Barreras legales contra el terrorismo
Investigadores, polic¨ªas y juristas discrepan sobre la necesidad de reformas legales para afrontar la amenaza islamista tras el 11-M
Las medidas de seguridad que rodearon el pasado jueves la solemne inauguraci¨®n de la VIII Legislatura en el Congreso ten¨ªan todo el sabor de un tiempo desgraciadamente superado. Aun siendo imprescindible -dada la concentraci¨®n de notables, empezando por la familia real- de poco sirve hoy ese despliegue de fuerzas policiales y de guardaespaldas para hacer frente al mayor enemigo de nuestra sociedad: el terrorismo de matriz islamista. Y eso, por una raz¨®n bien sencilla. No son los altos mandatarios los principales objetivos de la nueva violencia, sino las masas. El objetivo del nuevo terrorismo somos todos, los usuarios del transporte p¨²blico, los compradores de los grandes almacenes, la gente que llena los estadios, los teatros y los cines. ?C¨®mo defenderse de esta nueva plaga?
"Hay que emplear en esta lucha a agentes musulmanes, que los hay", afirma Fornet
Sectores policiales empiezan a reclamar t¨ªmidamente medidas legales que les permitan llegar m¨¢s lejos en la prevenci¨®n de estos atentados. Pero juristas y legisladores parecen totalmente reacios a rebajar las garant¨ªas legales de que disfrutamos. "Nos enfrentamos a un terrorismo del que sabemos poco y que cuesta mucho trabajo descifrar", dice una persona pr¨®xima a la investigaci¨®n de los atentados del 11-M. "Cuando uno est¨¢ presente en declaraciones de algunos de estos detenidos se da cuenta de que hay dificultad hasta en especificar los nombres, porque las transcripciones del ¨¢rabe son diferentes. Incluso f¨ªsicamente les resulta f¨¢cil camuflar su aspecto. La investigaci¨®n de estas c¨¦lulas islamistas ligadas por lazos de fidelidad religiosa es muy complicada, y carecemos de costumbre e informaci¨®n", reconoce la misma fuente. La polic¨ªa cuenta con medios ¨ªnfimos para hacer frente a este terrorismo.
"Est¨¢ claro que hay que ampliar much¨ªsimo las plantillas policiales y de la Guardia Civil, y emplear a agentes de origen ¨¢rabe, que los hay en los dos cuerpos, en este frente", dice Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP) pr¨®ximo al PSOE. "La falta de traductores de ¨¢rabe es un serio problema. Se han pinchado tel¨¦fonos de sospechosos y las cintas han ido al caj¨®n y han estado ah¨ª meses porque no hab¨ªa quien las tradujera". Aun as¨ª, Fornet no cree que haya que tocar la actual legislaci¨®n. "Tampoco se trata de considerar sospechosa a toda la poblaci¨®n musulmana, al contrario, la mayor¨ªa no quieren este terrorismo".
La dificultad est¨¢ en detectar los focos y prevenir ataques que, por su virulencia, pueden llegar a desestabilizar un pa¨ªs. Prevenir parece la palabra m¨¢gica, no del todo al alcance de nuestra polic¨ªa, seg¨²n una persona pr¨®xima a la investigaci¨®n."Nuestra Constituci¨®n es muy garantista. Habr¨ªa que ampliar las facultades judiciales y restringir los derechos de los detenidos". Actualmente se pueden prolongar las detenciones de tres a cinco d¨ªas, con autorizaci¨®n judicial.
Pero falta coordinaci¨®n. "Ser¨ªa necesaria una Secretar¨ªa de Estado, como la de la lucha contra la droga, dedicada a la lucha contra el terrorismo", opinan fuentes judiciales, que consideran la situaci¨®n actual enormemente delicada. Sin restarle gravedad, el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional Manuel Arag¨®n cree que la situaci¨®n est¨¢ controlada. "La Constituci¨®n tiene previstos instrumentos para combatir a ETA que son perfectamente v¨¢lidos para este tipo de terrorismo", dice. "Me refiero al art¨ªculo 55, que se?ala que se pueden suspender los derechos que otorga el art¨ªculo 17. Bastar¨ªa con modificar en el Parlamento la Ley de Enjuiciamiento Criminal para permitir detenciones m¨¢s largas y escuchas telef¨®nicas, pero siempre con autorizaci¨®n judicial". Por otra parte, la polic¨ªa est¨¢ facultada para pedir la documentaci¨®n, y cualquier viajero est¨¢ acostumbrado a sufrir controles en los aeropuertos, incluido el registro, cuando suena el detector de metales. "Nada de esto viola nuestro derecho a la intimidad", a?ade Arag¨®n.
