizarse franc¨¦s. La prueba puede verse en el Museo de la Polic¨ªa de Par¨ªs, donde se ha abierto una exposici¨®n -modestamente instalada- que muestra hasta qu¨¦ punto el pintor malague?o tuvo a la polic¨ªa francesa en los talones.

Hay que acercarse hasta el segundo piso de la comisar¨ªa del quinto distrito parisiense (calle Montagne-Sainte-Genevi¨¨ve) para comprobar que Picasso estamp¨® una de sus m¨¢s bellas y rotundas firmas al pie de una breve carta escrita a m¨¢quina que reza as¨ª: "Monsieur le Garde des Sceaux: J'ai l'honneur de solliciter ma naturalisation et m'engage ¨¤ payer les droits de sceau ¨¤ cette fin" ("Se?or ministro de Justicia: tengo el honor de solicitar mi naturalizaci¨®n y me comprometo a pagar los derechos para esta finalidad"). El documento est¨¢ fechado el 3 de abril de 1940.

Las autoridades no se lo concedieron, porque sus antecedentes le hac¨ªan poco recomendable, a ojos de la burocracia policial. El primer informe sobre Picasso, del 18 de junio de 1901, le consideraba "anarquista" por la buena raz¨®n de que se hab¨ªa alojado en casa de su amigo Pere Ma?ach, a su vez fichado como anarquista, con quien, ?encima!, sal¨ªa todas las noches; y si bien era cierto que el portero nunca le hab¨ªa o¨ªdo "expresiones subversivas", tambi¨¦n lo era que el joven Picasso "no habla a¨²n franc¨¦s". De modo que cualquiera sabe, debi¨® colegir el an¨®nimo agente.

A partir de este primer seguimiento, el pintor fue incluido en la "lista roja" de gente a vigilar. Cuando en 1940 pidi¨® la naturalizaci¨®n, era un artista muy conocido y se hab¨ªa hecho rico. Picasso, "pintor que se dice moderno", ganaba millones (pag¨® 700.000 francos de impuestos en 1939) y era due?o de una mansi¨®n, pese a lo cual "ha conservado sus ideas extremistas, evolucionando hacia el comunismo", se lee en el informe de la 4? Secci¨®n, Brigada Especial, del Servicio de Investigaciones Generales, que aconsej¨® denegarle la nacionalidad.

"Sospechoso"

"Durante la Guerra Civil en Espa?a", prosigue el documento, Picasso "envi¨® cada mes fuertes sumas de dinero a los gubernamentales". Los an¨®nimos polic¨ªas recogen adem¨¢s el inveros¨ªmil rumor de que pensaba entregar sus colecciones a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y no a Francia. ?Resultado? "Este extranjero no tiene t¨ªtulo alguno para obtener la naturalizaci¨®n" y "debe ser considerado como muy sospechoso desde el punto de vista nacional" (la palabra "muy" aparece rayada en el original, como si los autores hubieran intentado suavizar el tono). Tampoco cabe pedir muchos matices a la polic¨ªa de un pa¨ªs contra el que estaban lanz¨¢ndose los ej¨¦rcitos alemanes en aquellos precisos momentos.

El examen del archivo no permite precisar el motivo que impuls¨® a Picasso a tratar de hacerse franc¨¦s. Hab¨ªa pintado el Guernica tres a?os antes, aline¨¢ndose inequ¨ªvocamente con los que denunciaban las barbaridades de las fuerzas hitlerianas al servicio del franquismo. ?Quiso dejar claro que no quer¨ªa ser ciudadano de un pa¨ªs aliado con los que amenazaban a Francia o pens¨® que era mejor no ser considerado extranjero en tales circunstancias? La exposici¨®n muestra pasaportes expedidos por el Consulado de Espa?a en Par¨ªs durante los a?os de la lucha de la Rep¨²blica contra Franco, prueba documental de su nacionalidad en unas circunstancias peligrosas.

"Estoy seguro de que lo hizo para protegerse", reflexiona Roland Dumas, que, como albacea testamentario de Picasso, negoci¨® la devoluci¨®n del Guernica a Espa?a tras el restablecimiento de la democracia. "Yo le conoc¨ª en 1968. Le pregunt¨¦ varias veces por qu¨¦ no ped¨ªa la nacionalidad francesa y ¨¦l me contest¨® siempre que quer¨ªa seguir siendo espa?ol". Dumas sabe que Pompidou quiso condecorar a Picasso con la Gran Cruz de la Legi¨®n de Honor, la m¨¢s alta distinci¨®n francesa, y el pintor la rechaz¨® porque "Picasso era un nacionalista espa?ol", afirma su albacea testamentario.

Los documentos expuestos en Par¨ªs han sobrevivido a un peregrinar azaroso. Fueron trasladados por los alemanes a Berl¨ªn y pasaron a manos sovi¨¦ticas despu¨¦s de la derrota de Hitler. Rusia los devolvi¨® a Francia en 2001. Antes de su exposici¨®n al p¨²blico, fueron sometidos al an¨¢lisis de dos expertos, Armand Isra?l y Pierre Daix, que publicaron un libro donde revelaron la existencia del archivo. Armand Isra?l se lamenta: "La Francia de 1940 perdi¨® la ocasi¨®n de contar entre sus ciudadanos a uno de los mayores pintores, si no el m¨¢s grande".