M¨¢s emociones que juego

El Racing gole¨® al Bar?a en la primera vuelta y ayer le oblig¨® a mirar el reloj hasta el ¨²ltimo minuto. Los azulgrana pasaron apuros al final para defender el p¨ªrrico gol de penalti que hab¨ªa transformado Ronaldinho, a resultas de una acci¨®n que se produjo fuera del ¨¢rea. El Camp Nou se prepar¨® para una fiesta para rendir homenaje a Luis Enrique, que jug¨® ayer su ¨²ltimo partido en el Camp Nou y que fue despedido como un h¨¦roe, y el juego no estuvo a la altura de las emociones. El Racing, que no se jugaba nada, -el s¨¢bado se liber¨® del fantasma del descenso- fue de menos a m¨¢s pero careci¨® de acierto. El Bar?a cerrar¨¢ el curso el domingo en Zaragoza con la ilusi¨®n de obtener lo que a principio de curso parec¨ªa una utop¨ªa: atrapar la segunda plaza y lograr el billete directo para la Champions.

Desde que gan¨® al Madrid y al Espanyol, el Bar?a, pese a los ruegos de Rijkaard, ha bajado el list¨®n. Tiene la cabeza en la pr¨®xima temporada. Se ha relajado, sabe que tiene los deberes hechos y ni siquiera el subcampeonato le espolea para aguantar hasta el final. Le pas¨® ante el Celta, ante el que se quebr¨® su racha de 17 partidos invicto, y le pas¨® ayer ante el Racing. Sali¨® dormido. Pero el Bar?a tiene ahora un fil¨®n que siempre sale a rescatarle en el momento justo. Ronaldinho tiene la particularidad de combinar una fantas¨ªa inagotable con no dar jam¨¢s un bal¨®n por perdido. Y eso es lo que hizo ayer, muy pronto. Corri¨® como una bala con Mora hasta el bander¨ªn de corner, se hizo con la pelota le hizo una soberbia el¨¢stica sobre la l¨ªnea de fondo y Christian ?lvarez le derrib¨® frente al lateral del ¨¢rea. La falta fue fuera pero el colegiado se?al¨® penalti. El brasile?o quiso cederle el lanzamiento al capit¨¢n pero ¨¦ste se neg¨®. Lo transform¨® ¨¦l con tiro cruzado.

No solo fue eso porque se hizo el rey de la banda derecha, sigui¨® con sus diabluras y el Racing tuvo suerte de que Aoaute aguantara una de las internadas del brasile?o y metiera justo la mano para evitar el segundo. O que el palo repeliera despu¨¦s un chut de Luis Enrique tras un centro del brasile?o nacido justo despu¨¦s de un eslalom. S¨®lo hab¨ªa dos cosas por ver: qu¨¦ se le ocurr¨ªa m¨¢s al brasile?o y si el asturiano era capaz de marcar un gol como ocurri¨® en la segunda parte cuando Aoute puso antes la cabeza que aqu¨¦l. Rijkaard dej¨® al asturiano una hora en el campo y recibi¨® la ovaci¨®n de su vida. El Racing hab¨ªa llegado sin tensi¨®n pero se percat¨® que la del Bar?a era todav¨ªa menor. Estaba para emociones y no para mirar el resultado. Y ah¨ª empez¨® a aprovecharse del aletargamiento azulgrana: encontr¨® espacios y merode¨® el ¨¢rea. Puyol se temi¨® lo peor: provoc¨® dos faltas consecutivas -una de ellas acab¨® en un c¨®rner que Anderson estuvo a punto de transformar en gol- y recibi¨® una doble amonestaci¨®n y fue expulsado. El Bar?a se convirti¨® en un manojo de nervios. El p¨²blico estir¨® de las orejas a Overmars y recibi¨® con pitos a Kluivert. Finalmente, entre todos evitaron un susto.