Un pa¨ªs acostumbrado a soportar el terrorismo se encuentra, sin embargo, desorientado ante este nuevo monstruo, sin que la polic¨ªa pueda aplicar las mismas f¨®rmulas que le han valido importantes ¨¦xitos en la lucha contra ETA. "Se golpea a una organizaci¨®n terrorista como se golpea a una impresa, ahogando su econom¨ªa. Pero en el caso del terrorismo isl¨¢mico la cosa se complica, porque las fuentes son muy variadas y dispersas", a?ade una fuente judicial. "Estamos ante una verdadera guerra. As¨ª la han planteado los fan¨¢ticos islamistas, pese a que en Occidente nos limitamos a considerarlo terrorismo de alta intensidad".
Otro Gobierno socialista intent¨®, en 1992, la lucha preventiva a tumba abierta, en aquel momento contra el narcotr¨¢fico. Pero el Tribunal Constitucional dio al traste con el principal instrumento de lucha, la Ley de Seguridad Ciudadana, promovida por el ex ministro Jos¨¦ Luis Corcuera.
Uno de los colaboradores de Corcuera en Interior, V¨ªctor Moreno Catena, catedr¨¢tico de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III, se muestra hoy poco partidario de medidas de excepci¨®n o cambios legislativos, pese a reconocer que ante hechos como los del 11-M la sociedad demanda m¨¢s seguridad. "Los medios jur¨ªdicos no pueden estar al margen del derecho. El caso de los presos de Guant¨¢namo es extremo y una peligrosa indicaci¨®n. No hay que dotar a la polic¨ªa de m¨¢s armas legales, porque la Constituci¨®n ya prev¨¦ este tipo de situaciones especiales. Lo que hay que hacer en primer lugar es potenciar la informaci¨®n, una informaci¨®n obtenida legalmente, escuchas telef¨®nicas y dem¨¢s, siempre con autorizaci¨®n del juez. En segundo lugar est¨¢n los instrumentos procesales, pero no a cualquier precio, no se pueden arrasar las libertades individuales".
Moreno Catena reconoce que en las presentes circunstancias mucha gente aceptar¨ªa un recorte de libertades a cambio de m¨¢s seguridad. "Pero lo har¨ªa pensando siempre en que esas libertades se le recortan al otro, al malo. Y una vez que se han tomado esas medidas es dif¨ªcil volver atr¨¢s y pueden llevarnos por una senda peligrosa, que a m¨ª me da m¨¢s miedo que el terrorismo".
M¨¢s poderes a polic¨ªas y fiscales
Desde el 11-S, Estados Unidos se rige en la lucha antiterrorista por la Ley Patri¨®tica aprobada 45 d¨ªas despu¨¦s de los atentados. La ley da poderes extraordinarios a las fuerzas del orden para entrar en domicilios, investigar actividades y acceder a informaciones privadas de todo tipo sin necesidad, en el momento en el que se hace, de presentar las correspondientes ¨®rdenes judiciales, informa Jos¨¦ Manuel Calvo. La polic¨ªa puede utilizar las herramientas antes reservadas a la lucha contra la mafia o el narcotr¨¢fico. Tambi¨¦n en el Reino Unido se ampliaron los poderes del ministro del Interior a ra¨ªz del 11-S. El aspecto m¨¢s pol¨¦mico de la ley de diciembre de 2001 permite al ministro detener por tiempo indefinido a los extranjeros sospechosos de terrorismo que no puedan ser deportados y contra los que no hay pruebas para ir a juicio, informa Walter Oppenheimer. Esta medida, que estar¨¢ en vigor hasta 2006, significa la suspensi¨®n de la aplicaci¨®n del art¨ªculo 5? de la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos. En Francia, la lucha contra el terrorismo es una actividad amparada por leyes cada vez m¨¢s duras. Una ley reciente refuerza los poderes de los fiscales y permite colocar c¨¢maras o micr¨®fonos en los domicilios o veh¨ªculos durante cuatro meses, sin conocimiento del afectado; autoriza registros domiciliarios a cualquier hora y excluye la asistencia de abogado al detenido durante las primeras 48 horas.
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