Sin pellizco
En tarde de domingo (la del partido de Espa?a contra Portugal), el ambiente en sala de la Zarzuela era colorista y con una abrumadora mayor¨ªa de mujeres. Un buen p¨²blico. Bullicioso sin excesos, de los que se divierten, agradecido y espont¨¢neo. De los diferentes repartos vocales que pueden caer en suerte, el del pasado domingo no es seguramente el de m¨¢s garra. El mismo espect¨¢culo, con Bros y Cantarero, tendr¨¢, sin duda, otra chispa. Milagros Poblador y Dario Schmunck son cantantes sosegados, de escasa presencia esc¨¦nica. Les falta un punto de energ¨ªa, de gracia y, claro, el espect¨¢culo se resiente, por mucho que Milagros Mart¨ªn ponga encima de la mesa su alma castiza y se pelee con sus limitados recursos para sacar a flote lo que se pueda. "?D¨®nde va, d¨®nde va la alegr¨ªa?", canta el coro de rom¨¢nticos al comienzo del tercer acto. Pues eso.
Do?a Francisquita
De Amadeo Vives. Director musical: Jos¨¦ Ram¨®n Encinar. Director de escena: Emilio Sagi. Escenograf¨ªa: Ezio Frigerio. Figurines: Franca Squarciapino. Con Milagros Poblador, Dario Schmunck, Milagros Mart¨ªn, Santiago S¨¢nchez Geric¨®, Trinidad Iglesias, Alfonso Echeverr¨ªa y otros. Coproducci¨®n con el Col¨®n de Buenos Aires, 1996. Teatro de la Zarzuela, 20 de junio.
La puesta en escena es de corte elegante. Con gui?os intelectuales en las m¨¢scaras, carnavales y nocturnidades. Tiene un aire goyesco y est¨¢ bien acabada, pero no puede evitar un aire de distancia. Sagi fomenta las acciones secundarias, los detalles ambientales, el movimiento coral. Puede despertar admiraci¨®n pero no emoci¨®n. Y algo parecido se siente ante la direcci¨®n de Encinar. En cierta ocasi¨®n una se?ora de Ciudad Real escribi¨® amablemente una carta a este peri¨®dico argumentando sobre el peligro de eliminar el gracejo popular de las zarzuelas por la obsesi¨®n de presentarlas como ¨®peras. Los lectores, siempre tan agudos.
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