Sola ante el peligro
Cuando los ministros de Agricultura asisten a un consejo europeo fijan la fecha de llegada en los hoteles, pero raramente la de salida. Elena Espinosa lleg¨® el mi¨¦rcoles a Luxemburgo sabiendo, igual que su predecesor, que quiz¨¢ le esperaba alguna noche en blanco y apenas unos bocadillos y unos caf¨¦s para matar el hambre y el sue?o.
Esta vez, la reuni¨®n no fue tan larga: s¨®lo 20 horas ininterrumpidas de negociaci¨®n bajo la batuta del ministro irland¨¦s, Joe Walsh, presidente de la reuni¨®n, que opt¨® por el peor formato para una principiante: plenarias y bilaterales restringidas de ministros solos o de ministros solos m¨¢s un ¨²nico asesor. Es la f¨®rmula habitual para meter presi¨®n en la negociaci¨®n cuando el acuerdo es urgente, como era el caso.
Es as¨ª c¨®mo Elena Espinosa se ha estrenado en un consejo de ministros europeos, sola frente a sus colegas y frente al veterano comisario europeo Franz Fischler, que lleva casi diez a?os en el cargo. Fuera, casi una veintena de representantes espa?oles del sector, siguiendo de cerca unas negociaciones que, dicho sea de paso, son siempre a puerta cerrada, en un ejercicio de opacidad legislativa.
A las cuatro y media de la ma?ana de ayer, Walsh present¨® la propuesta final que contaba con mayor¨ªa suficiente para salir adelante y que rechazaron Suecia, Dinamarca y Espa?a. "?Es l¨®gico que decisiones tan importantes se tomen en tales condiciones?", se preguntaba ayer un representante sueco. "Nosotros lo estuvimos debatiendo esa larga noche". "De todas formas", recuerda otro, "al margen del formato, Espa?a, Suecia y Dinamarca se quedaron solas y su voto en contra era insuficiente para bloquear la reforma aprobada".
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