Esperando justicia
Luis Jaraba, encarcelado por un delito que no cometi¨®, espera que el Tribunal Supremo admita la revisi¨®n de su caso
A Luis Jaraba, cordob¨¦s de 34 a?os, no le queda otra que esperar, aunque cada d¨ªa que pasa le mine a¨²n m¨¢s su capacidad de aguante y vea c¨®mo el derrumbe de su aliento es un proceso cotidiano. Jaraba espera que en los pr¨®ximos d¨ªas el Tribunal Supremo admita a tr¨¢mite el recurso de revisi¨®n extraordinaria de su caso, que le llev¨® a la c¨¢rcel hace dos a?os por un delito que no cometi¨®. Es el ¨²ltimo cartucho de Jaraba.
En octubre de 1997, dos hombres atracaron a Mar¨ªa Luisa J. A. Le robaron joyas por valor de 577 euros y 600 euros que le obligaron a sacar de un cajero. Luis Jaraba pag¨® por ello porque en un principio Mar¨ªa Luisa J. A. le identific¨® en una foto policial y en una rueda de reconocimiento. Durante el juicio, la mujer ni siquiera coincidi¨® con el acusado al acudir como testigo protegido. Dijo que el ladr¨®n ten¨ªa un defecto en el ojo que Jaraba no tiene.
Fue condenado, todas las v¨ªas de recurso fueron agotadas. Tanto Luis como su hermana Encarnaci¨®n lamentan que los abogados que llevaron su causa no hicieron su trabajo como es debido. "Ni siquiera han defendido a mi hermano", dice Encarnaci¨®n Jaraba.
Ahora, Luis Jaraba tiene un r¨¦gimen penitenciario abierto porque fue contratado temporalmente como barrendero municipal. La familia se lo agradece a la alcaldesa Rosa Aguilar. Luis acude a dormir a la c¨¢rcel y los fines de semana. Aun as¨ª, y a unos meses de poder obtener la condicional, lleva la prisi¨®n por dentro.
"Esto no se lo deseo a nadie", repite cada vez que se habla con ¨¦l. La condena le pesa como una losa. No come, est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s delgado, demacrado. Ha perdido los dientes y la sensaci¨®n de impotencia es tan cotidiana como sus barrotes. "Cada d¨ªa que vuelvo a la c¨¢rcel, pienso qu¨¦ hago aqu¨ª Dios m¨ªo", a?ade lleno de amargura. Para ¨¦l, procedente de una barriada desfavorecida, no existe la justicia.
"Preferir¨ªa haberlo hecho y cumplir mi condena, pero pagar por pagar...", lamenta. Desde que fue condenado, la cosa ha cambiado. Uno de los autores del robo Antonio S¨¢nchez, que fue encarcelado por ello en un juicio distinto al de Luis, adem¨¢s de haber negado que Jaraba participara, ahora ha identificado al coautor del robo. Adem¨¢s, Mar¨ªa Luisa, J. A., la v¨ªctima que le identific¨® en un principio, ha renunciado a la indemnizaci¨®n y ha expresado ante notario que Luis Jaraba no fue.
El abogado de Jaraba, Manuel Ortega, explic¨® ayer que el recurso para la revisi¨®n del caso ante el Supremo se basa precisamente en la foto policial se?alada por Mar¨ªa Luisa J. A. y en la rueda de reconocimiento. Ortega manifest¨® que no cumplen las garant¨ªas porque a la mujer "s¨®lo le ense?aron dos fotograf¨ªas en comisar¨ªa", como ella reconoci¨® en Canal Sur Radio. En la rueda de reconocimiento, Jaraba apareci¨® junto a un magreb¨ª, un hombre negro y uno de sus nueve hermanos, que "no se parece en nada", apunta Ortega, para quien este paso tampoco cumple. Todo est¨¢ a disposici¨®n del Supremo.
"Me han hecho mucho da?o, a m¨ª y a mi familia", dice Luis Jaraba momentos antes de volver a prisi¨®n. Su hermana va m¨¢s all¨¢ y exige que paguen otros: el polic¨ªa que "ense?¨® s¨®lo dos fotograf¨ªas"; Mar¨ªa Luisa J. A., que "le se?al¨®"; los jueces que le condenaron; o los abogados que "no le defendieron".
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