Disfrute pleno de un tesoro
Promovida por la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa y con el patrocinio de Caja Granada, la muestra titulada Obras del Museo de Bellas Artes de Granada concluye en Madrid tras haber realizado un amplio periplo por varias capitales andaluzas, aunque variando ligeramente su contenido en cada punto de exhibici¨®n. El comisario de la muestra, Eduardo Quesada Dorador, ha seleccionado para la presente ocasi¨®n un conjunto de 40 obras, entre pinturas y esculturas, pertenecientes a cinco siglos, teniendo presente que las obras proceden del Museo de Bellas Artes de Granada, uno de los mejor dotados de Andaluc¨ªa, las expectativas son altas, pero lo aportado las desborda con generosa amplitud, porque nos encontramos con nombres propios y piezas de una relevancia sobresaliente, como se corrobora con la sola menci¨®n de, por ejemplo, Diego de Silo¨¦, S¨¢nchez Cot¨¢n, Van der Hamen, Alonso Cano, Pedro de Mena, Fortuny, Mu?oz Degrain, L¨®pez Mezquita, Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Acosta, Ismael de la Serna, Manuel ?ngeles Ortiz, Manuel Rivera, etc¨¦tera, muchos de los cuales, como es notorio, nacieron o trabajaron en Granada.
OBRAS DEL MUSEO DE BELLAS ARTES DE GRANADA
Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando
Alcal¨¢, 13. Madrid
Hasta el 4 de julio
Pues bien, ante un tipo de
exposici¨®n como la que comentamos, que se nutre de algunas de las obras capitales de una importante instituci¨®n art¨ªstica, no cabe decir de entrada sino lo obvio: que su visita resulta imprescindible para cualquier buen aficionado, incluso si conoce previamente muy bien el contenido del museo en cuesti¨®n. En el caso presente, dada la excelencia de lo acopiado, se explica que haya sido acogido por uno de los mejores museos de Madrid, porque se trata de una muestra, cuya exhibici¨®n no desmerecer¨ªa ni en las paredes del mismo Museo del Prado, donde, de hecho, ya han estado expuestas, por diversos motivos, algunas obras del presente conjunto. Baste con citar al respecto el prodigioso Bodeg¨®n del cardo (circa 1603-1627), de S¨¢nchez Cot¨¢n, pero tambi¨¦n, en general, los Alonso Cano, Pedro Mena o Jos¨¦ de Mora, por s¨®lo mencionar lo hist¨®rico de mayor renombre.
De todas formas, como apunta el comisario de la muestra, la pretensi¨®n de esta iniciativa no ha sido s¨®lo deslumbrar con algunos de los hitos de la colecci¨®n del Museo de Granada, sino, a la vez, que sirviera de gu¨ªa para conocer la identidad hist¨®rica de esta instituci¨®n, que se inaugur¨® en la temprana fecha de 1839, pero cuyo contenido es de una amplitud y riqueza incomparables.
En este sentido, logra plenamente su objetivo, sobre todo, si, adem¨¢s, como es el caso, su presentaci¨®n p¨²blica se ha producido tras una encomiable labor previa de limpieza y adecentamiento de sus fondos, lo cual permite ahora que su contemplaci¨®n obtenga una recompensa a?adida, la de su disfrute pleno.
Asimismo, me parece necesario elogiar el criterio equilibrado de lo elegido, no s¨®lo por reflejar adecuadamente la importancia de la colecci¨®n a trav¨¦s de ejemplos representativos, sino tambi¨¦n porque nos asoma respectivamente a la historia del arte granadino, andaluz y espa?ol.
Con esta perspectiva, se en-
tiende, por otra parte, que destaquen principalmente los siglos XVII y XX, dos momentos espl¨¦ndidos de la inspiraci¨®n art¨ªstica local, lo que no es ¨®bice para que veamos tambi¨¦n obras de quienes, aun siendo forasteros, asociaron su destino personal a la exaltaci¨®n de Granada, como el rom¨¢ntico ingl¨¦s John Frederick Lewis o el catal¨¢n Fortuny.
Entre fines del siglo XIX y primer tercio del XX, la pujanza art¨ªstica granadina fue proverbial, tanto en el terreno de una concepci¨®n m¨¢s convencional como en la vanguardista, lo que se refleja cumplidamente en la muestra, que termina con el testimonio de Manuel Rivera, uno de los miembros del grupo El Paso, cuya presencia es un perfecto colof¨®n para un conjunto de obras a todas luces admirable.
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