La amarga plata de Ra?a
El gallego pag¨® ante Docherty, en el 'sprint' final del Mundial de triatl¨®n, el derroche de fuerzas que hizo en la nataci¨®n
Fue al final, bajo las acacias de flores moradas que dan sombra a la avenida de la Restauraci¨®n, por encima del paseo mar¨ªtimo de Funchal. Quedaban apenas 3,5 kil¨®metros de carrera a pie. Diez minutos. El momento decisivo. Iv¨¢n Ra?a cambi¨® el ritmo. Empez¨® a bracear m¨¢s fuerte, como si quisiera agarrar el aire que respiramos con las manos. Empez¨® tambi¨¦n a pisar el suave, c¨¢lido, con los metatarsianos, casi de puntillas. El trabajo de ajuste fino, la ¨²ltima semana en Olot (Girona), las series fuertes, 5.000, 4.000, 2.000 metros, a 3.01, a 2.55, a 2.50 minutos el kil¨®metro, la gran calidad atl¨¦tica del gallego, su talento, deber¨ªa exhibirse ah¨ª, entonces. C¨¦sar Varela, su entrenador, su casi padre durante sus a?os de adolescencia en Santiago, detr¨¢s de las vallas exultaba. Ahora. Ya. Y con gran facilidad Ra?a se despeg¨® del d¨²o junto al que hab¨ªa corrido los 6.500 metros anteriores. El m¨¢s bajito de los tres, el kazajo Dimitry Gaag, un veterano resistente, fue el primero en ceder. Aceler¨® un poquito m¨¢s Ra?a, un buen cambio de ritmo, y tambi¨¦n pareci¨® que Bevan Docherty, el tranquilo neozeland¨¦s, acabar¨ªa cediendo. Eso se crey¨® entonces, en el calor de la capital de Madeira. Que nada se le resistir¨ªa a Ra?a, que el gallego de 24 a?os cerrar¨ªa con un nuevo campeonato mundial el ciclo incre¨ªble que comenz¨® con su quinto puesto en los Juegos de Sydney: cuarto en el Mundial de 2001, primero en el de 2002, segundo en el de 2003. Y a tres meses y medio del 26 de agosto, del triatl¨®n ol¨ªmpico, de los Juegos de Atenas.
Sin embargo, Docherty, el simp¨¢tico, el sonriente, el compa?ero de habitaci¨®n de Ra?a cuando se baj¨® hace unos meses a entrenarse a Lanzarote, no se dej¨® doblegar. Tras la fuerza fr¨ªa, tranquila, de Ra?a, Docherty se agarr¨® a donde pudo. Resisti¨®. Hizo dudar al gallego, una de las mentes privilegiadas cuando de t¨¢ctica de triatl¨®n se habla. Le hizo recordar que los 1.500 metros de nataci¨®n en las tranquilas aguas del Atl¨¢ntico hab¨ªan sido un peque?o tormento. "Y, de repente, en la boya, a la que llegu¨¦ por dentro, empec¨¦ a recibir golpes, brazadas, empujones. De repente, me vi fatal, atr¨¢s, casi descolgado", explicaba Ra?a. "Y quiz¨¢s me puse nervioso y empec¨¦ a acelerar, y trabaj¨¦ m¨¢s de la cuenta". Tampoco march¨® calmo en los 36,6 kil¨®metros de ciclismo. All¨ª, en el repecho tremendo, dirigiendo a su compa?ero Xavier Llobet, con quien en cada prueba reinventa el triatl¨®n, trabaja para convertir uno de los deportes m¨¢s individuales en una especialidad t¨¢ctica, colectiva, de equipo, para pasmo de los puristas. Llobet, de gregario, delante, y Ra?a, de l¨ªder, detr¨¢s. Cuando alguno intentaba su ataque, cuando alguno quer¨ªa hacer su carrera en solitario, Llobet, el vigilante, se volv¨ªa a Ra?a. Y ¨¦ste no dudaba, a por ¨¦l.Faltaba menos de una vuelta, ya no quedaban m¨¢s repechos. Ya s¨®lo quedaban dos delante. Ra?a y Docherty. Ya s¨®lo quedaba la decisi¨®n final. La ¨²ltima recta. 700 metros. Entre palmeras. Ligera brisa. Humedad. Ya s¨®lo quedaba resolver al sprint. A 500 metros, Docherty y Ra?a, los amigos, los colegas, se miraron, se estrecharon la mano. Quien m¨¢s corra gana. Ra?a atac¨® el primero. Docherty aguant¨®. Docherty se puso por delante. Empez¨® a controlar. Toda la sabidur¨ªa hist¨®rica del mediofondo neozeland¨¦s en sus piernas. Meter Snell. John Walker. Control. Ra?a aceleraba, Docherty aceleraba un poco m¨¢s. Ra?a frenaba, Docherty frenaba. No se dej¨® superar. Cort¨® la cinta el primero. Dej¨® a Ra?a con una medalla de plata que le pareci¨® poca cosa.
"Es que no es lo mismo llegar a Atenas como doble campe¨®n del mundo", dijo; "que como doble subcampe¨®n, es que llevo casi un a?o sin ganar ning¨²n triatl¨®n y necesito volver a sentir la sensaci¨®n de ganar, es que...".
Ra?a buscar¨¢ el oro ol¨ªmpico en Atenas con la ayuda de Llobet. Es por lo que ha sufrido, trabajado y vivido los ¨²ltimos cuatro a?os, el cuatrienio en el que el triatl¨®n espa?ol, su espectacular calidad, ha admirado a todo el mundo.
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