Los maestros de la 'yihad'
Una naci¨®n donde impera la pobreza pero que a la vez es potencia at¨®mica, aliado de Estados Unidos y centro de incubaci¨®n de la violencia islamista: Pakist¨¢n es un pa¨ªs de contrastes, y un verdadero peligro para el resto del mundo. Washington apuesta por el dirigente militar Musharraf, que trata con mimo a los mul¨¢s radicales, pero al mismo tiempo permite que las unidades especiales de la CIA persigan a Bin Laden.
Traici¨®n, claman los parlamentarios estadounidenses. Y lo cierto es que los miembros de la comisi¨®n de investigaci¨®n del terrorismo contra Estados Unidos est¨¢n convencidos de saber qui¨¦n ha sido el traidor: el antiguo jefe de los servicios secretos de Pakist¨¢n, Hamid Gul, prometi¨® a los dirigentes talibanes en julio de 1999 "avisarles tres o cuatro horas antes" en caso de que los estadounidenses decidieran llevar a cabo un ataque con misiles, escriben los pol¨ªticos en el informe que estos d¨ªas trae de cabeza a Washington.
Pakist¨¢n, pa¨ªs adepto de Bush y Bin Laden al mismo tiempo: estrecho aliado de Estados Unidos, pero tambi¨¦n centro de incubaci¨®n del terrorismo islamista
540 de los 620 sospechosos de terrorismo que est¨¢n prisioneros en la base estadounidense de Guant¨¢namo en Cuba han sido detenidos en suelo paquistan¨ª
William McRaven es el jefe de una unidad capacitada para reaccionar "r¨¢pida como el rayo" en cuanto se localice el lugar donde se encuentra Bin Laden
Se dice que "es imposible comprar a los pastunes". Pero tambi¨¦n se dice que McRaven ha apostillado esta frase con un "pero a veces s¨ª que es posible alquilarlos"
Un asunto de lo m¨¢s embarazoso, precisamente ahora que tanto se habla del eje Islamabad-Washington, de Pakist¨¢n como el principal aliado en la lucha de Bush contra el terrorismo.
Pero ?es cierto que este ex jefe de los servicios secretos ha jugado una mala pasada a sus aliados estadounidenses? ?Y cabr¨ªa pensar incluso que siga haci¨¦ndolo ahora, en estos momentos en que los soldados de ¨¦lite de Islamabad, acompa?ados de asesores militares estadounidenses, persiguen a Bin Laden y a sus camaradas de Al Qaeda en la escabrosa regi¨®n fronteriza con Afganist¨¢n, donde, para su sorpresa, se est¨¢n tropezando con un oponente extraordinariamente bien preparado?
?No ser¨¢ Gul el responsable de que Alman al Sawahiri, brazo derecho de Bin Laden, haya logrado escapar en el ¨²ltimo momento por un t¨²nel secreto en las mismas narices de sus atacantes?
Un lujoso bungal¨® de Rawalpindi, c¨¦sped a lo Wembley, exquisito mobiliario de junco. Estamos en el refugio de los paquistan¨ªes ricos e influyentes, en el lugar de retiro del jefe de los servicios secretos y teniente general jubilado con todos los honores Hamid Gul. El acusado se encoge de hombros: "?Cosas de los estadounidenses!", comenta, como si eso explicara todo, y ordena que sirvan el t¨¦.
Gul, simpatizante del movimiento islamista, nos cuenta que por supuesto que conoce bien a Bin Laden, a ese "combatiente humilde y brillante". Adem¨¢s, fue invitado de honor de los talibanes en las celebraciones que tuvieron lugar con motivo de su acceso al poder en Kabul. "Pero no he sido yo quien ha abandonado la l¨ªnea de actuaci¨®n com¨²n, fueron los estadounidenses y los europeos los que dieron el giro, antes todos ellos estaban a favor de la guerra santa. Yihad era una de sus palabras favoritas. En los a?os ochenta, cuando se luchaba contra los sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n, todas las armas que pudieran facilitar a los muyahidin les parec¨ªan pocas, y m¨¢s adelante traficaron tambi¨¦n con los talibanes. En aquel entonces, Estados Unidos recurri¨® a mis servicios y ahora me calumnian. Hace ya mucho tiempo que he dejado de disponer de informaci¨®n exclusiva".
