Deslocalizaci¨®n y externalizaci¨®n
El autor valora los pros y los contras de los procesos de deslocalizaci¨®n y externalizaci¨®n de las empresas y resalta la necesidad de que Espa?a haga esfuerzos en investigaci¨®n,
Existen dos preguntas fundamentales que hoy plantea la actividad empresarial multinacional o global. La primera es porqu¨¦ las empresas tienden a producir en varios pa¨ªses en lugar de en uno s¨®lo. Esta pregunta est¨¢ respondida por la teor¨ªa de la localizaci¨®n, que establece que la ubicaci¨®n de una planta depende de qu¨¦ bien se trate y a que coste se produzca, del coste de transportarlo y del coste de las barreras aduaneras que enfrente dicho producto. La industria del aluminio debe de estar localizada all¨ª donde haya minas de bauxita o all¨ª donde la electricidad sea barata. La fabricaci¨®n de un ordenador personal debe de localizarse de forma fragmentada: por un lado, su dise?o y su producci¨®n de prototipos all¨ª donde exista una investigaci¨®n, ingenier¨ªa y capital humano elevados y, por otro, la producci¨®n y ensamblaje de sus partes y piezas, actividad intensiva en mano de obra menos cualificada, all¨ª donde esta sea m¨¢s barata. La progresiva reducci¨®n de los costes de transporte y de los costes aduaneros ha incrementado el fen¨®meno de la desintegraci¨®n del proceso productivo en diferentes actividades y su des-localizaci¨®n, re-localizaci¨®n o externalizaci¨®n en distintos pa¨ªses, de acuerdo con la ventaja comparativa de costes y calidad del capital humano de cada uno.
Las empresas m¨¢s avanzadas tienden a externalizar en pa¨ªses en desarrollo
La reducci¨®n de los costes de transporte y aduaneros ha incrementado la deslocalizaci¨®n
La segunda es por qu¨¦ dicha producci¨®n en diferentes pa¨ªses tiende a ser llevada a cabo por la misma empresa y no por empresas distintas con propietarios diferentes. Esta pregunta es contestada por la teor¨ªa de la internalizaci¨®n, que establece que las operaciones entre empresas y pa¨ªses diferentes llevan consigo altos costes de transacci¨®n y contractuales que se reducen, en buena medida internaliz¨¢ndolos. Una de las ventajas de la internalizaci¨®n est¨¢ en la transferencia de tecnolog¨ªa. Por un lado, la tecnolog¨ªa necesaria para dirigir una factor¨ªa no es f¨¢cil de escribirla en un contrato, empaquetarla y venderla a otra empresa, ya que est¨¢ contenida en el conocimiento de un grupo de individuos con amplia experiencia. Por otro, al comprador le es dif¨ªcil saber el valor de lo que compra ya que es un intangible que si supiera lo que vale no necesitar¨ªa comprarlo. Finalmente, los derechos de propiedad del conocimiento no son f¨¢ciles de establecer y a menudo pueden ser imitados en pa¨ªses donde no existen sistemas claros de defensa de la competencia. De ah¨ª que sea preferible establecer una filial en dicho pa¨ªs y cederle la tecnolog¨ªa.
Sin embargo, fuera de estos casos tan claros, hoy las nuevas tecnolog¨ªas permiten controlar mucho mejor dichos costes de transacci¨®n y reducir las ventajas de la internalizaci¨®n, lo que permite externalizar o subcontratar diferentes actividades productivas, a otras empresas en el mismo pa¨ªs, el llamado outsourcing o en otros pa¨ªses, el llamado offshoring. La externalizaci¨®n se ha concentrado fundamentalmente en servicios, que no suelen formar parte del negocio b¨¢sico de la empresa, tales como la inform¨¢tica de soporte, la log¨ªstica, o incluso la investigaci¨®n o el desarrollo, lo que permiten a la empresa reducir costes, mantener la calidad y concentrar sus recursos financieros en su negocio b¨¢sico.
Desde hace ya varias d¨¦cadas, la des-localizaci¨®n de parte o del total de las plantas o de los procesos manufactureros a pa¨ªses en desarrollo cre¨® una fuerte pol¨¦mica en muchos pa¨ªses desarrollados y un movimiento creciente en contra de la globalizaci¨®n. Ahora le toca el turno a la creciente externalizaci¨®n (offshoring), que no es otra cosa que la des-localizaci¨®n de ciertos servicios a dichos pa¨ªses. Este nuevo proceso tambi¨¦n ha generado fuertes reacciones contrarias por parte de las organizaciones sindicales, salvo cuando la externalizaci¨®n se ha hecho a otra empresa del mismo pa¨ªs (outsourcing), ya que se pensaba que dichos servicios no compet¨ªan con los de otros pa¨ªses porque no eran comerciables. La experiencia est¨¢ demostrando que las empresas con menor nivel tecnol¨®gico y de productividad tienden a externalizar dentro del mismo pa¨ªs y las empresas m¨¢s avanzadas a pa¨ªses en desarrollo.
