S¨¢ez no resiste el cerco
El t¨¦cnico, sin peores ni mejores resultados que otros, pone su cargo a disposici¨®n de Villar forzado por la presi¨®n popular y los intereses federativos
I?aki S¨¢ez puso ayer su cargo a disposici¨®n de la federaci¨®n, una renuncia forzada por la presi¨®n popular y alentada por los intereses de los federativos en un momento extremadamente delicado de la instituci¨®n. A pocas semanas de las elecciones, en medio de un proceso abierto por supuestas corrupciones, la federaci¨®n se encuentra en un estado de debilidad que no permite seleccionadores desamparados. S¨¢ez tiene 61 a?os y siempre se ha distinguido por su lealtad a las instituciones en las que ha trabajado. En el Athletic dej¨® una huella profunda durante su largo periodo al frente de Lezama y de los atribulados momentos que exigieron de su presencia al frente del primer equipo. Nunca se le escuch¨® una queja, un reproche, un comentario da?ino durante la entronizaci¨®n de Clemente como entrenador del Athletic, un puesto que razonablemente debi¨® corresponder a S¨¢ez. Tampoco ahora se le escuchar¨¢ ninguna maldad contra la federaci¨®n. Ha cumplido su trabajo con honradez y ¨¦xito. Como entrenador de los equipos que preceden a la selecci¨®n absoluta, S¨¢ez ha ganado casi todo con Espa?a: campe¨®n del mundo sub 20 y campe¨®n de Europa en diversas categor¨ªas juveniles, adem¨¢s de subcampe¨®n ol¨ªmpico en Sydney.
No estaba llamado a dirigir a la selecci¨®n, pero tuvo que aceptar el cargo en julio de 2002, tras el portazo de Camacho. La federaci¨®n no ten¨ªa mucho margen de maniobra tras el Mundial de Corea. Estaba convencida de la continuidad de Camacho y en aquellas fechas todos los grandes nombres del f¨²tbol espa?ol estaban ocupados en los clubes. La sensaci¨®n de interinidad ha presidido la trayectoria de S¨¢ez en sus dos a?os al frente de la selecci¨®n espa?ola. Por un lado, no pertenec¨ªa al gotha medi¨¢tico; por otro, la debilidad pol¨ªtica de la federaci¨®n le ha colocado en algo parecido a la indefensi¨®n. La eliminaci¨®n de la Eurocopa le ha resultado insuperable. Aunque manifest¨® su voluntad de continuar al frente del equipo, la realidad del paisaje ha determinado su cambio de opini¨®n. No ten¨ªa m¨¢s remedio.
Se va un hombre al que se ha hecho responsable de problemas que le rebasan. Espa?a no ha jugado durante estos dos a?os ni mejor ni peor que en otras ¨¦pocas. Tampoco ha obtenido mejores o peores resultados. Ha conseguido los de siempre. Est¨¢ bien que un seleccionador se haga responsable de los fracasos, y ¨¦ste de la Eurocopa ha sido indiscutible. Le honra a S¨¢ez su decisi¨®n y honra menos a la federaci¨®n la soledad en que ha vivido el seleccionador durante estos dos a?os. Cualquiera que sea el resultado del proceso abierto contra sus principales responsables, la federaci¨®n da s¨ªntomas inequ¨ªvocos de agotamiento, de falta de ideas, de habitaci¨®n cerrada, de deficientes comportamientos adquiridos durante el largo periodo de mandato de Villar. S¨¢ez es un poco v¨ªctima pol¨ªtica del estado de precariedad de la federaci¨®n. Tambi¨¦n es v¨ªctima de los defectos estructurales del f¨²tbol espa?ol, un f¨²tbol que jam¨¢s ha estado a la altura de las expectativas. M¨¢s all¨¢ de S¨¢ez es necesaria una reflexi¨®n que explique los repetidos fracasos de un equipo y de unos jugadores que nunca se sienten responsabilizados ante la evidencia de su mediocridad.
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