En su opini¨®n, el presidente de Pakist¨¢n, Pervez Musharraf, se est¨¢ convirtiendo en el lacayo de Bush, y con ello est¨¢ cavando su propia tumba. "Nuestro orgulloso pueblo no va a perdonarle que haya soldados estadounidenses en nuestro territorio".
El imperio de la esquizofrenia
Bienvenidos a Pakist¨¢n, el imperio de la esquizofrenia y de los contrastes brutales: con una poblaci¨®n pobr¨ªsima (cerca del 54% son analfabetos) y al mismo tiempo potencia at¨®mica (posee hasta 50 cabezas nucleares), patria de uno de los mejores equipos de cr¨ªquet, el deporte colonial por excelencia, y de la antiqu¨ªsima competici¨®n a caballo que responde al nombre de buskaschi y que tiene como elemento central un ternero decapitado. Pa¨ªs adepto de Bush y Bin Laden al mismo tiempo: estrecho aliado de Estados Unidos, pero tambi¨¦n centro de incubaci¨®n del terrorismo islamista.
Islamabad ha logrado acaparar los titulares internacionales en tres ocasiones durante el ¨²ltimo trimestre con acontecimientos cada vez m¨¢s preocupantes. En diciembre, el presidente Musharraf, de 60 a?os, sobrevivi¨® de milagro a dos atentados separados por un lapso de 12 d¨ªas. En febrero, la presi¨®n internacional empuj¨® al cient¨ªfico nuclear Abdul Qadir Jan a admitir haber facilitado durante a?os informaci¨®n nuclear de alto secreto y de alto riesgo a Corea del Norte, Libia e Ir¨¢n, supuestamente por su cuenta y riesgo; el mismo d¨ªa en que hizo esta confesi¨®n, el presidente indult¨® al pecador y lo llam¨® "su h¨¦roe".
Washington acept¨® la farsa, y el ministro de Asuntos Exteriores estadounidense, Colin Powell, lleg¨® incluso al extremo de hacer un regalo especial a Musharraf durante su visita a Islamabad a mediados de marzo: Pakist¨¢n fue ascendida a la privilegiada condici¨®n de "aliado no perteneciente a la OTAN", de la que s¨®lo disfrutan naciones con una larga tradici¨®n de amistad con EE UU como son Israel, Corea del Sur o Jap¨®n, y de la que sin embargo carece India, el enemigo ac¨¦rrimo de Islamabad. Este estatus autoriza a comprar el m¨¢s moderno armamento estadounidense, suministrado a precios especiales.
Como contrapartida, es evidente que Musharraf ha dejado v¨ªa libre a los estadounidenses en su lucha contra el terrorismo. Asesores militares procedentes de Washington y la unidad especial 121, que ha participado en la localizaci¨®n del paradero de Sadam Husein, intervienen de manera decisiva en la operaci¨®n que se est¨¢ llevando a cabo en este momento y que ciertamente tambi¨¦n se est¨¢ cobrando muchas v¨ªctimas civiles. Los pol¨ªticos estadounidenses hablan henchidos de orgullo de su nueva "t¨¢ctica del martillo y el yunque" a ambos lados de la frontera, consistente en atraer a los combatientes de Al Qaeda a la trampa afgana a trav¨¦s de los puertos de monta?a de Pakist¨¢n con ayuda del ej¨¦rcito de Musharraf y de los guerreros tribales de la regi¨®n.
En Washington consideran tan prometedor este plan que tratan con guante de seda a Musharraf, aupado al poder en octubre de 1999 por la v¨ªa del golpe militar, e incluso llegan a elogiarle por sus "pasos en pro de la democratizaci¨®n del pa¨ªs".
