"La c¨¢mara es el arma m¨¢s poderosa de los palestinos"
Guiliano Mer Khamis, 43 a?os, es un conocido actor israel¨ª que acaba de convertirse en un director de cine palestino. Su pel¨ªcula Los ni?os de Arna es un documental sobre un grupo de muchachos del campo de refugiados de Yenin. Esta obra se suma al medio centenar de pel¨ªculas que desde un lado u otro se han venido filmando desde que hace tres a?os y medio se iniciara la Intifada. El impacto causado por este reportaje ha convertido a Guiliano en un personaje maldito; desde los estamentos oficiales se ha incluido su nombre en la lista negra del mundo del teatro. Pero nada de eso parece amedrentar a este hombre, de madre jud¨ªa y padre ¨¢rabe, que est¨¢ dispuesto a participar con su c¨¢mara en la pr¨®xima Intifada.
PREGUNTA. ?C¨®mo naci¨® la idea de los ni?os de Arna?
RESPUESTA. Se lo voy a explicar con detalle. Eran las cuatro de la tarde del 26 de octubre de 2001. Estaba viendo una cadena de televisi¨®n de Dubai cuando vi el cuerpo de un muchacho ca¨ªdo en una calle de Hadera despu¨¦s de haber llevado a t¨¦rmino un ataque suicida. Lo reconoc¨ª inmediatamente, era Yusef, un muchacho que conoc¨ªa desde que ten¨ªa nueve a?os porque hab¨ªa hecho teatro en la escuela de mi madre en el campo de refugiados de Yenin y a quien hab¨ªa grabado en numerosas ocasiones con mi c¨¢mara. Me fui a Yenin inmediatamente. Sab¨ªa que en mis manos ten¨ªa un material ¨²nico. Pod¨ªa ser la respuesta a la propaganda sobre los ataques suicidas, que hablan de lavado de cerebros, de religi¨®n, v¨ªrgenes en el cielo. Yo ten¨ªa todo lo contrario, c¨®mo un muchacho guapo, que so?aba con el amor y el teatro se hab¨ªa convertido en un suicida. Empec¨¦ a rodar.
P. ?C¨®mo hizo la cinta?
R. En realidad la pel¨ªcula es la suma de tres pel¨ªculas, dos de ellas previas, sobre mi madre y su grupo de teatro. Con la c¨¢mara en la mano, sin equipo, sin gui¨®n previo, empec¨¦ a rodar. Visit¨¦ a las familias de los ni?os que a?os atr¨¢s hab¨ªan ido a la escuela de mi madre. Rod¨¦ sin parar a las madres, a los militantes de las Brigadas de Al Aqsa, las operaciones del Ej¨¦rcito israel¨ª en el campo... Al final acumul¨¦ 115 horas de cinta. Al principio tuve cuidado de tapar sus rostros para que no fueran identificados. Finalmente no hizo falta, todos los protagonistas menos uno han ido muriendo en estos ¨²ltimos a?os en la Intifada.
P. Todas las revoluciones tienen su pel¨ªcula. ?Hasta qu¨¦ punto su cinta est¨¢ vinculada a este tipo de cine?
R. Las ra¨ªces de mi pel¨ªcula est¨¢n en La Batalla de Argel, de Gillo Pontecorvo, que en 1965 film¨® sobre la guerra de la independencia de Argelia. Hay algo en aquel filme que se parece al m¨ªo, quiero decir, a la escena de las tres mujeres ¨¢rabes, disfrazadas de occidentales, que se disponen a colocar una bomba en un bar. El p¨²blico est¨¢ pendiente de lo que suceder¨¢ con las tres mujeres, no de la gente que est¨¢ en el bar y que morir¨¢ a causa de la explosi¨®n. T¨² te identificas con el terrorista y no con las v¨ªctimas. Eso es lo que quise hacer con mi pel¨ªcula, que la gente entendiera que Yusef, el suicida, no era un terrorista sino un ser humano. Mi objetivo es sacudir al espectador. Yo humanizo un ataque suicida.
P. ?Da la sensaci¨®n de que en un momento de su vida decidi¨® pasar del lado israel¨ª al palestino?
R. Yo era paracaidista en las Fuerzas Especiales. Es el camino que escogen los jud¨ªos cuando quieren ser m¨¢s jud¨ªos. Cuando era muchacho estaba avergonzado porque mi padre fuera ¨¢rabe. Ten¨ªa dificultades porque era medio palestino, medio comunista. Quer¨ªa ganar a pulso la identidad de jud¨ªo, por eso me fui con los paracaidistas, como hacen muchos de los jud¨ªos de origen ruso; es como una m¨¢quina exprimidora capaz de convertir a cualquiera en sionista y jud¨ªo. Durante los tres primeros meses estuve haciendo el trabajo sucio; chekpoints. Un d¨ªa me colocaron en las cercan¨ªas de Yenin. Apareci¨® un coche con ¨¢rabes de Nazareth a quienes conoc¨ªa perfectamente. Atr¨¢s iba un hombre mayor que pod¨ªa ser mi abuelo. Yo trat¨¦ de hacerlos pasar r¨¢pido para que no me reconocieran, pero el oficial me oblig¨® a sacarlos por la fuerza del coche, a registrarlos. No pude m¨¢s y acab¨¦ golpeando al oficial con mi arma. Le romp¨ª la mand¨ªbula. Me ha costado seis a?os de tribunales. Este incidente fue como un "clic". As¨ª es como empec¨¦ a viajar hacia el otro lado. Hoy me siento en una situaci¨®n de privilegio. Los jud¨ªos me tratan como a un ¨¢rabe, los ¨¢rabes como a un jud¨ªo, pero yo ya no sufro por ello. Es como un regalo que me permite manipular a las autoridades, a los pueblos. Me muevo de un lado a otro gracias a las dos lenguas, a las dos culturas. Puedo ser jud¨ªo o palestino en cualquier momento.
R. La c¨¢mara se ha convertido en un arma en la Intifada. Ha sido la mejor aliada de los palestinos en la primera Intifada. Pero, al mismo tiempo, en esta segunda Intifada se ha convertido en su enemiga, ya que los israel¨ªes la han venido utilizando para cazar y reconocer lo que pasa en los territorios. Pero en t¨¦rminos generales, Israel sale perjudicada por el uso de la c¨¢mara. Por eso los soldados disparan contra los equipos de televisi¨®n, yo he perdido dos amigos c¨¢maras en Yenin y otros cuatro han resultado heridos. El cine ha acabado siendo el arma m¨¢s poderosa que tienen los palestinos.
P. Usted habla siempre de la pr¨®xima Intifada. ?D¨®nde estar¨¢ entonces?
R. Soy un luchador. En la pr¨®xima Intifada yo estar¨¦ all¨ª, en el frente, con mi c¨¢mara.
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