"El talento cient¨ªfico debe generar riqueza y puestos de trabajo"

El Consejo de Ministros nombr¨® ayer al nuevo presidente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC): Carlos Mart¨ªnez Alonso, un inmun¨®logo y bi¨®logo molecular de primera l¨ªnea que llega al cargo decidido a aprovechar los favorables vientos pol¨ªticos -el presidente del Gobierno se ha comprometido a duplicar el gasto cient¨ªfico en cuatro a?os- para convertir el mayor organismo p¨²blico de investigaci¨®n espa?ol en una estructura moderna, din¨¢mica, aut¨®noma y capaz de competir en el universo cient¨ªfico internacional.

El CSIC, adscrito al Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, agrupa a 120 centros de investigaci¨®n de todo el pa¨ªs, con 2.500 cient¨ªficos en plantilla, 3.000 en formaci¨®n y otros 4.500 trabajadores en tareas auxiliares. Su presupuesto en 2003 fue de 627 millones de euros. El organismo genera el 20% de la producci¨®n cient¨ªfica espa?ola y el 25% de las patentes. Su actividad abarca las ¨¢reas de f¨ªsica, qu¨ªmica, biolog¨ªa y biomedicina, recursos naturales, ciencias agrarias, materiales, alimentos, humanidades y ciencias sociales.

Fue uno de los cient¨ªficos que escuch¨® con asombro el programa de Zapatero

"Hay que cambiar la estructura jur¨ªdica del CSIC y subir los sueldos al personal"

"Estamos ante una oportunidad ¨²nica para incorporar la ciencia a la econom¨ªa del conocimiento, que es el marco con el que la Uni¨®n Europea pretende ponerse en cabeza de la competitividad mundial hacia el a?o 2010", afirmaba ayer el cient¨ªfico en entrevista telef¨®nica.

Mart¨ªnez naci¨® en 1950 en Pola de Cord¨®n, un pueblo de las estribaciones leonesas de los Picos de Europa, y conoce muy de cerca la ciencia europea y norteamericana. Tras doctorarse en la cl¨ªnica Puerta de Hierro de Madrid, emigr¨® a la cuna de la inmunolog¨ªa moderna, el Instituto de Inmunolog¨ªa de Basilea (Suiza), y despu¨¦s trabaj¨® en Umea (Suecia), el Instituto Pasteur de Par¨ªs, el Instituto Max Planck de Friburgo, el Instituto del C¨¢ncer de Ontario, en Toronto, y en el Caltech de Pasadena, en California. A finales de los ochenta regres¨® a Espa?a, y desde 1996 dirige el Departamento de Inmunolog¨ªa y Oncolog¨ªa del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CNB).

Fue uno de los investigadores que escuch¨® con un inter¨¦s rayano en el asombro las promesas del l¨ªder socialista en la ¨²ltima campa?a -el cient¨ªfico recuerda ahora: "Cuando Zapatero percibi¨® la respuesta de los cient¨ªficos ante su programa, le dijo a su mujer: 'Sonsoles, vamos haciendo las maletas, que nos mudamos a Moncloa"-, y es consciente de las perspectivas que se abren.

"Las bases est¨¢n sentadas en el programa electoral del PSOE, que se ha comprometido a transformar el CSIC en un organismo de gesti¨®n ¨¢gil, aut¨®nomo y cient¨ªficamente competitivo, y todo ello en un escenario de crecimiento del gasto en investigaci¨®n de un 25% anual durante los pr¨®ximos cuatro a?os".

Tambi¨¦n es consciente del peso de la herencia recibida. "Hay en en el CSIC problemas urgentes y problemas importantes, que no siempre coinciden. Pero hay dos que s¨ª merecen ambos calificativos. El primero es su actual estructura jur¨ªdica, que es poco eficaz y debe sustituirse por una nueva. Y el segundo es que los salarios est¨¢n por debajo de los comparables en la universidad, y deben equipararse, como viene reclamando el colectivo".

Mart¨ªnez es un firme partidario de dos integraciones: entre la ciencia y la sociedad que la financia, y entre el sector privado y el p¨²blico. "Espa?a debe demostrar que es capaz de convertir el probado talento de sus cient¨ªficos en productos que generen riqueza y puestos de trabajo, y el CSIC tiene que ser el banco de pruebas para esa transformaci¨®n".

Mart¨ªnez ha sido presidente de la Conferencia Europea de Biolog¨ªa Molecular, vicepresidente del Consejo Cient¨ªfico del Laboratorio Europeo de Biolog¨ªa Molecular (EMBL), con sede en Heidelberg, y miembro del Consejo Cient¨ªfico de la Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular (EMBO). Actualmente forma parte de los comit¨¦s cient¨ªficos de la OTAN para el estudio de las se?ales intercelulares, de la organizaci¨®n Human Frontiers, de la Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular (EMBO) y del programa e-BioSci para la creaci¨®n de un espacio electr¨®nico europeo de biomedicina.

?Qu¨¦ har¨¢ con los precarios? "Me propongo atraer al CSIC a los estudiantes m¨¢s brillantes de este pa¨ªs, y estoy convencido de que ello requiere ofrecer una carrera cient¨ªfica atractiva y perfectamente estructurada en cada etapa. Tambi¨¦n es preciso abrir las fronteras y atraer a buenos cient¨ªficos independientemente de su nacionalidad y de d¨®nde hayan estudiado. Las actuales trabas espa?olas a la homologaci¨®n de t¨ªtulos extranjeros supone un freno lamentable. La ciencia es universal".

"Mi intenci¨®n es que el CSIC colabore con la universidad y todos los organismos p¨²blicos y privados", concluye. "Hay que minimizar la burocratizaci¨®n. El CSIC debe ser un organismo de cient¨ªficos, pero todo su personal tiene que ponerse al servicio de la sociedad".