Selecciones de naciones
?C¨®mo est¨¢n las canchas! Y los estadios, los hip¨®dromos y las piscinas. Todo por culpa de la moci¨®n votada en el Congreso de los Diputados acerca de las selecciones auton¨®micas, ya se sabe, ese conglomerado de jugadores o jugadoras que por ser oriundos -sive oriundas- del mismo lugar sienten la necesidad de propinar patadas (o bastonazos) a una pelota o cubrir distancias por tierra, mar y aire, a menos que les d¨¦ por hacer llaves, propinar estocadas o dar gambitos (aunque en Euskadi eso no se quiere que sea deporte, con lo que estar¨ªamos perdiendo la oportunidad de colocar un combinado m¨¢s en el candelabro). Y es que la recomendaci¨®n de marras ha producido dos efectos por otra parte muy deportivos, el de tonto el ¨²ltimo (ya hay carreras a ver qui¨¦n mete su selecci¨®n en los torneos reservados para las selecciones guays) y el de la gran confusi¨®n o mel¨¦e, porque unos dicen que no se dijo lo dicho mientras otros aseguran que lo dicho va a misa, pese a que se trate de una materia m¨¢s bien laica. Por lo que parece comprensible que ande un tanto confuso el pobre contribuyente, por no decir el pagano de las camisetas de sus representantes en materia deportiva.
Lo cierto es que el bochinche se pod¨ªa haber evitado, porque si se vot¨® para que las cosas siguieran igual, que es lo que mantiene el PSOE, lo mismo daba no haber votado; pero si se vot¨® para hacer un gui?o a los nacionalistas a fin de contentarles en materia de pelotas y pelotones, entonces el patinazo fue ol¨ªmpico. Porque los nacionalistas y quienes aspiran a serlo (?en qu¨¦ combinado se incluir¨¢ Maragall? ?En el de vela o en el de a dos velas?) se cogen el codo en cuanto se les ofrece la u?a. As¨ª, basta que se haya dado una cierta legitimidad formal a lo que ven¨ªa siendo una pr¨¢ctica corriente (el combinado de Euskadi pod¨ªa enfrentarse al de Extremadura o al de Venezuela, amistosamente, claro, ?por qu¨¦ iban a darse de palos?) para que se entienda que el Rubic¨®n ha sido franqueado. Basten las m¨¢s que ilustrativas palabras de nuestra Bego?a Lasagabasket, que interpreta la moci¨®n como la puerta abierta a la presencia de las selecciones auton¨®micas en los campeonatos internacionales. Jugada que Maragall ha rematado al asegurar que no ser¨¢ el Estado sino las federaciones internacionales las ¨²nicas aptas para aceptar a las selecciones auton¨®micas (o nacionales, pero en tono menor) en las competiciones oficiales.
Y Maragall no habla a humo de pajas, porque ya consigui¨® que una selecci¨®n catalana de patines fuera aceptada en un torneo mundial aunque no hizo efectiva a ¨²ltima hora dicha posibilidad para no entrar en colisi¨®n con el Estado. Al paso que van las cosas no creo que vuelva a obrar igual. Y aqu¨ª est¨¢ el meollo del asunto. Los nacionalistas (y quienes no dicen que no lo son) necesitan grandes logros en el terreno simb¨®lico. Por mucho que el Gobierno asegure que completar¨¢ todas las transferencias en 2005, y que el l¨ªmite a las reformas de los Estatutos lo marca la Constituci¨®n, los nacionalistas est¨¢n en la soberan¨ªa plena y viven como trasuntos de la misma cosas como las selecciones, las matr¨ªculas con distintivos nacionales y el levantamiento de piedra neol¨ªtica. Ante la posible falla de lo real -saben que el Estado tendr¨¢ que poner coto a sus disparates- se agarran a los s¨ªmbolos porque les hacen vivir lo imposible como un hecho adquirido. De ah¨ª que nuestro lanzador de jabalina Ibarretxe, en vez de hablar de pesetas, que es para lo que se reuni¨® el otro d¨ªa con los empresarios, les destilara unas gotas del l¨ªquido simb¨®lico en el que ba?a su cerebro y repitiese que a mayor autogobierno mayor bienestar (podr¨¢ comprobarlo jugando con la selecci¨®n de Hait¨ª) o que las sociedades con identidad tienden a hacer las cosas mejor (ah¨ª est¨¢n los combinados de Bush o Fidel Castro). Pero a ver qui¨¦n es el guapo que le convence de que identidad tenemos todos (aunque algunas no le gusten) y de que a total autogobierno, adi¨®s Europa. Voy a ver si me selecciono para una de culturismo (pero con dimensi¨®n vasca).
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