T¨¢mesis arriba y abajo

Londres, ciudad de gran caudal humano -siete millones de habitantes- y humanista, se presenta como un juego de espejos donde se proyectan las im¨¢genes m¨¢s sospechadas y las m¨¢s imprevisibles. La capital del Reino de Inglaterra fue, desde su ¨¦poca victoriana, refugio de celebridades del mundo entero. Para los mit¨®grafos, visitar esta ciudad ceremoniosa y vital supone escoger entre las m¨²ltiples casas o mansiones que acogieron a talentos como Richard Wagner, Henry James, Mark Twain, Charles de Gaulle, Karl Marx, Giuseppe Verdi, Sigmund Freud o Mahatma Gandhi; la contemplaci¨®n de iglesias como St. Paul, St Martin-in-the-Fields o la abad¨ªa de Westminster; sus parques, los grandes cotos de caza o jardines con mansiones (Kensington, Hyde Park, Regent's Park, Greenwich) o los museos, cuyas colecciones se deben al legado de los exploradores de los siglos XVIII y XIX, o al de comerciantes y coleccionistas: la Wallace Collection, la Royal Academy of Arts, el Natural History Museum, la Torre de Londres, la National Gallery, el Courtauld Institute o la Tate Britain.

Visitar Londres en primavera permite encontrar algunas de sus estampas m¨¢s atractivas. Por ejemplo, el T¨¢mesis. Lugar de ocio, fue la arteria principal del comercio desde la invasi¨®n romana hasta la d¨¦cada de los cincuenta, y su recorrido est¨¢ plagado de referencias hist¨®ricas: la reconstrucci¨®n del isabelino Globe Theatre, palacios y jardines reales, numerosos puentes y centrales el¨¦ctricas desguazadas. Los barcos de pasajeros cubren una distancia de unos 50 kil¨®metros, desde Hampton Court, en el oeste, hasta Thames Barrier, en el este, que recorre el llamativo Milenium Dome, lugares industriales y el dique m¨®vil m¨¢s grande del mundo. El tramo m¨¢s interesante es desde Westminster hasta Tower Bridge.

Un poco m¨¢s al sur del Westminster Bridge se halla la Tate Britain. Antiguamente conocida como Tate Gallery, est¨¢ considerada como la colecci¨®n m¨¢s grande del mundo de arte brit¨¢nico de los siglos XVI al XXI. Hace cinco a?os que el arte internacional del siglo XX pas¨® a engrosar la colecci¨®n de la Tate Modern. En la Clore Gallery se expone el magn¨ªfico Legado Turner (300 ¨®leos y 20.000 acuarelas), cedido a la naci¨®n por el paisajista ingl¨¦s J. M. W. Turner en 1851. Posee su propia entrada y permite una buena perspectiva del edificio posmodernista proyectado por James Stirling. Un poco m¨¢s adelante, en el County Mall, antigua sede del Ayuntamiento londinense, se ha instalado la colecci¨®n Saatchi.

Hasta la Gran Guerra, esta parte del T¨¢mesis marcaba la divisi¨®n entre el Londres rico y el pobre. En la ribera norte se encontraban las oficinas, las tiendas, los hoteles y los lujosos apartamentos de Whitehall y Strand, Inns of Court y el distrito de la Prensa. En el sur, s¨®lo humeantes factor¨ªas y humildes barriadas. Llegando al puente de Blackfriars, frente a la obra maestra de Christopher Wren, la iglesia de St. Paul (imprescindible o¨ªr los coros de la misa del domingo, a las 11.30), se encuentra la Tate Modern, ubicada en la antigua Bankside. A muy pocos metros, el Globe Theatre, r¨¦plica del teatro isabelino que se termin¨® de construir en 1999 para recrear la experiencia de c¨®mo se representaban las obras de William Shakespeare. La estructura circular de madera est¨¢ abierta en el medio y queda al aire libre parte del teatro, aunque los asientos est¨¢n protegidos. S¨®lo hay representaciones en verano. En la planta baja del teatro se sit¨²a la Shakespeare's Globe Exhibition sobre el dramaturgo ingl¨¦s. Y en el restaurante se disfruta la vista sobre los antiguos muelles de Southwark.

Los arcos de Vin¨®polis

Muy cerca est¨¢ The Anchor, el anciano pub con las mejores vistas al r¨ªo. Una frase del Dr. Johnson da la bienvenida al visitante: "La posibilidad de hacerse rico m¨¢s all¨¢ de los sue?os de avaricia". Y para paladares m¨¢s refinados, Vin¨®polis, una aut¨¦ntica ciudad del vino a orillas del r¨ªo construida dentro de unos arcos de ferrocarril victorianos. Y el coraz¨®n de Southwark, que desde los tiempos medievales hasta el siglo XVIII fue una popular zona en la b¨²squeda de los placeres prohibidos -estaba al sur del T¨¢mesis y fuera de la jurisdicci¨®n de las autoridades de la City (los prost¨ªbulos fueron ocupando las casas que daban al r¨ªo, y los teatros y locales de peleas de osos y perros se establecieron en la zona a finales del XVI)-, es hoy uno de los barrios m¨¢s entretenidos.

La Tate Modern se alza impresionante en la antigua Bankside Power Station. Hasta su apertura en 2000, la colecci¨®n Tate se repart¨ªa en tres galer¨ªas: St. Yves, Tate Liverpool y Tate Gallery (hoy, Tate Britain). Esta severa fortaleza fue dise?ada en 1947 por Giles Gilbert Scott, el arquitecto del Waterloo Bridge y de las famosas cabinas rojas de tel¨¦fonos, como una moderna central el¨¦ctrica con una estructura de acero revestida de m¨¢s de cuatro millones de ladrillos. La Turbina Hall fue proyectada para acomodar unos generadores enormes de petr¨®leo. Todav¨ªa se conservan tres tanques de crudo, enterrados justo al sur del edificio.

Reformada por la pareja de arquitectos suizos Herzog & De Meuron, la entrada principal del oeste (Holland Street) se adentra en Turbina Hall. Las exposiciones temporales se encuentran en la planta 4, y la 7 posee un magn¨ªfico restaurante con vistas espectaculares. Un riverboat une el circuito Tate. Cada cuarenta minutos, un barco decorado por el artista brit¨¢nico Damien Hirst cose las paradas entre la Tate Britain, la noria London Eye y la Tate Modern.