"Que alguien me explique cu¨¢les son esos pasos", exclama en Islamabad la soci¨®loga Samina Ahmed, del International Crisis Group. "Bush no ser¨ªa capaz de tolerar tanta falta de democracia a ning¨²n otro aliado", comenta esta resuelta dama, que, a rengl¨®n seguido, pasa a enumerar los hechos: fraudes electorales masivos tanto en el refer¨¦ndum para decidir la ampliaci¨®n del mandato presidencial del presidente Musharraf como en las elecciones parlamentarias; la ley sobre blasfemia que da v¨ªa libre a la arbitrariedad religiosa; el decreto de la hudud seg¨²n el cual las declaraciones hechas por una mujer ante un tribunal, incluso en caso de delitos sexuales, s¨®lo representan una fracci¨®n del valor que tendr¨ªa esa misma declaraci¨®n hecha por un hombre.
Sin embargo, Musharraf no est¨¢ considerado como un pol¨ªtico excesivamente religioso. Le encanta tomar su whisky vespertino, aboga por un islam tolerante, y en una entrevista en Der Spiegel en abril de 2002 se declaraba admirador del renovador de talante laico Atat¨¹rk. Y adem¨¢s ha adoptado una prudente estrategia de distensi¨®n frente a la India en la controvertida regi¨®n de Cachemira. Pero todo esto no le ha impedido romper su promesa m¨¢s importante: la autoproclamada "yihad contra el extremismo".
Apenas si se ha registrado alguna de las escuelas radicales cor¨¢nicas existentes en el pa¨ªs. Las madrazas, que instruyen a m¨¢s de 1,5 millones de j¨®venes, siguen sin estar obligadas a presentar planes educativos. Las organizaciones extremistas que predican la violencia contin¨²an trabajando bajo nuevos nombres despu¨¦s de haber sido prohibidas, y pr¨¢cticamente no se ha procesado a ninguno de sus dirigentes. A pesar de tener 20 procesos pendientes por actividades terroristas, nada impidi¨® al extremista Azam Tariq presentarse como candidato a un esca?o en el Parlamento; tras haber salido elegido, cooper¨® con Musharraf.
Pero lo cierto es que parece que los esfuerzos del general por congraciarse con los ultras no le han deparado los resultados esperados, por lo menos si tenemos en cuenta que la madraza Jamia Darul Uloom Haqqania (Verdad y Realidad) de Akora Khattak se ha convertido en el ejemplo pedag¨®gico a seguir por las escuelas religiosas de todo el pa¨ªs.
La West Point islamista
Ya en el vest¨ªbulo de entrada queda claro qu¨¦ es lo que se cuece aqu¨ª: una serie de carteles muestran al director del instituto Sami ul Haq, de 66 a?os, con el Cor¨¢n en una mano y el Kal¨¢shnikov en la otra ante cientos de sus seguidores. Este hombre que ostenta el t¨ªtulo religioso de maulana est¨¢ considerado como el cabecilla parlamentario de la fracci¨®n m¨¢s radical del partido de la oposici¨®n Muttahida Majlis-i-Amal (MMA) y como promotor de Al Qaeda y de los talibanes (ocho antiguos ministros recibieron aqu¨ª su educaci¨®n no s¨®lo religiosa, sino probablemente tambi¨¦n militar). El mul¨¢ Omar ha enviado durante a?os mensajes de salutaci¨®n a este West Point del movimiento islamista.
Sami ul Haq es un hombre imponente con larga barba negra, gafas sin montura y una voz sorprendentemente suave. Nos cuenta que su padre fund¨® la madraza en 1947 y que actualmente son casi 3.000 los estudiantes que viven en el campus y estudian el Cor¨¢n; los m¨¢s j¨®venes tienen cinco a?os. Seg¨²n su m¨¢ximo maestro, esta escuela se financia ¨²nicamente de donativos.
