Con Michael hemos topado
Michael Fitzgerald, arzobispo. Con tal nombre y tal profesi¨®n, ?c¨®mo no va a ser de origen irland¨¦s este jerarca cat¨®lico ingl¨¦s, actual presidente del Consejo Pontificio para el Di¨¢logo Interreligioso? Me lo confirma la fotograf¨ªa del prelado publicada en una p¨¢gina web de la BBC: si este se?or de mejillas rubicundas no procede de la Verde Erin, la vida no me ha ense?ado nada. (El hecho de haber nacido Fitzgerald en Walsall, en el norte de Inglaterra, hace 66 a?os, no cambia mi certidumbre, y cabe deducir que los padres del mismo, o sus abuelos, se contaban entre los miles y miles de cat¨®licos irlandeses que antes -ya no, gracias al milagro europeo- se ve¨ªan obligados a buscarse la vida en la isla vecina).
Seg¨²n la misma p¨¢gina de la BBC, Michael Fitzgerald lleva 35 a?os en Roma, la mayor¨ªa de ellos en la Curia. Adem¨¢s de doctor en teolog¨ªa, tiene un t¨ªtulo en estudios ¨¢rabes de la Universidad de Londres y ha sido profesor del Instituto Pontificio de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos. Un hombre, por ende, que uno creer¨ªa apto para dirigir el Consejo de marras, cuyo cometido es promover las buenas relaciones entre la Iglesia cat¨®lica y las dem¨¢s religiones del mundo, sobre todo el islam.
Hace cuatro d¨ªas no me sonaba para nada el nombre de Michael Fitzgerald. Me ha puesto sobre su pista una nota de El Mundo titulada El Vaticano, contra el uso de la mezquita de C¨®rdoba por musulmanes. Resulta que MF, en unas declaraciones recientes, ha aconsejado a los musulmanes cordobeses -a quienes naturalmente les llenar¨ªa de gozo poder utilizar el maravilloso recinto- que "acepten la historia", no pretendan "tomarse la revancha", e imiten con deseable madurez la posici¨®n cat¨®lica de no reivindicar el uso de iglesias suyas pasadas a la religi¨®n de Mahoma. El arzobispo recuerda, en el curso de dichas declaraciones, que Juan Pablo II, en su visita de 2001 a la mezquita de los Omeyas de Damasco, antes bas¨ªlica bizantina, no pidi¨® celebrar misa all¨ª. ?Todo un ejemplo de cordura que deber¨ªan tener en cuenta los seguidores cordobeses del profeta! "Es dif¨ªcil la convivencia entre cristianos y musulmanes si se pretende remontarse a tiempos pasados o buscando la revancha", puntualiza Fitzgerald. "Es necesario aceptar la Historia y mirar hacia delante". Luego a?ade, para rematar el asunto, que en su opini¨®n "no es conveniente" que en una iglesia cat¨®lica, donde se cobija el Sant¨ªsimo, recen otras comunidades.
?Hace falta se?alar que la intolerancia musulmana, cuando existe, no tiene por qu¨¦ ser imitada por quienes dicen creer en Cristo, cuya ense?anza incide tanto sobre la no violencia, el perd¨®n, el amor al pr¨®jimo, la fraternidad? Si el Consejo presidido por MF quiere realmente mejorar las relaciones de la Iglesia con el islam, el detalle de permitir a los musulmanes de C¨®rdoba -y del mundo- utilizar parte de la mezquita, de proporciones adem¨¢s tan inmensas y con sitio de sobra para todos, ser¨ªa un magn¨ªfico detalle expresivo de la mejor tradici¨®n cristiana, y tendr¨ªa una beneficiosa repercusi¨®n internacional. L¨¢stima que Fitzgerald y los suyos no lo vean as¨ª.
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