Las reformas de Schr?der afrontan un voto de castigo en las urnas
El SPD intenta colocar la guerra de Irak en el centro de su campa?a
El canciller federal Gerhard Schr?der, de 60 a?os, y su Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) han convertido la paz y su acierto al oponerse a la guerra de Irak en tema central de su campa?a a las elecciones al Parlamento Europeo. No parece que el esfuerzo de Schr?der y el SPD de desviar hacia esas cuestiones la atenci¨®n del electorado, para hacer olvidar la impopularidad de la pol¨ªtica social y econ¨®mica del Gobierno, vaya a tener ¨¦xito.
En estas elecciones pesar¨¢ mucho m¨¢s el descontento con la polit¨ªca social
Los ¨²ltimos sondeos registran una ca¨ªda de la intenci¨®n de voto al SPD hasta un 26%, muy por debajo del 45% de la Democracia Cristiana (CDU / CSU), 14% de Los Verdes, 6% de los liberales (FDP) y un 5% de los poscomunistas del Partido del Socialismo Democr¨¢tico (PDS).
En Alemania no se advierten indicios palpables sobre la celebraci¨®n de unas elecciones dentro de poco m¨¢s de una semana, el 13 de junio. S¨®lo los carteles en las calles y las cu?as de propaganda de los partidos, de obligada inserci¨®n en la televisi¨®n p¨²blica. Si no fuera por incidentes aislados en actos electorales, como la bofetada que un maestro en paro propin¨® al canciller Schr?der o el tir¨®n de orejas y sopapo al dirigente liberal Guido Westerwelle a cargo de una vecina de mesa, las elecciones europeas pasar¨ªan por completo inadvertidas.
Todo esto invita a pronosticar que se producir¨¢ una abundante abstenci¨®n. El electorado alem¨¢n es consciente de la escasa importancia pol¨ªtica del Parlamento Europeo (PE), al que los medios de comunicaci¨®n alemanes de gran tirada presentan como una guarida de pol¨ªticos dedicados a la rapi?a de suculentas dietas. Desde las primeras elecciones se ha considerado en Alemania el PE como un refugio para pol¨ªticos con los que no se sab¨ªa qu¨¦ hacer. De aquellos d¨ªas data el eslogan, con rima en alem¨¢n, "Si tienes un opa
, m¨¢ndalo a Europa".
El canciller Schr?der y el SPD han convertido la paz en el eje de su campa?a con cartelones con un mensaje muy simple: "SPD, fuerza de paz". A esto se a?aden las alusiones en los m¨ªtines a lo que habr¨ªa ocurrido si los democristianos hubiesen ganado las elecciones generales en septiembre de 2002 cuando se encontraban en pleno fervor pronorteamericano y acusaban a Schr?der y al SPD de romper la sacrosanta alianza con EE UU, "el pa¨ªs que liber¨® a Alemania del nazismo y nos apoy¨® frente al comunismo durante la guerra fr¨ªa".
Los papeles de estrategia electoral del SPD dejan claras las intenciones: "La posici¨®n de Alemania en la cuesti¨®n de Irak fue y es tan correcta como su activo compromiso para asegurar la paz. Las dos cosas juntas han incrementado de forma significativa el peso y la imagen de nuestro pa¨ªs en la pol¨ªtica internacional. El que quiera que toda Europa sea una fuerza de paz en el mundo tiene que fortalecer la posici¨®n del Gobierno federal y votar SPD el 13 de junio".
De hecho, poco m¨¢s que su tino en pol¨ªtica exterior puede ofrecer Schr?der al electorado. La econom¨ªa no acaba de despegar y lleva ya tres a?os estancada; las cifras de paro se mantienen en torno a los 4,5 millones; Alemania se sume en el d¨¦ficit e incumple los criterios de convergencia que exige la Uni¨®n Europea y las reformas que puso en marcha el Gobierno SPD-Verdes de los sistemas de seguridad social, con recortes a los jubilados y en las prestaciones de la sanidad, son muy impopulares. El otro lema central de Schr?der y el SPD es "Por un futuro justo", es decir, la afirmaci¨®n de que con el programa de reformas se har¨¢ justicia a las generaciones venideras.
Seg¨²n todos los indicios demosc¨®picos, en estas elecciones pesar¨¢ mucho m¨¢s el descontento con la pol¨ªtica social que el acierto del Gobierno SPD-Verdes al oponerse a la guerra de Irak y a la pol¨ªtica de Washington, aunque esta firmeza de Schr?der ante EE UU haya devuelto a muchos alemanes la autoestima y les haya quitado la sensaci¨®n de ser un pa¨ªs castrado por una hipoteca del pasado que parec¨ªa imposible de cancelar. Schr?der se encuentra embarcado en un ritmo fren¨¦tico de viajes al extranjero.
La revista Stern de esta semana dedica al tema un reportaje titulado "Schr?der Tours" y registra que desde el 1 de enero del a?o pasado hasta finales de junio, el canciller habr¨¢ realizado 67 viajes al extranjero. Al mismo tiempo, Schr?der recorre Alemania, abraza a viejecitas, come salchichas y se fotograf¨ªa con todo el que se le cruza por delante en un intento de ofrecer una imagen c¨¢lida frente a la fr¨ªa dirigente democristiana Angela Merkel, de 49 a?os. Resume Stern: "Al haberse enfrentado a Estados Unidos por la guerra de Irak, la gente se siente m¨¢s protegida en sus ansias de paz que con la mujer de la CDU. Salchichas y paz apuntan directamente al alma alemana".
El asesor demosc¨®pico de Schr?der, el director del instituto Forsa Manfred G¨¹llner reconoce: "La coalici¨®n de gobierno saca a relucir el tema de la paz porque no tiene nada que pueda llevar a las urnas a los votantes rojos y verdes".
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