En el caso de la des-localizaci¨®n de productos y bienes intermedios, las personas m¨¢s perjudicadas han sido los trabajadores con menor cualificaci¨®n, que perd¨ªan su empleo o ten¨ªan que aceptar una reducci¨®n de sus salarios para poder mantener su empleo. En la externalizaci¨®n de servicios, los afectados incluyen tambi¨¦n trabajadores de cualificaci¨®n media e incluso alta, desde personas con idiomas trabajando en los centros de atenci¨®n al cliente hasta ingenieros, abogados, o m¨¦dicos, lo que supone una inesperada ola de des-localizaci¨®n no prevista hace una d¨¦cada, lo que ha vuelto a introducir dudas en los pa¨ªses desarrollados sobre los beneficios de la globalizaci¨®n.
Sin embargo, desde el punto de vista econ¨®mico, uno y otro tipo de descentralizaci¨®n de los procesos de producci¨®n tiene efectos positivos, tanto para el pa¨ªs desarrollado de origen como para el pa¨ªs en desarrollo de destino. En el pa¨ªs de origen, las empresas que des-localizan o externalizan reducen sus costes, bajan sus precios y devienen m¨¢s competitivas, lo que hace que aumente la demanda de sus productos y servicios, lo que les permite seguir invirtiendo, creciendo y aumentando su empleo y su producci¨®n. No s¨®lo salen ganando dichas empresas, sino que gana tambi¨¦n el pa¨ªs en general ya que los empleos perdidos van al pa¨ªs de destino, que consigue una nueva inversi¨®n extranjera, aumenta su empleo y la renta de sus ciudadanos, con lo que logra crecer a mayor ritmo e importar un mayor volumen de bienes y servicios del pa¨ªs de origen de dicha des-localizaci¨®n, entre otras razones, para integrarse lo m¨¢s posible con las empresas de origen que la han llevado a cabo. Al final, no resulta nunca un juego de suma cero, como opinan los que est¨¢n en contra de ella, sino que ambos pa¨ªses salen ganando.
Los que est¨¢n en contra de este tipo de decisiones empresariales no se dan cuenta de que los pa¨ªses desarrollados son los que m¨¢s salen ganando con la externalizaci¨®n de los servicios, ya que todos ellos tienen fuertes super¨¢vit en su balanza de servicios con el exterior, entre otras razones porque son los pa¨ªses en desarrollo los que se abastecen de ellos, de ah¨ª que l¨®gicamente sean los pa¨ªses desarrollados los que tienen m¨¢s inter¨¦s en que los servicios y la propiedad intelectual se liberalicen en la actual Ronda del Milenio de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio.
Espa?a ha sido un pa¨ªs t¨ªpico en el que este fen¨®meno de la des-localizaci¨®n le ha beneficiado durante muchos a?os y le ha permitido aprovecharse de sus ventajas comparativas salariales para atraer inversi¨®n extranjera producto de la atracci¨®n de plantas o procesos manufactureros de otros pa¨ªses, lo que le ha ayudado a mejorar su tasa de crecimiento y de prosperidad. De ah¨ª que, ahora, cuando se observa una t¨ªmida tendencia por parte de algunas empresas a des-localizar o externalizar sus producciones de bienes y servicios o parte de ellos a otros pa¨ªses, no tiene porqu¨¦ asustarnos puesto que forma parte del juego de la competencia global, en el que estamos inmersos y del que nos hemos beneficiado.
Las reglas de juego de la competencia internacional determinan que las actividades productivas de bienes y servicios intensivas en mano de obra de poca o baja cualificaci¨®n tiendan a desaparecer en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y a localizarse en los pa¨ªses en desarrollo, que las pueden acometer con menor coste, lo que permite a estos aprovechar sus ventajas comparativas en mano de obra m¨¢s barata y mejorar su crecimiento, mientras que los pa¨ªses que las pierden se especializan en producciones que utilizan su capital f¨ªsico y humano m¨¢s abundante, aumentando su productividad y su crecimiento. Al final, ambos tipos de pa¨ªses salen ganando.
