Los l¨ªderes de la UE tratan de cerrar el dif¨ªcil reparto de poder
La Constituci¨®n europea podr¨ªa incluir una referencia al cristianismo
Los l¨ªderes de los Veinticinco se enfrentan ma?ana y pasado al reto hist¨®rico de pactar una Constituci¨®n para Europa, pero, para superarlo, tendr¨¢n que superar tres litigios que sus ministros de Exteriores no han resuelto en los casi 28 meses de negociaci¨®n transcurridos desde que se inici¨® la elaboraci¨®n del proyecto. Se trata del reparto de poder, el l¨ªmite a la utilizaci¨®n del derecho al veto y la inclusi¨®n o no de una referencia al cristianismo.
Si encuentran f¨®rmulas de compromiso, Europa habr¨¢ dado un salto fundamental hacia su uni¨®n pol¨ªtica. Si no, la Uni¨®n entrar¨¢ en una crisis que acelerar¨¢ la formaci¨®n de n¨²cleos y grupos que avanzar¨¢n a diferentes velocidades. Europa arrastra el contencioso por el reparto de poder desde 1997, cuando los l¨ªderes fueron incapaces de cerrar una nueva distribuci¨®n de votos que la prevista ampliaci¨®n del club hac¨ªa necesaria. Tres a?os m¨¢s tarde, lo consiguieron en Niza, pero el resultado fue rechazado de inmediato porque los pa¨ªses grandes, y especialmente Alemania, entendieron que no dispon¨ªan de suficiente peso como para gestionar una compleja y variada UE con 25 Estados hoy, 27 dentro de dos a?os y treinta o m¨¢s en la pr¨®xima d¨¦cada.
La gran variante sobre Niza consiste en que, por vez primera, se intenta que el poder de cada pa¨ªs est¨¦ directamente relacionado con la poblaci¨®n. A partir de ese principio, se trata de lograr un equilibrio que refleje esa "uni¨®n de Estados y ciudadanos" que es la UE. Por tanto, ese equilibrio debe combinar el peso de cada pa¨ªs (cada Estado, un voto) y el de la poblaci¨®n. Nace as¨ª el sistema de doble mayor¨ªa de Estados y poblaci¨®n, que queda reflejado as¨ª en el proyecto constitucional: las decisiones en el Consejo ser¨¢n v¨¢lidas cuando sean apoyadas por una mayor¨ªa de Estados (m¨¢s del 50%) que representen al menos a tres quintas partes de la poblaci¨®n de la UE (60%). Es la combinaci¨®n 50-60.
Con esa f¨®rmula, Espa?a y Polonia resultan ser los grandes perdedores con respecto al vigente Tratado de Niza, que les dio 27 votos (s¨®lo dos menos que a Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) a cada uno sobre un total de 345. Como la minor¨ªa de bloqueo qued¨® fijada en 90 votos, a Espa?a le resultaba f¨¢cil conseguirla con sus aliados en temas tan sensibles como la agricultura o el reparto de los fondos europeos. Es lo contrario que les ocurre con el 50-60 del proyecto constitucional. Con ¨¦l, adem¨¢s, s¨®lo tres de los cuatro grandes pa¨ªses, si uno de ellos es Alemania, tienen la llave para bloquear todo lo que quieran porque suman m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n.
Por esos motivos, Espa?a y Polonia rechazaron el proyecto y provocaron el fracaso de la cumbre de diciembre pasado, cuando Europa se enfrent¨® al primer intento de pactar su Carta Magna. Ahora, los grandes han asumido que deben encontrar una combinaci¨®n que no perjudique tanto a Espa?a y Polonia. Espa?a ha propuesto la combinaci¨®n 55,55%-66,66%, es decir, una mayor¨ªa m¨¢s uno de pa¨ªses que representen al menos dos tercios de la poblaci¨®n.
Aunque todo aumento del porcentaje de poblaci¨®n beneficia a los grandes, ¨¦stos no desean llegar tan lejos con el argumento de que ser¨¢ muy f¨¢cil bloquear acuerdos y Europa no avanzar¨¢. Una decena de los pa¨ªses peque?os tambi¨¦n rechazan la opci¨®n espa?ola y prefieren, o bien aumentar tambi¨¦n el porcentaje sobre los Estados (es lo que m¨¢s les beneficia) o bien, sobre todo, mantener los dos porcentajes id¨¦nticos.
En busca de un compromiso, la presidencia irlandesa ha manejado la alternativa 55-65. Espa?a y Polonia podr¨ªan aceptarla con condiciones. Los peque?os, a cambio de otras ventajas. Los grandes, si esas condiciones y ventajas no van en su contra. Las condiciones de Espa?a ser¨ªan: recuperar varios esca?os que perdi¨® en Niza (baj¨® de 64 a 50); imponer que toda minor¨ªa de bloqueo est¨¦ integrada al menos por cuatro pa¨ªses; y que una mayor¨ªa de Estados no pueda bloquear si no representa al menos al 15% de la poblaci¨®n. Las ventajas que reclaman los peque?os: tener un m¨ªnimo de cinco o seis esca?os en la Euroc¨¢mara y mantener un comisario por pa¨ªs al menos hasta 2014. Las exigencias de los grandes: que esos nuevos esca?os a repartir no sean a su costa, mientras Alemania quiere que s¨®lo tres pa¨ªses puedan bloquear.
El contencioso del derecho al veto se reduce al Reino Unido. Londres quiere mantener el derecho al veto en fiscalidad, Seguridad Social, cooperaci¨®n judicial penal, toda la pol¨ªtica exterior sin excepciones y las competencias de la Fiscal¨ªa Europea que se crear¨¢.
Finalmente, la inclusi¨®n de una referencia al cristianismo en el pre¨¢mbulo, alentada con fuerza desde el Vaticano, ha sido sostenida por Polonia, Italia, Portugal, Rumania, Lituania y Letonia, pero Francia y B¨¦lgica la han rechazado. Los dem¨¢s no se oponen y, probablemente, haya un compromiso.
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