Ante la pregunta de si predica la pr¨¢ctica del terrorismo, Ul Haq esboza una sonrisa de suficiencia: "Para responder a esta cuesti¨®n, primero habr¨ªa que definir qu¨¦ es terrorismo. Los talibanes y Al Qaeda luchan contra la opresi¨®n estadounidense. Puede que sus caminos no siempre coincidan con los nuestros, pero tienen derecho a seguirlos. Bush deber¨ªa preguntarse qu¨¦ es lo que puede empujar a los j¨®venes a sacrificar lo m¨¢s sagrado que tienen, sus vidas".
La escuela cor¨¢nica est¨¢ tan s¨®lo a una hora en coche de Peschawar, la capital de la North West Frontier Province. La NWFP es el salvaje oeste de Pakist¨¢n, una regi¨®n monta?osa e inaccesible, pr¨¢cticamente habitada s¨®lo por pastunes, como las provincias afganas de Kunar, Nangarhar, Paktia y Kohst, situadas al otro lado de la frontera. Pr¨¢cticamente no hay hombre que no porte un arma con tal naturalidad que parece que el no llevarla equivaldr¨ªa a estar castrado.
Peschawar, la ¨²ltima gran poblaci¨®n antes de llegar al legendario puerto de monta?a de Khyber, siempre ha sido una ciudad fronteriza salvaje, repleta de vendedores de armas y traficantes de opio, informadores y esp¨ªas que se re¨²nen en el Qissa Khawani, el bazar de los narradores de cuentos. A primeros de este mes, el portavoz de los militares paquistan¨ªes tambi¨¦n hizo declaraciones muy cerca de este lugar de cita tradicional de los cuenta-cuentos: en las operaciones de avance de gran envergadura llevadas a cabo por el ej¨¦rcito en las regiones tribales, en buena medida independientes, del sur de Wazirist¨¢n, cerca de Wana, si bien las tropas se hab¨ªan visto obligadas a hacer frente a una dura contraofensiva por parte de los combatientes extranjeros -tambi¨¦n con la implicaci¨®n reconocida de las tribus aut¨®ctonas- a resultas de la cual perdieron la vida unos 50 soldados, lo cierto es que se logr¨® un ¨¦xito importante: se detuvo a 163 militantes, entre ellos 73 extranjeros, y "el jefe de los servicios secretos de Al Qaeda, m¨ªster Abdul¨¢, result¨® muerto".
?Y qu¨¦ ha sido de la captura de los verdaderos "objetivos de alto rango" de los que hablaban los dirigentes del ej¨¦rcito paquistan¨ª? Sobre todo, ?qu¨¦ ha sido de Aman al Sawahiri?
Ya no se tiene completa certeza de que el brazo derecho de Bin Laden estuviera entre los casi 500 combatientes que fueron rodeados por el ej¨¦rcito. Hace tres semanas, poco despu¨¦s de que se estableciera el supuesto cerco, la emisora de televisi¨®n Al Jazira emiti¨® una grabaci¨®n en la que Sawahiri declaraba que era obligaci¨®n de todos los musulmanes paquistan¨ªes derrocar al presidente Musharraf. Tambi¨¦n el supuesto n¨²mero 10 de Al Qaeda, el extremista uzbeco Tahir Juldaschow, parece haber escapado a sus perseguidores a pesar de haber resultado herido; probablemente ha sido puesto a salvo a trav¨¦s del laberinto de t¨²neles excavados en la monta?a (siempre y cuando fuera cierto que se encontraba en la zona).
