Nadie la quiere
Nadie quiere la presidencia de la Academia espa?ola de cine. Es un marr¨®n. A la Sampietro le han estado lloviendo chuzos de punta durante su corto y estupendo reinado, como antes le hab¨ªa ocurrido a la Paredes, cuya cabeza pidieron algunos productores mimosos del PP porque en una de las galas presidida por ella se grit¨® "No a la guerra"...
El conflicto de encontrar alguien que presida la Academia no es grave: tendr¨¢ pronta soluci¨®n con fumata blanca, pero el s¨ªntoma tiene bemoles. En casa del herrero, cuchillo de palo. Mientras la Academia espa?ola no sabe por d¨®nde tirar, en la inauguraci¨®n del Festival de Cannes se tribut¨® un fervoroso homenaje a Pedro Almod¨®var con la glamourosa presencia en el escenario de cinco de sus magn¨ªficas actrices (Abril, Maura, Molina, Paredes y Watling). Despu¨¦s, los franceses organizaron en su honor uno de los fiestorros m¨¢s espectaculares que se recuerden en Cannes.
En la Academia espa?ola nadie parece creer que hay un camino posible para el cine espa?ol, despejado por Almod¨®var, y antes que ¨¦l por otros grandes cineastas, Carlos Saura, por ejemplo, a quien la Academia del cine, esta vez europea, conceder¨¢ en diciembre un premio a su carrera, "tan diversa que no se la puede etiquetar, una obra profundamente innovadora". Mientras tanto, en Nueva York han organizado un homenaje al productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez... Y el cine espa?ol, qu¨¦ cosas, sigue sin presidente o presidenta porque no hay quien quiera aguantar el chaparr¨®n de descalificaciones e insultos que tanto hemos visto en los ¨²ltimos a?os... y no s¨®lo con los Premios Goya. Nada quiere, y menos a¨²n tras el batacazo que se han dado en taquilla algunas pel¨ªculas recientes.
En este Festival de Cannes, el director iran¨ª Abbas Kiarostami ha exhibido una pel¨ªcula que sintetiza las lecciones sobre el arte del cine que ¨¦l mismo viene impartiendo: describe c¨®mo hace sus pel¨ªculas y expone alguna teor¨ªa sobre la historia del cine y su situaci¨®n actual. Para Kiarostami, la raz¨®n de que tantas pel¨ªculas aut¨®ctonas fracasen en taquilla es porque no imitan los patrones de Hollywood. Advierte con iron¨ªa del riesgo comercial que puede suponer salirse de ese modelo narrativo, lo que ¨¦l sufre en sus carnes. Sin embargo, no est¨¢ dispuesto a cambiar de actitud; en su disertaci¨®n cinematogr¨¢fica estimula a que cada cual mantenga su estilo propio, que hable de temas de su entorno, y a que se luche por conquistar un lugar en el sol. Cree que la primera generaci¨®n de narradores cinematogr¨¢ficos que hubo en la historia se inspir¨® en la vida real; que la segunda se interes¨® tambi¨¦n por la realidad aunque a la luz de las pel¨ªculas precedentes; que la tercera se aliment¨® endog¨¢micamente del cine repitiendo lo ya visto, y que la cuarta, la actual, se interesa s¨®lo por la t¨¦cnica, atra¨ªda por el juguete de los efectos especiales. Es su opini¨®n. Asegura finalmente que hay que recuperar los or¨ªgenes.
A lo que ¨ªbamos. Los cineastas espa?oles no encuentran quien abandere sus reivindicaciones, quiz¨¢ algunas semejantes a las de Kiarostami. Temen que aceptar la presidencia de la Academia signifique meterse en un buen l¨ªo, y que tarde o temprano les acabar¨¢n echando los perros. ?C¨®mo nos han dejado el pa¨ªs!
Babelia
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