Sesenta a?os de sistema monetario internacional
El pr¨®ximo mes de julio se cumplir¨¢n 60 a?os de los acuerdos de Bretton Woods, mediante los que los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, reunidos en esa ciudad de New Hampshire, sentaron las bases de lo que iba a ser el sistema monetario internacional de la posguerra.
La Conferencia de Bretton Woods declaraba haber "estudiado los diferentes asuntos monetarios y financieros internacionales que eran importantes para la paz y la prosperidad". Asimismo proclamaba que "el acuerdo alcanzado en asuntos tan amplios y complejos no ten¨ªa precedentes en la historia de las relaciones econ¨®micas internacionales".
Con los acuerdos de Bretton Woods la mayor¨ªa de los pa¨ªses terminaron por mantener una gran parte de sus reservas en oro o en d¨®lares, que, a su vez, eran convertibles en oro. Un sistema que estaba concebido para durar muchos a?os m¨¢s termin¨® vini¨¦ndose abajo parcialmente por la velocidad a la que pa¨ªses como Alemania y Jap¨®n, con su acelerado proceso de desarrollo en los a?os sesenta, se convirtieron en potentes competidores de la econom¨ªa de EE UU, a los que con sus exportaciones terminaron gener¨¢ndoles un persistente d¨¦ficit comercial entre 1958 y 1971. La monetizaci¨®n del d¨¦ficit presupuestario norteamericano durante la guerra de Vietnam hizo el resto.
El 'golpe' de Nixon
El sistema de Bretton Woods recibi¨® un duro golpe cuando, el 15 de agosto de 1971, Richard Nixon decidi¨® declarar que el d¨®lar no iba a ser convertible en oro a partir de ese momento. Con ello saltaba por los aires uno de los mayores logros del sistema: el haber conseguido la estabilidad de los precios. Desde entonces, y sobre todo en los a?os setenta y ochenta, la lucha contra la inflaci¨®n se convirti¨® en una de las principales prioridades de todos los gobiernos, aunque hubo que esperar hasta finales de los noventa para cantar victoria. Hoy que los precios han comenzado de nuevo a subir, hay que preguntarse si aquella batalla no se dio por ganada de forma prematura. Aunque, quiz¨¢, lo que ocurre es que a la subida de precios se le pueden ganar batallas, pero no la guerra. Sin embargo, no es eso lo que opinan en algunos ¨¢mbitos nost¨¢lgicos, en los que a¨²n se cree que la falta de ¨¦xitos definitivos en la lucha contra la inflaci¨®n se debe al abandono del patr¨®n-oro, del que hacen responsable a Bretton Woods. Para ello se amparan en el hecho de que, desde que comenz¨® la era industrial, s¨®lo se ha conseguido una verdadera estabilidad de los precios en los periodos del siglo XIX y XX que estuvieron al amparo del patr¨®n-oro en las naciones m¨¢s poderosas del mundo.
Bajo el patr¨®n-oro, lo que regula la oferta de papel moneda es la convertibilidad de ¨¦sta en oro. Esto tiene el inconveniente de que puede llevar a las econom¨ªas a periodos de recesi¨®n, justamente por la falta del suficiente dinero en circulaci¨®n para que la econom¨ªa siga creciendo. Con Bretton Woods lo que condicionaba la expansi¨®n de la oferta monetaria era la suma de las reservas de oro y de d¨®lares convertibles en oro.
Crece el nerviosismo
La crisis del sistema de Bretton Woods se empez¨® a fraguar a mediados de los a?os sesenta. Entre las an¨¦cdotas que ilustran la erupci¨®n de la crisis est¨¢ la exigencia que expres¨® el general De Gaulle, entonces presidente de la Rep¨²blica Francesa, de que EE UU accediera a convertir en oro las reservas en d¨®lares que manten¨ªa en su poder el Banco de Francia. Hoy, la aparici¨®n de China y otros pa¨ªses emergentes como competidores de EE UU, Europa y Jap¨®n est¨¢ creando cada vez m¨¢s nerviosismo entre quienes creen que esa situaci¨®n puede desembocar, tambi¨¦n esta vez, en una crisis.
Los problemas que pueden contribuir a esa desestabilizaci¨®n son, como siempre, los que generan los desequilibrios comerciales. En la actualidad el mayor de esos desequilibrios es el que presenta la balanza por cuenta corriente de EE UU, que exige la entrada en EE UU de, al menos, una media de 1.500 millones de d¨®lares netos diarios, si es que se quiere evitar la depreciaci¨®n del d¨®lar.
En f¨ªn, ahora que se puede ver en las noticias de la noche como fluct¨²a el d¨®lar d¨ªa a d¨ªa en los mercados de cambio, resulta bastante extra?o recordar que hasta hace 23 a?os, y como fruto del Acuerdo de Bretton Woods, los tipos de cambio entre las monedas eran "fijos" y "ajustables". O, lo que es lo mismo, que la vocaci¨®n de los tipos de cambio era mantenerse inalterables, aunque se acordaran devaluaciones de vez en cuando para corregir los desequilibrios en las balanzas de pagos que lo necesitaran.
Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.
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