Solbes y Barber¨¢
Hoy se entrevista la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, con el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno, Pedro Solbes, con las obras de la Copa del Am¨¦rica como tel¨®n de fondo. La pasada semana se filtr¨® el plan urdido por la alcaldesa con el responsable econ¨®mico del Gobierno anterior, Rodrigo Rato: reclasificaci¨®n de terrenos junto a los muelles para levantar viviendas. Conociendo c¨®mo se las gastan los del PP con la cosa del ladrillo, saltaron algunas alarmas y se habl¨® de 4.000 viviendas. Algo que Barber¨¢ confirm¨® por la v¨ªa del desmentido eufem¨ªstico. Lo que ella pretende, dijo, es dotar a Valencia de "la mejor marina tur¨ªstica del Mediterr¨¢neo", es decir los mismos perros con otros collares. Para conseguirlo, explic¨® que es necesario emprender actuaciones de tipo l¨²dico, tur¨ªstico y tambi¨¦n residencial, aunque, "todav¨ªa no hay nada concreto". As¨ª que probablemente sea cierto lo que dice la alcaldesa y no son 4.000 las viviendas proyectadas, sino 3.999... o 7.000.
Hasta ahora Barber¨¢ ha llevado estos planes en secreto. No ten¨ªa m¨¢s que ponerse de acuerdo con la gente de su partido, al servicio del grupo de inter¨¦s que aglutina el Puerto de Valencia y si las cosas se torc¨ªan se recurr¨ªa a los guardias de la porra como hicieron con las expropiaciones de la Punta. En los 13 a?os y un d¨ªa que lleva al frente de la Alcald¨ªa ha sido incapaz de consensuar un s¨®lo proyecto urbano. Dura con los d¨¦biles y sumisa con los poderosos, el Cabanyal es el mejor ejemplo de su soberbia para no pactar con los que difer¨ªa y el Parque Central la mejor muestra de su insolvencia para conseguir el apoyo de los gobiernos de su propio partido. Que los tribunales tengan paralizado el intento de abrir el Cabanyal en canal pone en evidencia su respeto al patrimonio urbano. La degradaci¨®n a la que, en venganza, est¨¢ sometiendo al barrio, por la v¨ªa del abandono, clarifica su forma de entender la pol¨ªtica.
Que lo del Cabanyal era una excusa para la especulaci¨®n inmobiliaria a gran escala se demuestra ahora con el asunto de la frustrada diagonal de Valencia. Como se sabe, la prolongaci¨®n de Blasco Ib¨¢?ez proyectada, ni era recta (hab¨ªa que salvar el negocio de las Arenas) ni permit¨ªa ninguna gran conexi¨®n viaria, a no ser que tambi¨¦n pretendiera arrasar los jardines de Viveros. De forma muy diferente, el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de 1988 establec¨ªa que el enterramiento de las v¨ªas de Renfe y la construcci¨®n del Parque Central deber¨ªan garantizar la conexi¨®n entre la avenida de Ausi¨¤s March y las Grandes V¨ªas. De esta forma se abr¨ªa la posibilidad de que una avenida diagonal de siete kil¨®metros atravesara la ciudad desde la pista de Silla a la de Ademuz. En esa recta s¨®lo hab¨ªa dos obst¨¢culos, el retraso del Parque Central y una manzana, entre las v¨ªas y las calles Doctor Vila Barber¨¢ y Gil y Morte, con tres edificios de siete plantas, ninguno de ellos protegido. Hace unas semanas, lejos de plantearse estos m¨ªnimos derribos, como a gran escala se pretend¨ªa en el Cabanyal, el Ayuntamiento, a trav¨¦s de Aumsa, sac¨® a p¨²blica subasta tres solares contiguos a estos edificios. Una vez construidos consolidar¨¢n el "tap¨®n" a la diagonal que deb¨ªa atravesar Valencia. La vara de medir de la alcaldesa cambia de tama?o, seg¨²n los barrios y sus expectativas.
Hoy el ministro Solbes har¨¢ muy bien en exigirle a Barber¨¢ el m¨ªnimo de rigor y de transparencia que, durante estos a?os, la alcaldesa les ha negado a sus conciudadanos.
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