Barcelona m¨¢s all¨¢ del F¨®rum
Nadie se sorprender¨¢ de que empiece el art¨ªculo diciendo que no soy partidaria de que Barcelona se contin¨²e transformando a golpe de grandes acontecimientos. S¨¦ que m¨²ltiples sectores sociales y pol¨ªticos defienden la f¨®rmula del gran acontecimiento como motor de generaci¨®n de inversi¨®n transformadora, frente a la realidad de una ciudad que no dispone de los resortes de una capital de Estado. En el pasado, esta apuesta ha tenido destacables aciertos para Barcelona. Los Juegos Ol¨ªmpicos y su buena gesti¨®n p¨²blica dejaron un importante poso de mejoras urbanas. Sin embargo, el empe?o en continuar por este camino presenta enormes riesgos y es, a nuestro parecer, un error. Por este motivo, nuestro grupo municipal no apoyar¨¢ cualquier reedici¨®n del modelo F¨®rum. Existe una din¨¢mica, hoy por hoy predominante en el mundo occidental, que mide la valoraci¨®n de una ciudad en funci¨®n de una especie de carrera a la conquista del ranking: la que m¨¢s crece, la que atrae m¨¢s negocios, la m¨¢s visitada, la que est¨¢ m¨¢s de moda... Me temo que la organizaci¨®n del F¨®rum se encuentra tambi¨¦n de alguna manera inscrita en esa filosof¨ªa: Barcelona habr¨¢ sido capaz de ser la primera en organizar un acontecimiento de nuevo tipo. Un foro que habr¨¢ sido, adem¨¢s, motor de regeneraci¨®n urbana y que, para ello, habr¨¢ desarrollado todo un conjunto de di¨¢logos, exposiciones y espect¨¢culos en torno a los grandes retos del siglo XXI: paz, sostenibilidad y di¨¢logo intercultural. ?Es la f¨®rmula acertada? Nos parece que no. Ni nos gusta la l¨®gica competitiva de haber sido otra vez los primeros, ni creemos en el modelo que sit¨²a los valores -acertados y oportunos- como pretexto y cobertura de otros objetivos de ciudad.
Era necesario regenerar los barrios del Bes¨°s, la zona popularmente llamada Chern¨®bil por su alto grado de degradaci¨®n ecol¨®gica. En efecto, se est¨¢ haciendo, y con notables aciertos. Convertir infraestructuras como la depuradora, la incineradora o las centrales de generaci¨®n energ¨¦tica en trama urbana de calidad es una apuesta sostenibilista de primer orden. Frente a las soluciones t¨ªpicamente desarrollistas, consistentes en expulsarlas hacia la periferia, se ha optado por interiorizar las infraestructuras, dotarlas de gran calidad ambiental e innovar hacia un modelo energ¨¦tico m¨¢s sostenible. De la misma forma, tenemos que destacar el proceso de dignificaci¨®n de los barrios olvidados de La Mina y La Catalana, que tienen el compromiso de nuestro grupo en la lucha para conseguir su definitiva integraci¨®n urbana. Y en ning¨²n caso el resultado puede considerarse ejemplo de especulaci¨®n. Baste recordar que el 83% del espacio del F¨®rum es espacio p¨²blico. Pero volvamos a la cuesti¨®n central: ?hac¨ªa falta inventarse un gran acontecimiento para acometer esta transformaci¨®n? A nuestro entender, no. Algunos de los riesgos que esta f¨®rmula comporta, y que reiteradamente hemos se?alado en los ¨®rganos de gobierno del F¨®rum, parecen confirmarse al poco tiempo de su inicio. El riesgo de un recinto cerrado que dificulta la apropiaci¨®n del espacio p¨²blico por la ciudadan¨ªa. El riesgo, por tanto, de que el espacio se perciba como un parque tem¨¢tico de las buenas intenciones y el valor intr¨ªnseco de los temas abordados no deje el poso deseable en la ciudad. El riesgo de que una gestaci¨®n insuficientemente participativa y con un discurso d¨¦bil haya producido en sectores sociales reflexivos y din¨¢micos un alejamiento emocional del F¨®rum. El riesgo de que el espect¨¢culo -interesante y necesario- tape el objetivo primigenio del debate de las ideas. El riesgo de que la ausencia de debates centrados en conflictos concretos existentes -Euskadi, S¨¢hara, Palestina, Irak...- pueda hacer aparecer los di¨¢logos como extempor¨¢neos. El riesgo, en fin, de que el precio y el formato de estos di¨¢logos dificulte el acceso de personas interesadas.
La buena predisposici¨®n de los organizadores a introducir cambios deber¨ªa orientarse a abordar estos riesgos. Algunos son de dif¨ªcil soluci¨®n, como la concepci¨®n cerrada del recinto. Aunque podr¨ªa paliarse con la realizaci¨®n de jornadas de puertas abiertas coincidiendo con la Diada Nacional o la Merc¨¨. Otros pueden tener m¨¢s f¨¢cil soluci¨®n. Permitir por ejemplo la entrada libre a los di¨¢logos, como oyentes, a todas las personas interesadas que topan con la barrera de los precios de inscripci¨®n. O conseguir que las exposiciones conectadas a los valores del F¨®rum, exitosas en su mayor¨ªa, permanezcan por lo menos un a?o en Barcelona. En definitiva, podr¨ªan hallarse f¨®rmulas para conectar mejor el recinto, el debate de las ideas y la ciudadan¨ªa. Todas estas cuestiones son cualitativamente importantes, m¨¢s all¨¢ del n¨²mero final de visitantes. La valoraci¨®n del acontecimiento, a nuestro parecer, pasar¨¢ por la capacidad de proyectar sus ejes tem¨¢ticos sobre las pol¨ªticas municipales de futuro y de generar procesos de cambio ciudadano. Los logros del F¨®rum en sostenibilidad, accesibilidad de personas con discapacidad y convivencia multicultural deben incorporarse sin rebajas y de forma irreversible sobre las pol¨ªticas de ciudad. Y a¨²n m¨¢s importante ser¨¢ que muchas m¨¢s personas compren productos de comercio justo, vivan la diferencia cultural como una riqueza o sean cr¨ªticas ante cualquier conflicto local cuya soluci¨®n no pase por el di¨¢logo...
Y cuando acabe el F¨®rum, decidamos que el nuevo gran acontecimiento de Barcelona sea nada menos que la vida cotidiana. La cotidianidad como eje de la transformaci¨®n y la emancipaci¨®n, en una ciudad donde todas las personas podamos dise?ar libremente nuestros proyectos vitales, sobre bases de igualdad, autonom¨ªa personal y valoraci¨®n de las diferencias, y podamos vivir colectivamente sin hipotecar el futuro de las nuevas generaciones. ??ste s¨ª es nuestro proyecto!
Imma Mayol es tercera teniente de alcalde y presidenta del grupo municipal de ICV-EUiA.
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