El 'Ministro' de Portugal
Costinha, el representante de Scolari en el campo, se erige como nuevo l¨ªder de los anfitriones
El d¨ªa que Francisco da Costa lleg¨® al aeropuerto de Niza, cuando terminaba el verano de 1997, hab¨ªa un empleado del M¨®naco esperando a un jugador de f¨²tbol. El empleado no vio a nadie parecido a un futbolista bajarse de aqu¨¦l avi¨®n procedente de Lisboa. Y Francisco da Costa, que hab¨ªa llegado para firmar por el M¨®naco, se qued¨® en el aeropuerto sin que nadie lo recogiese. Iba vestido con un traje italiano y llevaba un malet¨ªn de cuero. Parec¨ªa un funcionario. Hablaba ingl¨¦s, franc¨¦s, espa?ol, y portugu¨¦s y se mov¨ªa como si estuviese a punto de concertar una cita con los empresarios del acero. Cuando Francisco da Costa dej¨® el M¨®naco para fichar por el Oporto, en 2001, en el Principado se le conoc¨ªa por el apodo que le hab¨ªa puesto el pr¨ªncipe Alberto: Ministro. Hoy, Da Costa, adem¨¢s de Ministro, es conocido en todo el mundo por Costinha. Es el l¨ªder del ¨²ltimo campe¨®n de Europa y es el hombre con el que Ra¨²l tendr¨¢ que negociar en el Estadio de la Luz, el pr¨®ximo domingo, en uno de esos partidos tr¨¢gicos que vienen precedidos por prejuicios, miedos, angustias y complejos hist¨®ricos. Uno de esas situaciones que a Costinha lo dejan m¨¢s ancho que un ocho. Como dijo ayer: "Yo no conozco a esos fantasmas".
Habla ingl¨¦s, franc¨¦s, espa?ol y portugu¨¦s, viste trajes italianos y usa maletines de cuero
La concentraci¨®n portuguesa es uno de esos sitios especialmente elegidos para que nadie los encuentre. Se llama Alcochete, pero en Alcochete no hay nada. Hay que alejarse 11 kil¨®metros de este pueblo con plaza de toros roja, molinos de viento y una iglesia medieval, para encontrar el lugar. Un tupido alcornocal a orillas del Tajo lo rodea completamente, como una cortina de corcho. Y ah¨ª, en un hotelito rodeado de polic¨ªas y campos de f¨²tbol, est¨¢ la selecci¨®n de Portugal rumiando su agitada Eurocopa.
En Alcochete est¨¢n todas las estrellas de Portugal. Est¨¢ Figo, omnipresente en todos los carteles publicitarios; est¨¢ el crepuscular Rui Costa; el peque?o Deco; y el duro Couto. Cada uno en su mundo. Y luego est¨¢ Costinha, que no toca el bal¨®n con magia pero conoce el negocio con la precisi¨®n de los medios centro de alma. El hombre lo mira todo con perspectiva, lo analiza, lo mide, manda, habla, grita y se coloca siempre en el metro cuadrado exacto. Es fr¨ªo y meticuloso en el marcaje, sea de Mauro Silva, Morientes o Valer¨®n, como se ha visto. Nadie que pase por su huerto se va con la cabellera donde la trajo. Recuerda a Makelele por su capacidad para recuperar y tocar r¨¢pido, por el color de su piel, y por la delgadez de sus miembros. No tiene la potencia ni el despliegue del franc¨¦s pero es m¨¢s intuitivo y si pisa el ¨¢rea suele ser decisivo: ah¨ª est¨¢ su gol al Manchester en el ¨²ltimo minuto, un cabezazo que clasific¨® al Oporto para cuartos en la ¨²ltima Liga de Campeones.
Este lisboeta de 29 a?os, hijo de padre angole?o, conductor de taxi, y madre portuguesa, se ha convertido en el nuevo l¨ªder de Portugal. Los grandes torneos, como las situaciones l¨ªmites, descubren lo mejor y lo peor de los hombres. Revelan a los h¨¦roes. Costinha tiene madera de comandante y el seleccionador, Scolari, se ha apresurado a encomendarle la misi¨®n de dirigir al equipo. A diferencia de Figo, Couto y Rui Costa, ¨²ltimos componentes de la vieja generaci¨®n, Costinha tiene una relaci¨®n estrecha con Scolari. El t¨¦cnico se ha percatado de que su salvaci¨®n pasa por ¨¦l m¨¢s que por las estrellas. Y Costinha representa al Oporto y congrega a un grupo cada vez m¨¢s poderoso dentro de la selecci¨®n: el pasional Maniche, hombre atribulado donde los haya, el brillante Deco, el prolijo Carvalho, el codiciado Ferreira... El grupo de futbolistas que hizo del Oporto un modelo de oficio y competitividad. Un campe¨®n.
Cuando ayer habl¨® Costinha, grave y sereno, con esa voz aterciopelada a lo Frank Sinatra, a su alrededor se hizo silencio: "Tenemos que tener visi¨®n, tener personalidad, sentir la camiseta que llevamos puesta, y atender a las indicaciones del t¨¦cnico para mantener la estructura y elevar la moral. Tenemos que mostrar que tenemos valor para seguir en esta competici¨®n. Espa?a es un equipo fort¨ªsimo pero Portugal tambi¨¦n lo es. Va a ser un partido dif¨ªcil, muy igualado, muy cortado, y pienso que la ambici¨®n de cada jugador y cada entrenador ser¨¢ fundamental para ganarlo. Si no jugamos con personalidad vamos a pasar dificultades. Si marcamos en el primer minuto, ¨®ptimo, si marcamos en el minuto noventa y ganamos, ¨®ptimo tambi¨¦n".
"Va a ser complicado quitarles la pelota. Ellos juegan muy bien por las bandas y vamos a tener que hacer otro tipo de trabajo para contrarrestarlos. Ser¨¢ un partido que se decidir¨¢ en detalles, en los duelos individuales. Y el equipo que gane el medio campo tendr¨¢ el control del partido", sentenci¨®.
Hasta que emigr¨® al M¨®naco, procedente del Nacional, de Segunda B, Costinha no jug¨® en Primera. Se sabe que antes lo intent¨® en el Valencia y que desestim¨® la oferta que entonces le hizo el club, de curtirse en el Villarreal. Y se sabe que luego viaj¨® a Niza con sus discos en el malet¨ªn, su rap y sus condiciones de gestor ejecutivo. Y que hoy Mourinho se lo quiere llevar al Chelsea, y Camacho le quiere poner en el medio campo del Madrid. Y que antes tiene una cita con Ra¨²l y con Espa?a.
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