El impacto de las fotograf¨ªas
Yo ten¨ªa una frase genial que dec¨ªa algo as¨ª como "?qu¨¦ se puede esperar de un sexo que cuando hace la guerra viola sistem¨¢ticamente al otro sexo?", y con ello, claro est¨¢, alud¨ªa al sexo masculino; pero ahora, con la revelaci¨®n de las fotograf¨ªas de la soldado Lynndie England, de 21 a?os, arrastrando a un preso iraqu¨ª como a un perro, y las acusaciones a Sabrina Harman, de 26 a?os, de colocar cables el¨¦ctricos a un preso con la cabeza tapada dici¨¦ndole que se electrocutar¨ªa en caso de caerse, la frase ya no me sirve. Seguramente no es lo mismo vejar sexualmente (obligando, por ejemplo, a masturbarse en p¨²blico a los prisioneros) que ser violada directamente, pero ambas acciones son id¨¦nticos atentados contra la dignidad y la libertad humanas. Y m¨¢s si pensamos en el pudor del mundo isl¨¢mico.
La frase "el hombre es un lobo para el hombre" tiene aqu¨ª un nuevo ejemplo en el que la protagonista es la mujer, casi tan brutal como sus colegas masculinos. En esta historia, lo m¨¢s curioso visualmente es la pinta de no haber roto nunca un plato que tienen ambas muchachas, una de las cuales pos¨® junto a un ni?o iraqu¨ª como si fueran amigos de toda la vida, ella toda sonrisas y completamente angelical (desconf¨ªe, por tanto, del vecino agradable y bonach¨®n: puede que est¨¦ torturando a su animal de compa?¨ªa).
A ra¨ªz de estas fotograf¨ªas y de su repercusi¨®n, me ha llegado un panfleto digital firmado por The Buggers (una persona o un colectivo holand¨¦s) cuya aspiraci¨®n es "redefinir el arte revolucionario". Seg¨²n The Buggers, la sexualizaci¨®n se ha convertido en una estrategia capitalista en la conquista de sus enemigos; mientras que la liberaci¨®n sexual constituy¨® una estrategia revolucionaria en el siglo XX en contra del sistema capitalista represor, ahora la fuerza de este sistema radica en su carencia completa de moral y en su habilidad para absorber la fuerza moral de sus oponentes, "pervirti¨¦ndola" con fines comerciales. Las industrias capitalistas, siguen diciendo, proveen continuamente de promesas de gratificaci¨®n sexual y ganan mucho dinero con ello. Ahora, por tanto, ir en contra del sistema no consiste en liberarse sexualmente, sino en "desexualizarse".
Lo verdaderamente decisivo de estas im¨¢genes, seg¨²n The Buggers, es qui¨¦n las ha dado a la prensa y con qu¨¦ prop¨®sito. Puesto que las im¨¢genes sexuales producen un gran impacto en el inconsciente, ¨¦sta es una manera de erotizar la guerra y por tanto, dicen los planfletarios internautas, no desprovistos de sutileza, de promocionarla. Ellos creen que esta informaci¨®n grafica, que ha recorrido el mundo en estos ultimos d¨ªas, ha sido deliberadamente puesta en circulaci¨®n como un arma m¨¢s para prolongar la guerra. La guerra erotizada, un nuevo eslogan.
Victoria Combal¨ªa es cr¨ªtica de arte.
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