Espa?a emite buenas se?ales
La selecci¨®n empata con Italia en un excelente partido de Xabi Alonso y Fernando Torres
Dos convincentes versiones de la selecci¨®n espa?ola determinaron el signo del encuentro de G¨¦nova. El empate no dice mucho de lo que sucedi¨®. Italia se resign¨® a su inferioridad, sin demasiados recursos para contener a un equipo que gir¨® como un reloj alrededor de Xabi Alonso en el primer tiempo. En el segundo, que fue m¨¢s dividido, el protagonismo correspondi¨® fundamentalmente a Fernando Torres, autor del gol, lo que dice menos que la sensaci¨®n de autoridad que produjo en todas sus intervenciones. No estuvo solo. Por la derecha, Joaqu¨ªn sali¨® de su melanc¨®lico estado para recordar lo que valen los buenos extremos.
Un pacto de no agresi¨®n presidi¨® el encuentro, amistoso en el t¨¦rmino m¨¢s estricto de la palabra. A estas alturas de la temporada, los jugadores est¨¢n en otras historias, casi todas m¨¢s interesantes. Italia sali¨® sin la mitad de sus figuras, si es que las tiene en estos momentos. Totti lo es casi por la excepcionalidad que representa en un f¨²tbol que se permite pocas licencias con los jugadores diferentes. Baggio es la demostraci¨®n de las contradicciones de un pa¨ªs que adora eso que llaman fantasistas, pero que a la vez les condena a la soledad, a vivir en un medio hostil, dominado por la t¨¢ctica, la exaltaci¨®n de lo atl¨¦tico y la vieja veta especuladora. Baggio se habr¨ªa sentido m¨¢s c¨®modo en el f¨²tbol espa?ol, representado ayer por jugadores como Xabi Alonso, autor de un recital en la primera parte.
ITALIA 1 - ESPA?A 1
Italia: Buffon (Peruzzi, m. 46); Panucci, Materazzi, Cannavaro (Ferrari, m. 46), Zambrota; Fiore (Diana, m. 75), Pirlo (Nervo, m. 75), Baggio (Miccoli, m. 86), Perrotta (Ambrosini, m. 46); Vieri (Corradi, m. 75) y Di Vaio (Favalli, m. 65).
Espa?a: Casillas (Ca?izares, m. 78); M¨ªchel Salgado (Manuel Pablo, m. 46), Helguera (C¨¦sar, m. 64), Juanito, Ra¨²l Bravo; Xabi Alonso (Xavi, m. 46), Albelda (Baraja, m. 78); Etxeberria, Ra¨²l (Fernando Torres, m. 46), Vicente (Joaqu¨ªn, m. 46); y Morientes (Valer¨®n, m. 46).
Goles: 0-1. M. 52. Pase medido de Valer¨®n que Torres cruza con la derecha al segundo palo despu¨¦s de enga?ar a Peruzzi. 1-1. M. 56. Vieri se impone a Manuel Pablo y cabecea en el segundo palo un centro de Fiore.
?rbitro: Graham Pool (Inglaterra). Amonest¨® a Materazzi.
Partido amistoso en homenaje a Roberto Baggio disputado en el estadio Luigi Ferraris, de G¨¦nova, ante unos 50.000 espectadores.
Por primera vez, S¨¢ez reuni¨® a Valer¨®n y Torres, a los que se a?adi¨® un excelente Joaqu¨ªn
Alrededor de Xabi Alonso se produjo una naturalidad contagiosa. Su manejo de los tiempos y su facilidad para asociarse resultaron decisivas en la superioridad de Espa?a en el primer tiempo. Hab¨ªa dos maneras de entender el juego. Italia giraba alrededor de Pirlo, excelente jugador que deber¨ªa ejercer un papel similar al de Alonso. No es posible. El trazo de su equipo se lo impide. Giovanni Trapattoni no cree en la posesi¨®n de la pelota, ni en la pausa, ni en otra cosa que no sea el juego directo asociado al v¨¦rtigo. No le ha ido mal con ese f¨²tbol, a costa de orillar a los Baggio, Zola y Pirlo de este mundo.
En cambio, a Xabi Alonso se le entiende perfectamente en la selecci¨®n. Su estilo consagra la importancia que ha concedido el f¨²tbol espa?ol al medio centro, a un medio centro creativo, referencial, que tira hilos a todo el equipo. Y que encuentra c¨®mplices a su alrededor.
Xabi Alonso fue el protagonista de la primera parte. En la selecci¨®n se le nota c¨®modo y seguro. Adem¨¢s, produce un efecto optimista en los jugadores. Ra¨²l, que atraviesa malos d¨ªas en el Madrid, pareci¨® el jugador indiscutible de siempre. No fue una noche brillante de Etxeberria y Vicente, pero tampoco import¨® demasiado ante un rival que decepcion¨® a su hinchada. Se escucharon abucheos al juego italiano, apenas salpicados por el reconocimiento a Baggio en sus escasas intervenciones. De las oportunidades se ocup¨® Espa?a. No se vieron demasiadas en el primer tiempo, pero Buffon vivi¨® preocupaciones que no tuvo Casillas. A decir verdad, la ¨²nica preocupaci¨®n de los jugadores espa?oles fue evitar la brutalidad de Materazzi, un defensa desagradable, violento y consentido por los ¨¢rbitros.
El inter¨¦s del segundo tiempo ten¨ªa apellidos. Por primera vez, I?aki S¨¢ez reuni¨® a Valer¨®n y Torres, a los que se a?adi¨® un excelente Joaqu¨ªn, otro que da su mejor versi¨®n en el equipo nacional. La prueba funcion¨® m¨¢s que razonablemente. Torres estuvo magn¨ªfico. Su velocidad y potencia desarm¨® a los centrales italianos, que padecieron grav¨ªsimos problemas en el segundo tiempo. Pero no s¨®lo se vali¨® de su naturaleza atl¨¦tica: Torres dej¨® todos los detalles que obligan a pensar en su enorme categor¨ªa. Marc¨® el tanto espa?ol como se espera de ¨¦l: recibi¨® un pase filtrado de Valeron y defini¨® ante el portero con seguridad por el segundo palo. El tanto fue replicado inmediatamente por Vieri en uno de sus incontenibles cabezazos. Para entonces, la defensa espa?ola comenzaba a dar se?ales de fragilidad, insuficientes en todo caso para desmentir la superioridad del equipo en un partido que manifest¨® buenas se?ales: la jerarqu¨ªa de Xabi Alonso, el excitante futuro que espera a Fernando Torres y el retorno de Joaqu¨ªn a su condici¨®n de gran extremo. Al menos, en la selecci¨®n.
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