La lucha por el control accionarial retrasa el reinicio de las obras del hospital oncol¨®gico
Un constructor reclama la presidencia de la empresa al poseer la mayor¨ªa de las participaciones
Las obras del hospital oncol¨®gico de Villaviciosa de Od¨®n est¨¢n paralizadas desde hace m¨¢s de dos a?os por la lucha que se ha desatado por el control de la empresa promotora del proyecto, Centro de Investigaci¨®n y Tratamiento Oncol¨®gico, SA (CITO). Su presidente, Javier Santos, se niega a ceder su puesto al constructor Enrique Ventero, m¨¢ximo accionista al adquirir las acciones de Santos como pago por un pr¨¦stamo que, seg¨²n Ventero, ¨¦ste le hizo antes de acometer las obras, en junio de 2000. "Quiero terminar las obras, pero cuando me siente en la presidencia de CITO", dijo.
La paralizaci¨®n de las obras del hospital oncol¨®gico - el que iba a ser el m¨¢s importante de Europa y que ten¨ªa que estar acabado en 2001- es resultado de la lucha por el poder accionarial en CITO y la falta de recursos de la empresa promotora. Los terrenos sobre los que se iba a levantar este centro sanitario y un hotel anexo -12 hect¨¢reas- fueron vendidos por el Ayuntamiento de Villaviciosa, gobernado por el PP, a CITO por la simb¨®lica cifra de 86 millones de pesetas.
Hace tres a?os, el Banco Popular Hipotecario retir¨® el cr¨¦dito de 27 millones de euros que le hab¨ªa concedido a la empresa para que comenzase las obras en junio de 2000. CITO, en consecuencia, hipotec¨® el terreno sobre el que se iba a construir el hospital. Pero como el capital social de CITO no era suficiente para garantizar la cantidad pedida al banco, busc¨® una avalista: el constructor Enrique Ventero. ?ste tiene intereses inmobiliarios en Madrid, Marbella y es accionista del Atl¨¦tico de Madrid.
Ventero asegura que, adem¨¢s, prest¨® 3,6 millones de euros a CITO para que pudiese comenzar de inmediato las obras. La empresa, con este dinero, ampli¨® capital para su proyecto, en el que participaron multinacionales como Siemens y Dresdner Bank, adem¨¢s de varios m¨¦dicos onc¨®logos a t¨ªtulo individual.
El coste total del centro, sumando el pretendido hospital y el hotel de 250 habitaciones que se a?adi¨® al proyecto un a?o despu¨¦s, alcanz¨® los 48 millones de euros. Pero el Banco Popular Hipotecario retir¨® la l¨ªnea de cr¨¦dito porque comenzaron las desavenencias con los promotores. Al acabarse la financiaci¨®n, las obras se pararon en seco, seg¨²n Ventero, as¨ª como varias fuentes relacionadas con el proyecto.
En ese momento, a principios de 2002, algunos socios y acreedores de CITO comenzaron a temer por sus inversiones y solicitaron como garant¨ªa varias anotaciones preventivas de embargo de los terrenos, propiedad de CITO, y sobre los que se estaba construyendo el centro sanitario, seg¨²n consta en un certificado del Registro de la Propiedad de Pozuelo de Alarc¨®n de 20 de marzo de 2003.
Las deudas, como consta en el Registro de la Propiedad, alcanzaban, por ejemplo, 117.197,36 euros reclamados por la empresa Sotohenar, SL (antiguo accionista de CITO) y 79.471,48 euros reclamados por Deutsche Bank, adem¨¢s de varias reclamaciones de inversores a t¨ªtulo personal.
Ventero, por su parte, recuerda que reclam¨® el pr¨¦stamo de 3,6 millones de euros efectuado a CITO. Santos le ofreci¨® como garant¨ªa el 100% de las acciones de la empresa Correspondencia y Clasificaci¨®n, SL, empresa propietaria del 70% de las acciones de CITO. Sin embargo, Ventero asegura que no consigui¨® el control de CITO porque Santos nunca le entreg¨® las acciones prometidas y, por tanto, la presidencia de la empresa. "Santos se neg¨®, a principios de 2003, a convocar la junta de accionistas de CITO para traspasarme los poderes y entregarme las acciones", recuerda.
Cl¨¢usula de reversi¨®n
Pero Santos no s¨®lo estaba en conversaciones con Ventero. Seg¨²n la citada certificaci¨®n del Registro de la Propiedad, la empresa de Santos vendi¨® el 18 de febrero de 2003 uno de los terrenos sobre el que se iba a levantar el hotel anexo al hospital (73.885 metros cuadrados) a la empresa Wani Convits, radicada en Barcelona. Sin embargo, esta venta era muy arriesgada, porque cuando el Ayuntamiento cedi¨® a CITO los terrenos incluy¨® una cl¨¢usula que permit¨ªa al Consistorio recuperar los terrenos si no se constru¨ªa el hospital.
El objeto social de Wani Convits es la restauraci¨®n, y sus accionistas son Enrique Enrech Artal -socio de Santos en Correspondencia y Clasificaci¨®n- y Vanessa Enrech Intente.
Seg¨²n la escritura de la compraventa, la operaci¨®n se realiz¨® por 5,1 millones de euros, a pesar de que el Ayuntamiento villaodocense se lo vendi¨® a CITO por 310.840 euros. Seg¨²n la escritura de venta, el pago a CITO por parte de Wani Convits inclu¨ªa la cesi¨®n de un pagar¨¦ de 377.465 euros, una deuda que Javier Santos debi¨® contraer en alg¨²n momento con la empresa de su socio y que pretend¨ªa pagar con la operaci¨®n.
Sin embargo, Enrique Ventero descubri¨® la compraventa y la denunci¨® en los tribunales, lo que provoc¨® la anulaci¨®n voluntaria de la operaci¨®n por parte de Santos y Enrech Artal. Santos, por su parte, rechaz¨® ayer ofrecer su versi¨®n sobre estos hechos.
El conflicto por el control de la empresa lleg¨® as¨ª a los tribunales, que embargaron en marzo del a?o pasado las acciones de Santos y salieron a subasta notarial a finales de abril de 2003, como consta en el Bolet¨ªn Oficial del Estado del 22 de marzo de 2003. Por su parte, Ventero afirm¨® ayer que su objetivo es terminar la construcci¨®n del hospital, pero a?ade que, para poder hacerlo, primero tendr¨ªa que controlar CITO. "Algo que, de momento, est¨¢ en manos de los jueces", concluy¨®.
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