El juez descarta que los cuerpos policiales conocieran los preparativos del 11-M
Del Olmo confirma que los confidentes no avisaron a ning¨²n agente del tr¨¢fico de explosivos
El juez Juan del Olmo levant¨® ayer parcialmente el secreto del sumario e hizo p¨²blico el auto por el que deja en libertad a Antonio y Carmen Toro Castro, as¨ª como a Sergio ?lvarez, y mantiene la prisi¨®n de los asturianos Iv¨¢n Granados, Ra¨²l Gonz¨¢lez y Emilio Llano por su vinculaci¨®n con la trama que facilit¨® los explosivos a los terroristas que los utilizaron en la matanza del 11 de marzo. En el auto, el juez confirma que los confidentes no avisaron a los agentes con los que ten¨ªan relaci¨®n de la venta de explosivos que se estaba produciendo y descarta que los cuerpos policiales conocieran los preparativos del 11-M.
Del Olmo explica minuciosamente que los confidentes de la polic¨ªa, Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, y de la Guardia Civil, Raf¨¢ Zuheir, nunca avisaron de que un grupo de radicales islamistas se estaba abasteciendo de explosivos y detonadores. Fue en la pesquisas posteriores a los atentados del 11-M cuando los especialistas informaron de que los detonadores sin explosionar encontrados en la furgoneta Renault Kangoo proced¨ªan de una mina de Asturias.
Luego, tras cruzar las llamadas de los tel¨¦fonos m¨®viles y el movimiento de las tarjetas activadas en Morata de Taju?a, se descubri¨® que el tel¨¦fono n¨²mero 665040605, que correspond¨ªa a Jamal Ahmidan, El Chino o Mowgli, -uno de los suicidas de Legan¨¦s- hab¨ªa viajado a Asturias el 28 de febrero. Tambi¨¦n se localiz¨® a un ex minero, Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, que hab¨ªa mantenido numerosos contactos telef¨®nicos con los integrantes de la "c¨¦lula de Morata de Taju?a".
S¨®lo tr¨¢fico de droga
Su¨¢rez proporcion¨® los detonadores y los explosivos a los terroristas, pero nunca inform¨® a la polic¨ªa que "los moritos", expresi¨®n utilizada por ¨¦l, se interesaban por explosivos y detonadores. Unicamente dijo que estaban dedic¨¢ndose al tr¨¢fico de drogas.
El otro confidente, Raf¨¢ Zuheir, inform¨® el 17 de marzo a un oficial de la Guardia Civil que sospechaba que Jamal Ahmidan, El Chino, estaba detr¨¢s de los atentados porque ten¨ªa detonadores y explosivos. Sin embargo, el confidente no orient¨® a los investigadores a Asturias, sino al Pa¨ªs Vasco, a Bilbao.
Zuheir confirm¨® al juez que antes del 11-M no hab¨ªa transmitido informaci¨®n alguna sobre preparativos de los atentados, aunque s¨ª hab¨ªa informado a la Guardia Civil en los primeros meses de 2003 de que dos asturianos, Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y Antonio Toro, le hab¨ªan ofrecido detonadores y explosivos para quien estuviera interesado. Zuheir lleg¨® a proporcionar a la Guardia Civil una muestra de los explosivos que Su¨¢rez y Toro proporcionaban, como confirm¨® el agente del Servicio de Informaci¨®n del instituto armado cuando declar¨® como testigo en la causa.
El cruce de llamadas telef¨®nicas demuestra que Su¨¢rez llam¨® a Jamal Ahmidan 11 veces entre el 20 de enero y el 4 de marzo de 2004, y fue llamado por ¨¦ste en 28 ocasiones. Adem¨¢s, realiz¨® numerosas llamadas a otros tel¨¦fonos que utilizaban los miembros de la c¨¦lula de Morata de Taju?a.
La implicaci¨®n de Su¨¢rez Trashorras en los hechos aumenta por momentos, y as¨ª lo refleja el auto del juez Del Olmo, que se?ala que tras recibir las peticiones de Jamal Ahmidan, Su¨¢rez "procedi¨® a fijar el sistema de recogida de la sustancia explosiva y su traslado a Madrid". As¨ª, ofreci¨® 600 euros a Sergio ?lvarez para que trasladara a Madrid el 5 de enero una supuesta partida de DVD piratas, que en realidad eran explosivos. La bolsa que conten¨ªan los explosivos la recogi¨® en Madrid Jamal Ahmidan y Su¨¢rez nunca pag¨® los 600 euros.
Tras los atentados, ?lvarez se percat¨® de la trascendencia de los hechos cuando se enter¨® de la detenci¨®n de Su¨¢rez y vio la foto de Ahmidan en los peri¨®dicos, pero no dijo nada por miedo. Un menor tambi¨¦n transport¨® a Madrid una bolsa de deportes con candado, en la que supuestamente hab¨ªa explosivos, y de la que se hizo cargo Ahmidan, seg¨²n ha confesado el menor.
Lo curioso es que Su¨¢rez niega las evidencias y asegura que el menor miente. Su¨¢rez sigue manteniendo que cre¨ªa que los explosivos iban a ser utilizados en una explotaci¨®n minera en el Magreb, aunque no ofrece ni pruebas ni datos que avalen su versi¨®n.
La mayor parte de los explosivos utilizados para el 11-M y en la bomba colocada en las v¨ªas del AVE fueron obtenidos en el viaje que Ahmidan, Mohamed Oulad y Abdennabi Kounjaa, tres de los integrantes de la c¨¦lula de Morata de Taju?a, realizaron a Asturias el 28 y 29 de febrero de 2004.
Dinamita sin control
Seg¨²n un informe pericial remitido por la Unidad Central de Desactivaci¨®n de Explosivos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, la dinamita con todos los n¨²meros de referencia de los envoltorios hallados en el piso de Legan¨¦s, donde se suicidaron siete de los terroristas islamistas, fue suministrada a la distribuidora Canela de Seguridad. Esta abastece a su vez a la empresa Caolines de Merill¨¦s, que tiene dos minas, Conchita y Arbodas. En las fechas estudiadas, s¨®lo en esta empresa exist¨ªan en cantidades significativas todas las referencias de dinamita incautadas.
El informe remitido por la Guardia Civil no lo tiene tan claro. Aunque se?ala que los cartuchos de goma-2 ECO del piso de Legan¨¦s pudieron llegar a Mina Conchita entre el 23 de enero y el 25 de febrero de 2004, precisa que "al no existir un control riguroso de las numeraciones del explosivo que fue enviado a Mina Conchita desde el dep¨®sito de Valdellano, no se puede afirmar con absoluta certeza que los cartuchos hallados en el piso de Legan¨¦s, con las numeraciones investigadas, procedan de Mina Conchita".
"Otras muchas explotaciones", precisa el informe, "tanto en Espa?a como fuera del territorio nacional, han consumido cartuchos con las numeraciones investigadas".
Los estudios de los detonadores son m¨¢s coincidentes, ya que las citadas minas asturianas reciben cantidades pr¨®ximas a los 7.000 detonadores mensuales, mientras otras minas reciben una treintena. En febrero de 2004 llegaron a Collada y Anexas 3.000 de estos detonadores, y a Mina Conchita, 2.350 del mismo tipo, as¨ª como 1.650 de los de cobre de dos metros de rabiza.
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