Un gran club, un peque?o equipo
El Marsella se rehabilita tras el 'caso Tapi¨¨', que le llev¨® a Segunda en 1994 por ama?ar partidos
"Nosotros somos un gran club con un equipo peque?o", afirmaba hace dos meses Jos¨¦ Anigo, entrenador del Olympique de Marsella tras eliminar al Liverpool. Ayer, en puertas de la final de la Copa de la UEFA, el t¨¦cnico iba m¨¢s lejos: "No nos conformamos con ser sextos o s¨¦ptimos en la Liga. Somos un gran club que en dos a?os podemos llegar a ser un gran equipo". ?La clave? "Cinco jugadores m¨¢s de gran nivel. Tenemos catorce muy capaces y necesitamos cinco m¨¢s para formar un gran equipo".
El OM vive a¨²n del recuerdo de la final de 1993, en la que se adjudic¨® la Copa de Europa tras vencer al Milan con un solitario gol del defensa Boli. Hoy, uno de los 30 aviones que llegar¨¢n a Gotemburgo desde Marsella llevar¨¢ su nombre. La final de la Copa de la UEFA ante el Valencia es como un revival de lo que fue el OM hasta el fat¨ªdico 1994, cuando se destap¨® el caso Tapi¨¨ y el club descendi¨® a Segunda Divisi¨®n por un delito de soborno y compra de partidos.
El club m¨¢s emblem¨¢tico de Francia, "el que llena las tribunas ajenas", como afirma un hist¨®rico aficionado marsell¨¦s, "el Madrid franc¨¦s", se vio sumido en una crisis de la que fue rescatado por Robert Louis-Dreyfus, mecenas de un club obligado a emerger. Atr¨¢s quedaba la gloria de aquel equipo campe¨®n europeo que contaba en sus filas con futbolistas como Barthez, Angloma, Desailly, Deschamps, Boksic o V?ller. Hab¨ªa que volver a la tierra, a caballo entre una reestructuraci¨®n econ¨®mica profunda y la fidelidad de una afici¨®n entregada. Reunir 40.000 espectadores en el V¨¦lodrome, en un partido escaso de inter¨¦s, no es ninguna novedad. Sobre ambas piedras se cre¨® el nuevo OM, sin jugadores de renombre, pero en b¨²squeda permanente de promesas que, poco a poco, han ido regenerando la piel de un club que no renuncia a su destino.
Ajeno, finalmente, al ¨¦xito en la Liga francesa -se ha quedado a un puesto de la pr¨®xima Copa de la UEFA-, el inesperado ¨¦xito en la actual competici¨®n europea ha desatado la euforia en la ciudad. Unos 10.000 aficionados le jalear¨¢n hoy en el estadio Ullevi -no en vano pasan por ser los m¨¢s ruidosos de Francia- y la ciudad entera se ha volcado en el acontecimiento -una pantalla gigante reunir¨¢ a varios miles en el puerto viejo de Marsella-; las viejas glorias de los tiempos dorados han sido invitados por el club para que asistan al encuentro, los aviones portar¨¢n sus nombres, el equipo recibir¨¢ la medalla de la ciudad y Marsella vivir¨¢ hoy un colapso circulatorio en los accesos al aeropuerto.
El OM vive la final de hoy como una oportunidad de borrar su pasado e iniciar el futuro. Sobrepasado en Francia por dos clubes emergentes como el Ly¨®n, otra vez campe¨®n, y el M¨®naco, en la final de la Champions League, y amenazado por el Par¨ªs Saint Germain, el OM ha encontrado un hueco en el santuario europeo para dar un golpe de mano.
El tiempo pasado no ha sido ajeno al maremoto. Hace cinco meses despidi¨® a su t¨¦cnico, Alain Perrin, mano derecha del presidente Bouchet, y le sustituy¨® por uno de la cantera, Jos¨¦ Anigo, en lo que parec¨ªa una l¨ªnea m¨¢s en el historial cr¨ªtico del club. Mano de santo. El equipo reaccion¨® y Anigo piensa m¨¢s en el futuro que en el presente. La urgencia manda. Marsella, la segunda ciudad de Francia, quiere volver a ser la primera futbol¨ªsticamente, enterrar el caso Tapi¨¨ definitivamente.
De momento, cuenta con una final europea y con el jugador m¨¢s emblem¨¢tico del f¨²tbol franc¨¦s, Drogba, que ha superado incluso a Giuly, del M¨®naco, el m¨¢s adorado hasta ahora de cuantos militan en la Liga tricolor, dado que Zidane y Henry pertenecen a otro mundo.
Tras el partido contra el Montpellier, en Marsella, que el OM empat¨® con los suplentes, Anigo no se mordi¨® la lengua y afirm¨®: "Hay jugadores que no re¨²nen el perfil para jugar en el Olympique". Se adivina una nueva vuelta de tuerca en el principal club franc¨¦s con el ¨²nico objetivo de volver a ser el que fue: ocho t¨ªtulos de la Liga, diez de la Copa y uno de la Copa de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.