El mundo de Wayne
Rooney, criado en barrios marginales, encarna la ant¨ªtesis del hechizo de Beckham
La noche antes de la Batalla de Waterloo, el Duque de Wellington, comandante en jefe del ejercito ingl¨¦s, sali¨® disfrazado de su carpa para tantear la moral de la tropa. Al volver le dijo a uno de sus generales: "No s¨¦ c¨®mo reaccionar¨¢n los franceses, pero le confieso una cosa: a m¨ª me provocan terror".
Uno ve a Wayne Rooney y entiende mejor c¨®mo fue que Inglaterra lleg¨® a poseer un imperio en el que el sol nunca se puso. Por fisonom¨ªa, por cultura, la jovenc¨ªsima estrella de la primera fase de la Eurocopa es el arquetipo de aquella clase obrera inglesa de donde salieron los soldados que en el siglo XIX conquistaron medio mundo. Si Rooney no fuese futbolista ser¨ªa el cl¨¢sico hooligan, de aquellos a los que nada m¨¢s verles la cara -pelo raso, nariz chata, ment¨®n de bulldog buscando pelea- la polic¨ªa portuguesa los lleva directamente al avi¨®n.
La duda es si podr¨¢ mantenerse al margen de los peligros que le traer¨¢ la fama
Lo cual ser¨ªa un error. Porque seg¨²n dicen en los barrios marginales de Liverpool, donde sus padres lo criaron desde el desempleo, Rooney entra en una especie de trance guerrero cuando cruza la raya blanca del terreno de juego. Pero aunque de peque?o fue -como su padre- boxeador, fuera del campo es un buen chico al que ni siquiera le interesa demasiado la cerveza. A diferencia de sus familiares, cuya pasi¨®n por las pintas se refleja en sus pantagru¨¦licas barrigas, y en lo que ocurri¨® hace un par de meses en la fiesta de cumplea?os de la novia de Rooney.
Todo empez¨® muy bien, con el astro del Everton regal¨¢ndole a Coleen MgLoughlin, su novia desde la infancia, un anillo de diamantes en el sal¨®n de un lujoso hotel en Liverpool cuyas paredes Rooney hab¨ªa adornado con fotos de su amada cuando era beb¨¦. Pero cuando los empleados del hotel cerraron el bar a las dos de la ma?ana se desat¨® el caos. La madre de Rooney, de 37 a?os y borracha como un cosaco, intercambiaba insultos con la madre de la cumplea?era mientras que los dos padres se revolcaban a trompadas por el suelo. Un t¨ªo de Rooney y un amigo ¨ªntimo de la familia acabaron la noche con las caras ba?adas de sangre. El jugador y su novia se refugiaron en la cocina, donde Rooney, furioso con su familia, dio un pu?etazo contra la pared, seg¨²n el Daily Telegraph, haci¨¦ndose da?o en la mano. Ambos abandonaron el recinto llorando.
Rooney, que a sus 18 a?os y casi ocho meses est¨¢ batiendo todos los r¨¦cords de precocidad en el f¨²tbol de ¨¦lite europeo y que se ha erigido en el m¨¢ximo artillero de la Eurocopa con cuatro tantos, ahora vive con su novia en un barrio opulento en las afueras de Liverpool mientras que sus padres siguen -por elecci¨®n personal- en la casa de siempre, al lado del pub de toda la vida. La casa del joven goleador ingl¨¦s en Formby tiene seis habitaciones y le cost¨® 1,8 millones de euros. Su sueldo en el Everton, su club de toda la vida,es de 22.500 euros por semana, adem¨¢s de los ingresos publicitarios que le reportan los seis contratos con grandes empresas que ten¨ªa suscritos antes de que diera inicio la Eurocopa.
La duda ahora en Inglaterra es si Rooney podr¨¢ mantenerse al margen de los peligros que le traer¨¢ la fama, si seguir¨¢ el camino de David Beckham, que logr¨® aislar el mundo del f¨²tbol del de la celebridad, o el de Paul Gascoigne, cuyo enorme talento se diluy¨® en alcohol y drogas.
Claro, la ruta Beckham s¨®lo la podr¨¢ seguir hasta cierto punto. Dificilmente se llegar¨¢ a asociar a Rooney con el glamour. Resultar¨ªa sorprendente si las adolescentes japonesas se enamoraran en masa de un jugador que es al f¨²tbol lo que ha sido Mike Tyson al boxeo. Pero lo que tambi¨¦n parece ser verdad es que si se le protege de las tentaciones que inevitablemente le rodear¨¢n, Rooney dejar¨¢ m¨¢s huella en el f¨²tbol ingl¨¦s, har¨¢ m¨¢s para la deshilachada reputaci¨®n del pa¨ªs que invent¨® el deporte, que su c¨¦lebre capit¨¢n de selecci¨®n.
FIEBRE POR EL 9.
La camiseta de Rooney ha triplicado su valor desde que comenz¨® la Eurocopa. Un coleccionista, Peter Davies, en la imagen, afirma que le han ofrecido unos 4.500 euros por ella. El inter¨¦s por todo lo relacionado con el goleador ingl¨¦s ha llegado hasta China, donde ya se comercializa ropa y objetos relacionados con Rooney, en cuyo equipo, el Everton, milita el jugador chino, Li Tie.
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