Si la des-localizaci¨®n o externalizaci¨®n no fueran posibles, la ¨²nica alternativa que tendr¨ªan dichas empresas ser¨ªa intentar contratar a los mismos trabajadores extranjeros que van a realizar dichas tareas para que trabajen en el pa¨ªs sede de la empresa, lo que ser¨ªa m¨¢s costoso y adem¨¢s resultar¨ªa en un fuerte aumento de la inmigraci¨®n. De no hacerlo, probablemente, dichas empresas reducir¨ªan progresivamente su capacidad para competir y acabar¨ªan cerrando, con lo que perder¨ªan finalmente su empleo un mayor n¨²mero de trabajadores que los afectados por su descentralizaci¨®n. Es m¨¢s, para un pa¨ªs como Espa?a, que tiene un grave problema demogr¨¢fico de envejecimiento a medio y largo plazo de su poblaci¨®n y de creciente falta de personas en edad de trabajar y que adem¨¢s es crecientemente reacio a la inmigraci¨®n conforme su nivel aumenta, la externalizaci¨®n de parte de su producci¨®n le permite utilizar la mano de obra que le falta a distancia sin necesidad de importarla, con lo que salen ganando no s¨®lo Espa?a si no tambi¨¦n los trabajadores del pa¨ªs de destino que no necesitan emigrar.
Naturalmente, aquellos que pierden su empleo o se ven obligados a reducir su salario, en los pa¨ªses desarrollados, a causa de la des-localizaci¨®n o de la externalizaci¨®n, son perdedores netos a corto plazo y tienen mucha raz¨®n al protestar. Ahora bien, desde el punto de vista de la eficiencia general, es mucho m¨¢s beneficioso para el pa¨ªs que externaliza, gastarse recursos en asistir, formar y ayudar a los trabajadores afectados a encontrar un nuevo empleo, que prohibir a las empresas des-localizar o externalizar, lo que supondr¨ªa romper unilateralmente con las reglas del juego del comercio y de la inversi¨®n internacional de la que tanto se ha beneficiado anteriormente. Es indudable que en estas ¨²ltimas d¨¦cadas de mayores flujos de comercio e inversi¨®n internacional, el mundo ha mejorado notablemente sus tasas de crecimiento o ha evitado que fuesen menores.
La diferencia fundamental entre el fen¨®meno anterior de la des-localizaci¨®n de actividades manufactureras y el actual de la externalizaci¨®n de servicios, por ejemplo, los llamados centros de asistencia telef¨®nica a los clientes o las actividades inform¨¢ticas de soporte, es que esta ¨²ltima requiere que las personas que los llevan a cabo en los pa¨ªses de destino hablen el mismo idioma que los de los pa¨ªses de origen. Esa es la raz¨®n por la que su volumen sea mucho menor y se d¨¦ fundamentalmente entre pa¨ªses de habla inglesa, desplaz¨¢ndose desde EE UU y el Reino Unido a la India, Pakist¨¢n o Filipinas, o entre pa¨ªses de habla espa?ola desde Espa?a a Latinoam¨¦rica.
Lo que pudiera ser m¨¢s preocupante es que, con la mayor globalizaci¨®n de los grandes pa¨ªses de Asia y la integraci¨®n paulatina de los pa¨ªses del centro y del este de Europa, Espa?a experimentase una nueva ola de des-localizaci¨®n de empresas, plantas o procesos de producci¨®n determinados, con mayor intensidad en mano de obra cualificada y niveles de tecnolog¨ªa m¨¢s avanzados, a dichos pa¨ªses. En ese caso, la econom¨ªa espa?ola mostrar¨ªa signos claros de no ser competitiva con el nivel cient¨ªfico y tecnol¨®gico de su capital humano actual, lo que ser¨ªa una debilidad grave para un pa¨ªs que tendr¨ªa que estar especializ¨¢ndose en sectores y productos de mayor nivel tecnol¨®gico y de mayor valor a?adido y precio. Esto s¨®lo se puede contrarrestar, por un lado, a trav¨¦s de un mayor esfuerzo conjunto tanto p¨²blico como privado en investigaci¨®n, innovaci¨®n y en el desarrollo tecnol¨®gico de productos y de procesos, y por otro en un mayor esfuerzo conjunto p¨²blico y privado en promover un mayor nivel de educaci¨®n y formaci¨®n de las personas empleadas en la econom¨ªa, que se compare favorablemente con el de los nuevos miembros de la Uni¨®n Europea o con los de los pa¨ªses asi¨¢ticos. Es ah¨ª donde est¨¢ realmente el reto espa?ol en los pr¨®ximos a?os.
Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR, Centre for Economic Policy Research.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.