La receta del d¨®lar
Ya han transcurrido m¨¢s de dos a?os con la misma receta cambiaria. Sin duda, la persistencia de un d¨®lar m¨¢s d¨¦bil ha contribuido a contrarrestar los temores deflacionistas que se hab¨ªan generado en la econom¨ªa de EE UU. En su ¨²ltima comparecencia ante el Senado, Greenspan ha recuperado por primera vez desde el a?o 2000 su atenci¨®n sobre algunas se?ales inflacionistas. Sin transmitir demasiada inquietud por el comportamiento de los precios en el horizonte m¨¢s inmediato, es evidente que en unos meses su sesgo ir¨¢ adquiriendo un car¨¢cter m¨¢s tensionador.
Menos eficaz se ha revelado el tipo de cambio para reducir el ingente d¨¦ficit exterior de EE UU, que supera ya el 5% del PIB. En t¨¦rminos efectivos reales, el d¨®lar ha perdido un 20% desde comienzos de 2002, pero el desequilibrio de la balanza corriente se ha ampliado punto y medio sobre el PIB. Seg¨²n el FMI, cada 10% que se ajusta el tipo de cambio efectivo real, el d¨¦ficit se reduce en medio punto sobre el PIB, aunque este proceso tarde en materializarse entre dos y tres a?os. Si nos remitimos al episodio comparable m¨¢s inmediato, la depreciaci¨®n del d¨®lar entre 1985 y 1987 en un 33% permiti¨® que el d¨¦ficit se corrigiera un a?o despu¨¦s cerca de un punto, al que se a?adi¨® otro adicional entre los dos ejercicios siguientes.
La depreciaci¨®n que acumula el d¨®lar parece insuficiente para reequilibrar algo m¨¢s las relaciones comerciales de Estados Unidos
En esta ocasi¨®n, sin embargo, las previsiones son menos tranquilizadoras. Aunque el FMI es algo m¨¢s optimista en este sentido, la media de las estimaciones de los analistas para este a?o apenas recoge una reducci¨®n en las necesidades de financiaci¨®n exterior de la econom¨ªa de EE UU. No s¨®lo la depreciaci¨®n ha sido m¨¢s moderada que en los ochenta, sino que, adem¨¢s, por los niveles alcanzados ni siquiera puede decirse, seg¨²n nuestras estimaciones, que el d¨®lar se encuentre infravalorado frente a las principales divisas, salv¨® quiz¨¢ con el peso mexicano o la libra esterlina.
En este sentido, la depreciaci¨®n que acumula el d¨®lar parece insuficiente para reequilibrar algo m¨¢s las relaciones comerciales estadounidenses, al menos mientras sus exportaciones no puedan beneficiarse de una demanda externa m¨¢s din¨¢mica. Una recuperaci¨®n del d¨®lar desde los niveles actuales, cuando apenas se han logrado avances en la contenci¨®n del d¨¦ficit corriente estadounidense, podr¨ªa resultar prematuro para la estabilidad de los mercados financieros y del ciclo econ¨®mico internacional.
C¨¦sar Cantalapiedra y David Cano son socios del Grupo Analistas y profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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