Sur¨¢frica llora a sus esclavos muertos 300 a?os despu¨¦s
Ciudad del Cabo rinde homenaje a los restos humanos descubiertos por casualidad en una fosa com¨²n
Los huesos recorrieron ayer las calles de Ciudad del Cabo en 11 cajas f¨²nebres vestidas con la bandera surafricana. La polic¨ªa rindi¨® honores y una multitud los acompa?¨® con respeto. Los f¨¦retros conten¨ªan restos de antiguos esclavos enterrados en una fosa com¨²n descubierta el a?o pasado durante la construcci¨®n de un centro comercial.
El objetivo de la marcha era restaurar la dignidad de aquellos "que formaron la historia de este pa¨ªs", seg¨²n explic¨® el ministro de Hacienda, Trevor Manuel.
Hubo una oraci¨®n ecum¨¦nica, con representantes jud¨ªos, musulmanes y cristianos; el p¨²blico enton¨® el himno nacional, que es una canci¨®n de liberaci¨®n, y despu¨¦s todos marcharon desde la alcald¨ªa al hospital de Woodstock, donde los 11 f¨¦retros permanecer¨¢n custodiados hasta que se decida el mejor sitio para el entierro final.
"Son gente de Sur¨¢frica y estoy segura de que sus esp¨ªritus se alegrar¨¢n por nuestra joven democracia", asegur¨® la alcaldesa de Ciudad del Cabo, Nomaindia Mfeketo. "Crearemos un recuerdo apropiado para que el esp¨ªritu, donde sea que este est¨¦ flotando, pueda venir a un lugar de reposo y sepa que por fin no son s¨®lo ciudadanos de esta hermosa ciudad, sino que son ciudadanos de este pa¨ªs democr¨¢tico que es Sur¨¢frica", agreg¨® el ministro Mfeketo.
En ?frica, los ancestros son importantes, tanto en las creencias animistas como en la estructura social en torno a los ancianos. Alrededor del esp¨ªritu de los antepasados gira el quehacer cotidiano de los parientes vivos. De ah¨ª, la importancia de un entierro digno.
Las osamentas de los antiguos esclavos fueron encontradas en lo que se cree fue una gran fosa com¨²n. Cientos de esqueletos, de los cuales un 40% son beb¨¦s. "Seguramente estuvo en uso a principios de 1700 y sigui¨® siendo utilizada como lugar de entierro por unos cien a?os", asegura el arque¨®logo Tim Hart, de la Universidad del Cabo. El cient¨ªfico considera que la alta densidad de huesos parece indicar que la fosa fue utilizada durante una epidemia, posiblemente de viruela. La fosa com¨²n pas¨® al olvido y fue redescubierta hace un a?o cuando una empresa constructora comenz¨® las obras para levantar un centro comercial y un edificio de apartamentos. En ese terreno se asienta hoy uno de los barrios m¨¢s lujosos de la ciudad.
La trata de esclavos fue prohibida en el Cabo en 1807, poco despu¨¦s de que el Reino Unido ocupara la colonia, pero s¨®lo fue realidad cuarenta a?os despu¨¦s. Hasta entonces Ciudad del Cabo fue una parada popular entre los traficantes de esclavos, que trajeron su carga hasta este pa¨ªs proveniente de toda ?frica y el Lejano Oriente.
Matthew Esau, cuyos antepasados reposaban en la fosa com¨²n, asegura que el acto celebrado ayer "devuelve la dignidad a la gente enterrada" y que "brinda un tributo a la contribuci¨®n que ellos hicieron para que Ciudad del Cabo se convirtiera en lo que es hoy".
?ste no es el primer entierro con honores para dignificar el pasado. Hace dos a?os, el Gobierno celebr¨® el D¨ªa de la Mujer dando un entierro solemne al cuerpo de Sarah Saartje Baartman (llamada en ingl¨¦s la Hottentot Venus) en Gamtoos River Valley, una peque?a aldea del Cabo Oriental donde naci¨® hace dos siglos. Su cuerpo fue trasladado de Francia, donde era parte de la exhibici¨®n del Museo de la Humanidad. Su tumba fue declarada monumento nacional. La esclava Sarah Baartman dej¨® su tierra en 1810 cuando su propietario le convenci¨® de que ganar¨ªa una fortuna exhibiendo su extra?a anatom¨ªa en Europa. Sarah se convirti¨® en una atracci¨®n de ferias, circos, museos y bares, donde era forzada a mostrar su enorme trasero y gran cl¨ªtoris y a prostituirse. Muri¨® en la pobreza absoluta en 1816, a los 26 a?os. Hoy es un s¨ªmbolo de la explotaci¨®n.
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