Phelps se la juega en Santa Clara
Crocker y Peirsol se interponen en el sue?o del nadador estadounidense: ocho oros en Atenas
El gran desaf¨ªo de Michael Phelps comienza hoy en Santa Clara (California) en una competici¨®n que le enfrentar¨¢ a Ian Crocker y Aaron Peirsol, dos de los nadadores que se interponen entre su sue?o de conquistar ocho medallas de oro en Atenas y las enormes dificultades que encontrar¨¢. Phelps est¨¢ llamado a convertirse en el protagonista de los Juegos Ol¨ªmpicos. Pretende superar el n¨²mero de victorias de Mark Spitz en los de M¨²nich 72 -siete oros- y sabe que hallar¨¢ un francotirador en cada esquina. Crocker, Peirsol, Laszlo Cseh e Ian Thorpe son los que se interpondr¨¢n en su camino, nadadores de primer nivel, plusmarquistas mundiales en algunos casos, gente que ya ha derrotado al joven fen¨®meno de Baltimore en ocasiones anteriores. Phelps necesita probarse, someterse a ex¨¢menes previos antes de participar en las pruebas de selecci¨®n del equipo norteamericano. Santa Clara es el lugar que ha elegido para comenzar a medir sus posibilidades.
A diferencia de Spitz, que apenas ten¨ªa rivales en el c¨¦nit de su carrera, Phelps se encuentra con una oposici¨®n formidable. Si pretende ganar nueve medallas de oro, tendr¨¢ que imponerse en algunas pruebas en las que no gobierna. Es el caso de los 100 metros mariposa y los 200 espalda. En ambas tiene la segunda mejor marca de todos los tiempos. En los 100 mariposa, su compatriota Crocker le venci¨® en los Mundiales del pasado a?o, en Barcelona. Crocker bati¨® el r¨¦cord del mundo y envi¨® un mensaje n¨ªtido: no se dejar¨¢ avasallar por Phelps. Hasta Barcelona, Crocker era un nadador de prestigio que parec¨ªa atravesar por problemas de confianza. Desde entonces, su poder¨ªo se ha traducido en victorias inapelables en los Campeonatos Universitarios de Estados Unidos, tanto en la especialidad de mariposa como en el estilo libre, hasta el punto de que puede convertirse en una amenaza para Van den Hoogenband y Popov en la final de 100 metros. En Santa Clara se enfrentar¨¢ a Phelps en los 100 mariposa. Quien salga ganador habr¨¢ obtenido un importante triunfo psicol¨®gico. Una derrota colocar¨ªa a Phelps en una posici¨®n vulnerable. Le retirar¨ªa el aura de intocable que le ha caracterizado en los dos ¨²ltimos a?os a pesar de la derrota frente a Crocker en Barcelona. Adem¨¢s, Phelps tiene la necesidad de vencer a su gran rival en las pruebas de selecci¨®n ol¨ªmpica para asegurarse un puesto en el equipo de relevos.
El caso de Peirsol es diferente. El nadador estadounidense domina con pu?o de hierro la especialidad de espalda, en la que Phelps no se progida demasiado. Pero hace tres meses se qued¨® a s¨®lo cinco cent¨¦simas de segundo del r¨¦cord mundial de Peirsol en los 200 espalda. Decidi¨® a?adir la prueba a su quimera ol¨ªmpica, que inclu¨ªa las pruebas de 100 y 200 mariposa, 200 y 400 estilos, y los relevos de 4x100 libre, 4x200 libre y 4x100 estilos. Peirsol, como Crocker, ha reaccionado con entusiasmo al reto que le propone Phelps. No est¨¢ dispuesto a ceder su hegemon¨ªa en la especialidad de espalda. Con 21 a?os, uno menos que Crocker, se encuentra en el mejor momento de su trayectoria deportiva. La posibilidad de imponerse en Atenas a Phelps a?ade un valor tangible: el dinero.
Phelps, que ha firmado contratos millonarios con la marca de ba?adores Speedo y con empresas como ATT, recibir¨¢ un suplemento de un mill¨®n de d¨®lares si consigue ocho medallas de oro en Atenas. Peirsol y Crocker tambi¨¦n se lucrar¨¢n si logran vencer a Phelps, con el que mantienen relaciones correctas, pero no especialmente estrechas. Adem¨¢s de su categor¨ªa como nadadores, los dos se benefician de otro factor favorable: pertenecen al equipo de nataci¨®n de la Universidad de Texas, donde son dirigidos por Eddie Reese, que ser¨¢ el jefe de entrenadores del cuadro ol¨ªmpico estadounidense. En algunas c¨ªrculos se habla de una cierta situaci¨®n de indefensi¨®n de Phelps, que mantiene su l¨ªnea discreta y sensata. Sigue con su r¨¦gimen de entrenamientos en Baltimore, a las ¨®rdenes de Bob Bowman, y afina su estado f¨ªsico.
Su decisi¨®n de acudir a Santa Clara demuestra una de sus principales virtudes, la confianza ilimitada en sus posibilidades. Phelps no reh¨²ye a sus rivales, por mucho que la prudencia lo aconseje. Siempre le sale su naturaleza competitiva. De ah¨ª, la importancia que adquiere su actuaci¨®n en Santa Clara, donde se ventilar¨¢ la gran batalla del a?o. Phelps tiene que dar un golpe de efecto. Una derrota ante Crocker y Peirsol le colocar¨ªa en una situaci¨®n delicada en v¨ªsperas de los Juegos.
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