Carles Fontser¨¨ describe su etapa de exiliado republicano
En la trayectoria vital del cartelista Carles Fontser¨¨ (Barcelona, 1916) se suceden experiencias terribles: la Guerra Civil, los campos de reclusi¨®n franceses, la ocupaci¨®n de Par¨ªs por los nazis y la obligaci¨®n de exiliarse a M¨¦xico. Sin embargo, en el segundo volumen de sus memorias, Un exilado de tercera. En Par¨ªs durante la Segunda Guerra Mundial (El Acantilado), no hay ni una pizca de derrotismo. "A m¨ª me gust¨® vivir la historia en primera fila. Debajo de un bombardeo he pasado tanto miedo como los dem¨¢s, pero a la vez he disfrutado viendo caer las bombas porque era la realidad de ese momento. Cuando los guardias franceses me dieron una paliza llor¨¦ de rabia, pero al mismo tiempo me interesaba saber por qu¨¦ dos hombres se ensa?aban con otro sin motivo", afirma el artista. Y a?ade: "Pas¨¦ mucha hambre en esa ¨¦poca, pero d¨ªas despu¨¦s tambi¨¦n com¨ª en los mejores restaurantes de Par¨ªs. Gracias a lo que he vivido, hoy puedo sentirme orgulloso de todo lo que he aprendido".
La visi¨®n optimista de Fontser¨¨ le ha costado m¨¢s de una cr¨ªtica por parte de personas que padecieron tambi¨¦n aquella ¨¦poca. El ilustrador les responde: "Hay un tipo de refugiado espa?ol que detesto. Es aquel que se presenta todav¨ªa ahora como exiliado. Es curioso ver que cierta gente se acomoda a todo tipo de situaci¨®n. Algunos entraban en el campo de reclusi¨®n franc¨¦s y actuaban como prisioneros. Buscaban la mejor barraca o compraban un colch¨®n en el mercado negro. Yo entr¨¦ all¨ª y me di cuenta de que aquello no era para m¨ª. Por eso me dediqu¨¦ a intentar salir lo m¨¢s pronto posible. He pasado miserias, sin sentirme nunca derrotado. Las dificultades me permitieron aprender la vida".
Contra los t¨®picos
El autor ha querido desmontar adem¨¢s en el libro algunos t¨®picos que pasan por verdades objetivas, como la generosidad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica con los derrotados en la Guerra Civil. "El ¨²nico pa¨ªs que abri¨® sus puertas a los exiliados fue M¨¦xico, aunque cobraban a cada espa?ol una cantidad de dinero en oro", explica. El artista tampoco cree que los historiadores acierten en su an¨¢lisis del levantamiento de Franco: "El catal¨¢n normal deseaba tambi¨¦n un golpe de sable para acabar con la Rep¨²blica y los sindicatos. El origen del franquismo es la Iglesia cat¨®lica espa?ola. Franco s¨®lo era su brazo armado".
Adem¨¢s de repasar los grandes momentos hist¨®ricos, Fontser¨¨ anima su relato con vivencias menos solemnes: "He sufrido al revelar cosas personales que deb¨ªa ocultar. Por ejemplo, he sido muy putero. En las memorias describo las casas de putas m¨¢s conocidas de Par¨ªs, aunque no entre en detallitos. He escrito las cosas como las sent¨ªa, sin que sea una confesi¨®n".
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