"?Hay que ver lo que nuestros amigos venden como ¨¦xitos! Por ejemplo, ese m¨ªster Abdul¨¢ al que nadie conoce", comentaba por la noche, en el club para extranjeros de Peschawar, un estadounidense un tanto achispado. Desde que los islamistas del MMA gobiernan en el Parlamento provincial, hasta los hoteles se han visto obligados a cerrar sus bares reservados a los no musulmanes, as¨ª que ahora este club es el ¨²nico lugar de la ciudad en el que se sirve alcohol. Adem¨¢s, los CD de m¨²sica han desaparecido de los mercados, as¨ª como los carteles de pel¨ªculas "no isl¨¢micas" y todos los maniqu¨ªes de los escaparates considerados "sexualmente provocativos". En cambio, hay caramelos de Bin Laden, carteles de Bin Laden y tarjetas telef¨®nicas de Bin Laden.
"Menudo fracaso militar", prosigue el invitado en el club. "Incluso contando con toda nuestra ayuda log¨ªstica, con sat¨¦lites, y ¨²ltimamente, adem¨¢s, con recursos humanos...".
Un ni?o prodigio
Los asesores militares estadounidenses se han replegado a sus centrales de mando, edificadas cerca de los aer¨®dromos de Mianwall y Kohat, que son tambi¨¦n los que utilizan sus aviones. Si damos cr¨¦dito a los informes de los servicios secretos, el nuevo contrincante n¨²mero uno de Bin Laden, el contraalmirante estadounidense William McRavem, jefe de la Task Force 122, se encontrar¨ªa tambi¨¦n desde hace algunos d¨ªas en Kohat, 90 kil¨®metros al sur de Peschawar.
Esta unidad especial clandestina comprende agentes procedentes del departamento de la CIA que domina el past¨²n, ex combatientes de guerra de la Fuerza Delta del ej¨¦rcito y expertos de las fuerzas a¨¦reas y la armada especialmente adiestrados para el combate. Es una unidad capacitada para reaccionar "r¨¢pida como el rayo" en cuanto las operaciones de rastreo de Bin Laden localicen el lugar donde se encuentra con uno de los abejorros Predator no tripulados. Al igual que en el caso de la detenci¨®n de Sadam Husein, esta tropa da gran valor a lo que se denomina humint, a la informaci¨®n "humana" recopilada in situ por los agentes de enlace.
McRaven, el jefe al mando de esta unidad, est¨¢ considerado como un ni?o prodigio en Washington. Ha escrito un libro sobre unidades especiales y a partir de 2001 se ha convertido en uno de los asesores m¨¢s importantes de la Casa Blanca en la lucha contra el terrorismo. "Si hay alguien lo suficientemente astuto como para capturar a Bin Laden, ¨¦se es McRaven y su destacamento", coment¨® el general Wayne Downing a la revista Newsweek.
Pero ?es posible tejer una tela de ara?a como la de Ir¨¢n en la regi¨®n de Wazirist¨¢n para que quede atrapado en ella el hombre m¨¢s buscado? ?No es cierto que Bin Laden es mucho m¨¢s popular aqu¨ª de lo que era Sadam en su escenario de combate? ?Y no es cierto tambi¨¦n que el terreno es much¨ªsimo m¨¢s dif¨ªcil, plagado de grutas y puertos de monta?a?
?ltimas noticias sin confirmar: Bin Laden ha sido visto cerca del pueblo fronterizo paquistan¨ª de Arnawai cuando pasaba a la provincia afgana de Kunar. En el transcurso de un bombardeo de la aviaci¨®n estadounidense, el mul¨¢ Omar ha resultado herido levemente, de pron¨®stico reservado o mortalmente, dependiendo de las fuentes: han aparecido notas Shabnamah, cartas que recogen instrucciones dadas personalmente por ¨¦l, que se supone que por primera vez han hecho llegar a la regi¨®n mensajeros que act¨²an de noche. ?Son aut¨¦nticas? En caso afirmativo, ?es posible que la detenci¨®n pueda depender del ¨¦xito de una mera negociaci¨®n pecuniaria?
Se dice que "es imposible comprar a los pastunes". Pero tambi¨¦n se dice que McRaven y compa?¨ªa han apostillado esta frase desde su central de mando con un: "Pero a veces s¨ª que es posible alquilarlos".
? Der Spiegel.
Traducci¨®n de News Clips.
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