Montilla recuerda a Maragall que para el PSC no es prioritario tener grupo propio
Los presidentes catal¨¢n y andaluz defienden un sistema "sim¨¦trico" de financiaci¨®n
El debate sobre el grupo propio del PSC en el Congreso al margen del PSOE "no est¨¢ en la agenda" y hoy por hoy est¨¢ "cerrado". El presidente del PSOE, Manuel Chaves, e incluso el primer secretario del PSC, Jos¨¦ Montilla, se sumaron casi milim¨¦tricamente a la postura de Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n del PSOE, y tambi¨¦n se desmarcaron del presidente de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall. Montilla dej¨® claro que su opini¨®n y tambi¨¦n la del PSC, precis¨®, es que ahora "no es una prioridad".
Maragall desempolv¨® el domingo, en el Consejo Nacional del PSC, una de sus demandas hist¨®ricas: que los socialistas recuperen el grupo parlamentario propio que tuvieron en las Cortes hasta 1982, cuando se reform¨® el reglamento de la C¨¢mara. Su objetivo, seg¨²n dirigentes de su entorno, era aprovechar la "coyuntura ¨²nica" -Gobierno del PSOE, fortaleza del PSC y proceso en marcha del reglamento de la C¨¢mara-, pero lanz¨® de nuevo la propuesta sin consultarla con nadie y ha provocada una cascada de desautorizaciones: no s¨®lo en el PSOE, sino tambi¨¦n entre los socialistas catalanes.
El primer secretario del PSC y ministro de Industria, Comercio y Turismo, Jos¨¦ Montilla, dej¨® ayer de lado su tradicional cautela y prudencia y le enmend¨® la plana a su presidente, con quien sobre el papel codirige el PSC. En una entrevista en la Cadena SER, record¨® que los socialistas catalanes "nunca han renunciado" a la demanda, pero subray¨® "que en estos momentos no es un tema que preocupe a los ciudadanos ni es una prioridad para el PSC". "No lo ponemos en la agenda, hoy", insisti¨® Montilla, quien adem¨¢s a?adi¨® que estaba expresando su opini¨®n, pero tambi¨¦n "la del partido".
La direcci¨®n del PSC ten¨ªa hasta ahora una posici¨®n conjunta que serv¨ªa para equilibrar todas las posiciones existentes ante esta demanda hist¨®rica del partido: recordar que no renuncia a disponer de un grupo propio, pero escudarse en que el reglamento de la C¨¢mara lo impide.
Con su renovada y sorpresiva proclama, Maragall puso en riesgo este dif¨ªcil equilibrio, lo que ha provocado hondo malestar en los sectores pr¨®ximos a Montilla. El reproche no es tanto sobre el fondo de la cuesti¨®n -a pesar de las diferencias-, sino sobre todo por el hecho de que el presidente de la Generalitat lance propuestas pol¨¦micas sin haber discutido antes internamente la situaci¨®n.
Toque de atenci¨®n
Fuentes del partido explicaban ayer la inusual reacci¨®n de Montilla como un toque de atenci¨®n que va m¨¢s all¨¢ del caso puntual sobre el grupo parlamentario y que se expresa a las puertas de los congresos del PSOE y del PSC, ambos en julio. Destacados dirigentes del PSC no ocultan su preocupaci¨®n al considerar que Maragall va a su aire, que abre pol¨¦micas innecesarias y que se centra demasiado en asuntos identitarios en lugar de dar prioridad a la agenda social y a la consolidaci¨®n de los Gobiernos catal¨¢n, pero tambi¨¦n espa?ol, del que Montilla es ministro.
Montilla no fue el ¨²nico dirigente importante que mostr¨® su disconformidad con el debate reabierto por Maragall. El presidente del PSOE y de la Junta de Andaluc¨ªa, que precisamente se entrevist¨® con el presidente de la Generalitat en Sevilla, se sum¨® a la posici¨®n expresada por Blanco. En un primer momento rehus¨® dar su opini¨®n, aunque posteriormente afirm¨®: "El secretario de Organizaci¨®n dej¨® bastante claras las cosas. No s¨¦ lo que ocurrir¨¢ dentro de cierto tiempo, pero la contestaci¨®n de Jos¨¦ Blanco cierra el debate en estos momentos. No hay debate en el contexto del PSOE", afirm¨®.
Maragall dej¨® ayer de lado cualquier heterodoxia y se ci?¨® a la posici¨®n oficial acordada por la ejecutiva del PSC del lunes: record¨® que el partido "no renuncia" a su aspiraci¨®n y que ser¨¢ la direcci¨®n que salga del nuevo congreso la que, en oto?o, tomar¨¢ una decisi¨®n al respecto. Pese al revuelo, sus colaboradores est¨¢n satisfechos porque existe un compromiso de discutir la cuesti¨®n en oto?o.
En cambio, Chaves y Maragall acercaron posiciones en materia de financiaci¨®n auton¨®mica: ambos coincidieron en que la reforma del modelo debe servir para acercar a las comunidades de r¨¦gimen com¨²n con las forales y defendieron un sistema "sim¨¦trico". Estuvieron de acuerdo en el principio b¨¢sico, "igual para todos": que las comunidades paguen seg¨²n su renta y reciban de acuerdo con su poblaci¨®n.
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