Italia habla de todo, pero olvida la pelota
Gattuso no se muerde la lengua: "Tenemos que decidir de una vez de qu¨¦ forma vamos a morir, si jugando al ataque o defendi¨¦ndonos"
De esto se habl¨® en el cuartel italiano de Belem: organizaci¨®n, desorganizaci¨®n, calor, presi¨®n, verticalidad, condici¨®n f¨ªsica, piernas cansadas, orgullo, decepci¨®n, estructura, t¨¢ctica. De esto no se habl¨®: bal¨®n. Hablaron Giovanni Trapattoni, el viejo seleccionador, y cuatro jugadores: Nesta, Buffon, Panucci y Gattuso. O sea, el Milan, la Juventus y el Roma. Era el momento de someterse a la cr¨ªtica. Y nuevamente falt¨® el bal¨®n. Italia tiene una pasi¨®n formidable por un juego al que conceden todo: entusiasmo, atenci¨®n medi¨¢tica, capacidad organizativa, sentido comercial. Todo se prepara para el espect¨¢culo que mueve el alma de cada italiano. Pero no est¨¢ el bal¨®n. Ni tan siquiera ayer, despu¨¦s del fracaso (0-0) frente a Dinamarca. La pelota no existe en el juego de la pelota. Qu¨¦ curioso. Y claro, Trapattoni y los jugadores se quejaban del cansancio -"no est¨¢bamos coordinados en nuestra presi¨®n"- y del calor, como si el bochorno fuera natural para los daneses.
"Hay pocos futbolistas como Pirlo. Para m¨ª, uno como ¨¦l tiene que jugar siempre", insiste Gattuso
"Por qu¨¦ no juega Pirlo, el arquitecto del Milan", preguntan a Trapattoni, que no responde
Trapattoni dijo una cosa y la contraria numerosas veces. Es un hombre querido en Italia porque ha ganado mucho y porque representa una cultura del f¨²tbol firmemente instalada en su pa¨ªs. Ayer se refiri¨® al f¨²tbol como una especie de entelequia abstracta. Sus palabras no se refer¨ªan a un juego, a la alegr¨ªa que produce el juego, a la creatividad relacionada con el juego. Todo sonaba a duro, a arduo, a sufrimiento. "Ayer nos dimos cuenta de la realidad. Ya sabemos de la dificultad de un torneo europeo. Despu¨¦s de tantas esperanzas, de tantas ilusiones, ahora tenemos enfrente la realidad", dijo el t¨¦cnico. La realidad es que Italia jug¨® muy mal frente a Dinamarca. El empate fue saludado con alivio por el entrenador, los jugadores y los aficionados.
S¨ª, se habl¨® de Pirlo, el ¨²nico centrocampista italiano que tiene las condiciones para generar juego. Es decir, para convertir el bal¨®n en un amigo y no en un artefacto perverso. Pero Pirlo no jug¨® y Trapattoni prefer¨ªa evitar su nombre, que estaba en boca de los analistas. ?Por qu¨¦ no juega Pirlo, el arquitecto del equipo campe¨®n, del Milan? No hubo respuesta. Volvieron las viejas palabras: estructura, m¨®dulo, presi¨®n. Bueno, alguien habl¨® de Pirlo. Fue Gattuso, su combativo compa?ero en el cuadro lombardo. Gattuso es un futbolista peque?o, ardoroso, sin ninguna relevancia t¨¦cnica, un jugador que tiende a funcionar como parodia de lo estrictamente laborioso. Pero Gattuso, que no es un intelectual, tambi¨¦n es un hombre de opiniones, sincero y comprometido. Sabe sus limitaciones en el campo y no va m¨¢s all¨¢ de sus l¨ªmites. Fuera del campo, sus comentarios siempre son apreciados. As¨ª que Gattuso casi ten¨ªa delante m¨¢s c¨¢maras, micr¨®fonos y cuadernos que Trapattoni. Conven¨ªa escucharle.
No habl¨® del bal¨®n, pero ten¨ªa ganas, aunque parezca mentira en Gattuso. Para comenzar hizo una declaraci¨®n que explic¨® la indefinici¨®n del equipo italiano. En realidad, fue una carga de profundidad contra Trapattoni. "Tenemos que decidir de una vez de qu¨¦ forma vamos a morir. Si jugando al ataque o defendi¨¦ndonos. Pero tenemos que saber a qu¨¦ jugamos", dijo. La queja conten¨ªa un mensaje letal para el entrenador. No ha logrado transmitir al equipo italiano una idea de lo que quiere. Gattuso hizo otro comentario interesante. Evit¨® al entrenador por elevaci¨®n y manifest¨® que la responsabilidad es de los jugadores: "Es a nosotros a quienes hay que pedir la responsabilidad". Luego, explic¨® los problemas de incomunicaci¨®n en Italia. "Aqu¨ª hay jugadores de gran experiencia, con diez o doce a?os en la selecci¨®n. No es posible que nadie hable, que nadie avise a un compa?ero cuando se encuentra en una situaci¨®n de riesgo". Gattuso lo supo de primera en el partido. Sali¨® a jugar en el segundo tiempo y perdi¨® el bal¨®n dos veces casi seguidas. Se sinti¨® en mitad de ninguna parte. Nadie le avis¨® del peligro.
Finalmente, Gattuso habl¨® de Pirlo, que de alguna manera es hablar de la pelota. En un medio campo presidido por Camoranesi, Zanetti, Perrotta y el propio Gattuso, el bal¨®n es un artefacto incontrolable. Gattuso lo sabe. Sabe cu¨¢l es su funci¨®n: ayudar al que vale. Lo ha aprendido muy bien en el ¨²ltimo Milan, en el que ha ejercido de agresivo pretoriano de Pirlo, un exquisito media punta que ha oficiado de improbable medio centro en su equipo. Con gran ¨¦xito. La gente le reclama porque es la ¨²nica garant¨ªa de construir algo interesante en Italia. Aunque Trapattoni no le nombre y le mantenga invariablemente entre los suplentes, Pirlo es el eje del debate en la selecci¨®n. Y esto es lo que dijo Gattuso: "Hay pocos jugadores como Pirlo. Para m¨ª, un futbolista como ¨¦l tiene que jugar siempre".
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