Y ahora, farolas

Quiero felicitar al alcalde de Begur (Baix Empord¨¤) por su ¨²ltima y luminosa idea.

No satisfecho con la inacabable lista de calamidades urban¨ªsticas y medioambientales con que nos tiene acostumbrados, ahora ha inundado buena parte de la vertiente izquierda de Sa Riera, -hasta hace poco bosque mediterr¨¢neo-, de inmundas farolitas de nula utilidad. Un paso m¨¢s al absurdo, al tercermundismo de pandereta que se r¨ªe de las directivas europeas y de todos nosotros. ?Para qu¨¦ tanta cegadora luz?, ?para robarnos tambi¨¦n las estrellas?, ?a qui¨¦n iluminan aparte de su megaloman¨ªa constructora? Me inquieta su capacidad de convertir la belleza de la naturaleza en un estercolero de artificio, pero m¨¢s a¨²n, que nadie ponga fin a tanto desm¨¢n.

Con sus in¨²tiles farolas, nos ha robado el derecho a disfrutar del cielo, de la grandeza del infinito que a¨²n nos permite so?ar, de la magn¨ªfica riqueza crom¨¢tica del atardecer de Begur. S¨®lo espero que alguien con sentido com¨²n haga cumplir las leyes de una vez por todas y con efectos retroactivos. Que nos devuelvan la luz de nuestro paisaje. De la naturaleza que nos pertenece a todos, que ha sido secuestrada por miopes intereses y mentes iluminadas.